Pena de muerte: EE.UU. lleva a cabo su primera ejecución federal en 17 años
WASHINGTON.- La Corte Suprema de Estados Unidos autorizó hoy las primeras ejecuciones federales en 17 años, anulando una decisión anterior de otro tribunal que las aplazaba.
"Revocamos la orden preliminar de la Corte de Distrito y las ejecuciones podrán tener lugar como estaban previstas", indicó la Corte Suprema, en alusión a las ejecuciones de cuatro condenados a muerte que estaban planificadas.
Así, el Gobierno llevó a cabo hoy la primera ejecución federal, a un supremacista blanco que fue condenado por asesinar a una familia de Arkansas en 1996. Daniel Lewis Lee, de 47 años, de Yukon, Oklahoma, murió por inyección letal en la prisión federal de Terre Haute, Indiana.
"No lo hice", dijo Lee justo antes de ser ejecutado. "He cometido muchos errores en mi vida, pero no soy un asesino".
Sus últimas palabras fueron: "Están matando a un hombre inocente".
La ejecución de Lee, quien fue declarado muerto a las 8:07, terminó después de una serie de recursos legales que terminaron cuando la Corte Suprema intervino este martes temprano en un fallo de 5-4 y le permitió seguir adelante.
La sentencia contra Lee estaba prevista para ayer, pero la jueza de distrito Tanya Chutkan ordenó suspender la sentencia horas antes para permitir impugnaciones a los protocolos para la inyección letal que se aplicó a él y se aplicará a otros tres condenados a muerte por delitos federales.
"No se sirve bien al público obviando un proceso judicial legítimo", dijo la jueza.
El departamento de Justicia apeló inmediatamente la sentencia de Chutkan y la Corte Suprema le dio la razón.
Los detenidos "no han hecho lo necesario que justifique una intervención en el último momento de un tribunal federal", afirmó el máximo tribunal norteamericano.
El Procurador General William Barr ha dicho que el Departamento de Justicia tiene el deber de cumplir las sentencias impuestas por los tribunales, incluida la pena de muerte, y dar una sensación de cierre a las víctimas y a las personas en las comunidades donde ocurrieron los asesinatos.
"Esto no se hace e nuestro nombre"
Pero los familiares de los asesinados por Lee se opusieron firmemente a esa idea y durante mucho tiempo argumentaron que Lee merecía una sentencia de cadena perpetua; pena que recibió Chevie Kehoe, coacusado por el crimen y el reputado cabecilla.
Además, pidieron postergar la ejecución debido a la pandemia de coronavirus, hasta que puedan viajar con seguridad para presenciar el procedimiento. Alegaron que debían afrontar una "elección imposible" entre su derecho a asistir a la ejecución y el respeto por su salud.
"Para nosotros es una cuestión de estar allí y decir: 'Esto no se hace en nuestro nombre; no queremos esto'", dijo la pariente Monica Veillette.
Lee, originario de Yukon, en el estado de Oklahoma, fue el primer preso federal ejecutado en Estados Unidos desde 2003. Desde la reinstauración de la pena capital en 1988, solo hubo tres ejecuciones federales.
Lee fue condenado en Arkansas en 1999 por asesinar a William Mueller, un traficante de armas, su esposa, Nancy, y su hija de ocho años, Sarah Powell.
Earlene Peterson, cuya hija y nieta fueron asesinadas por Lee, pidió clemencia al presidente Donald Trump pero el mandatario ha ignorado su petición.
"Irresponsable"
Es "irresponsable querer llevar a cabo tantas ejecuciones en tan poco tiempo" en este contexto de crisis sanitaria, subrayó Robert Dunham, director del Centro de Información sobre la pena de muerte (DPIC), quien denunció una "instrumentalización política de la pena capital".
Otras dos ejecuciones federales están programadas para fines de esta semana, aunque una permanece en espera en un reclamo legal por separado.
Después de anunciar la reanudación de estas ejecuciones el año pasado, Barr fijó su calendario en junio, justo cuando los nuevos casos de coronavirus estaban en aumento en gran parte del país.
En Estados Unidos, la mayoría de los delitos se juzgan a nivel estatal, pero la justicia federal puede ocuparse de los crímenes más graves (ataques terroristas, crímenes racistas) o cometidos en bases militares.
El apoyo a la pena de muerte se ha erosionado entre los norteamericanos, según las encuestas, pero sigue siendo fuerte entre los votantes republicanos, 77% de los cuales está a favor de ese castigo para los asesinos.
Agencia AFP
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