Pekín volvió a devaluar el yuan y agita el temor de una guerra de divisas
Desde anteayer, el valor de la moneda china se redujo en un 3,5% y podría caer hasta un 10% en los próximos meses
PEKÍN.- El nuevo retroceso del yuan por segundo día consecutivo, después de que las autoridades chinas devaluaron la moneda anteayer, agitó los temores sobre una guerra mundial de divisas y sobre el serio deterioro de la economía de China, la segunda entre las mayores en el orden global.
Mientras los economistas y expertos internacionales discutían si la reforma anunciada anteayer supone un paso hacia la liberalización de la economía china o es una estrategia de Pekín para impulsar sus decaídas exportaciones, la moneda perdió en dos días el 3,5% de su valor. Incluso amenaza con bajar aún más en los próximos meses.
El yuan retrocedió ayer a un mínimo de cuatro años, cuando cotizó a 6,45 por dólar, su menor nivel desde agosto de 2011, luego de que el Banco del Pueblo de China (BPC, banco central) manipuló su punto medio diario de referencia en 6,3306 unidades, por debajo del nivel de la devaluación del martes.
Al tocar el valor de 6,59 yuanes por dólar, la moneda china tuvo un desempeño incluso más débil en las cotizaciones internacionales y volvió a hundir a Wall Street, las bolsas europeas, el precio de las commodities. "Llevará tiempo a los actores del mercado ajustar la cotización y las prácticas de intercambio, así como explorar y encontrar el precio de equilibrio en el mercado de divisas", explicó el BPC. La entidad confió en que "tras un período de adaptación", las fluctuaciones del yuan convergerán "en una zona estable".
La reforma del sistema cambiario chino de anteayer fue presentada por el régimen como un movimiento para dar un mayor protagonismo a las fuerzas del mercado a la hora de fijar el valor del yuan, que sigue bajo control de Pekín cuando establece a diario el valor de referencia (paridad central, ver aparte) y sólo permite una fluctuación de hasta el 2%.
Las cancillerías occidentales especulaban también que Pekín busca posicionar su moneda dentro de la unidad de cuenta del FMI.
Después de la mayor devaluación del yuan desde 1994, la principal preocupación en las grandes capitales es que la desaceleración de la economía china sea más profunda de lo que reconoce el régimen.
Las medidas oficiales hacen que la economía se expanda el 7%, en línea con los objetivos del gobierno comunista: mantener el crecimiento del empleo y llevar dinero a los bolsillos de los consumidores.
Por debajo de la superficie, sin embargo, se advierte una imagen diferente y más preocupante. Sectores centrales de la economía china, como la construcción, están debilitadas como nunca antes mientras la industria de bienes raíces apenas se mantiene en pie; el gasto del consumidor no es tan fuerte como se esperaba y los servicios financieros, un importante motor de crecimiento cuando la bolsa estaba en auge, comenzaron un repliegue sin precedente. Los datos que salen de China también son cuestionados. Los economistas se preguntan ahora si, a pesar de las cifras que muestran el crecimiento, algunas provincias y regiones ya podrían estar enfrentando recesiones absolutas.
"Para ser honesto, nadie tiene ni idea dónde está parada hoy la economía, y yo no creo que se haya medido correctamente", dijo a The New York Times Viktor Szabo, de Aberdeen Asset Management. "Definitivamente hay una desaceleración. Se puede tener una discusión sobre cuál es el nivel, pero el crecimiento no es del 7%", agregó .
El gobierno chino insistió en que la devaluación fue instrumentada para hacer del yuan una moneda más orientada al mercado, pero los expertos y rivales comerciales de China destacan que en gran medida es un regalo para los exportadores. En términos relativos, convierte los embarques de ropa y productos electrónicos chinos más atractivos para los consumidores globales.
Fuentes del gobierno del primer ministro Li Keqiang, zar de la economía, dijeron que hay una fuerte presión sobre el BPC para llevar la devaluación del yuan hasta el 10% en los próximos meses. "Hubo llamados para que el tipo de cambio sea más flexible, o se deprecie de manera apropiada, para ayudar a estabilizar la demanda externa y el crecimiento -dijo un economista que asesora Li-. Una depreciación del yuan dentro del 10% será manejable."
En este contexto, la mirada de los mercados giraba en la últimas horas sobre las economías emergentes, principalmente asiáticas, ante la probabilidad de que arranque en breve una "carrera devaluatoria" para mantener la competitividad. En esa eventual "guerra de divisas" no sólo convergerían choques económicos y disrupciones de los mercados, sino también las peligrosas tensiones geopolíticas.
Agencias DPA, The New York Times y Reuters
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