Pedro Sánchez, el malabarista que necesitaba legitimar su poder con votos
MADRID.- Llegó al poder con un malabarismo, se mantuvo en medio de los obstáculos y en las elecciones de este domingo logró ganar con un buen margen para formar gobierno con aliados. Es la apuesta del socialista Pedro Sánchez, presidente saliente del gobierno español.
Considerado como políticamente muerto tras perder las dos últimas elecciones generales, Sánchez dio la sorpresa en junio al hacerse con el poder en una exitosa moción de censura contra su predecesor conservador Mariano Rajoy , hundido por la corrupción en el Partido Popular.
Sin embargo, con sólo 84 diputados de 350 en la cámara baja, este economista de formación tuvo que gobernar al filo de la navaja, buscando acuerdos con la izquierda radical de Podemos y los independentistas catalanes, que habían apoyado su investidura.
La frágil alianza que sostenía su gobierno, el más minoritario en 40 años de democracia en España, se le quebró cuando en febrero los partidos catalanes hundieron sus Presupuestos de 2019.
En las terceras elecciones generales en menos de cuatro años, Sánchez quiere ahora capitalizar su experiencia de jefe de gobierno, cosa que ninguno de sus rivales ha sido, y mostrarse como la encarnación de la estabilidad.
Una tarea en la que ha echado mano de balance, presumiendo del aumento del salario mínimo en un 22% o de las medidas para promover la igualdad entre hombres y mujeres.
"Él adopta una posición de presidente y presidenciable, explotando esa imagen del que gobierna y tiene que tener una postura de moderación, de solvencia, de seriedad", comenta Cristina Monge, politóloga de la Universidad de Zaragoza.
Destaca también cómo Sánchez está ahora "muy asentado en la izquierda" y ha salido beneficiado de las divisiones internas de Podemos, el partido al que se fueron muchos votantes socialistas en las elecciones legislativas de 2015 y 2016.
Luego de la victoria para el PSOE, pero sin mayoría absoluta, el enigma es con quién pactaría.Para articular una mayoría necesitaría al menos a Podemos y a algún otro partido, por ejemplo los nacionalistas conservadores vascos del PNV. Se cree que no necesitaría el apoyo de los separatistas catalanes.
Un espíritu combativo
Pedro Sánchez Pérez-Castejón nació el 29 de febrero de 1972 en Madrid, en una familia acomodada: padre empresario y madre funcionaria.
Casado y padre de dos hijas, estudió Ciencias Económicas en la capital española, obtuvo un máster de economía política en la Universidad Libre de Bruselas, y luego un controvertido doctorado en una universidad privada madrileña, sobre el que pesaron sospechas de plagio que él desmintió enérgicamente.
Jugador de baloncesto en su adolescencia -mide 1,90 metros- se afilió al PSOE en su más temprana juventud y fue sucesivamente concejal en el ayuntamiento de Madrid de 2004 a 2009, y diputado.
Hizo historia en el partido en julio de 2014, al ganar las primeras elecciones primarias celebradas en la formación.
Pero los años sucesivos serían una auténtica montaña rusa. Tras las derrotas de 2015 y 2016, cayó el 1 de octubre de ese año en una rebelión interna de su partido, que le echó la culpa de los malos resultados.
En pocos meses se echó de nuevo a las carreteras con un puñado de fieles, y pese a la animadversión del "establishment" del PSOE, en las primarias de mayo de 2017 se impuso a la entonces presidenta regional de Andalucía, Susana Díaz.
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