Pedro Castillo: las propuestas radicales del candidato que lidera el recuento en Perú

LIMA.- Con su típico sombrero blanco y montando un caballo entre una aglomeración de simpatizantes, Pedro Castillo cabalgó las calles de Cajamarca, Perú, para dirigirse a votar en las elecciones presidenciales el domingo. Sorpresivamente, el candidato de extrema izquierda consiguió hasta el momento el 16,5% de los votos, ubicándose primero en la elección que se definirá en un ballottage en junio.

“Quisiera saludar a los pueblos más olvidados de mi patria, saludar a los hombres y mujeres que están en el último rincón del país, saludar a quienes están más allá en las fronteras de la patria donde no hay presencia del Estado”, dijo Castillo, maestro y líder sindical, tras conocerse las primeras cifras. “Hoy el pueblo peruano se acaba de quitar la venda de los ojos”.

Castillo es el candidato presidencial de Perú Libre, una agrupación liderada por el ex gobernador regional de Junín, Vladimir Cerrón, un controvertido político que fue suspendido de su puesto en 2019 por una condena penal acusado de aprovechamiento de su cargo. Semanas atrás, Castillo apenas figuraba en las encuestas. Hoy lleva la delantera hacia la segunda vuelta, seguido por el economista liberar Hernando De Soto, con el 13,48%, la derechista Keiko Fujimori con el 12,96%, y el ultraconservador Rafael López Aliaga con el 12,81%, de acuerdo a la información oficial.

Plan de Gobierno

El político de izquierda radical, de 51 años, nació en Cajamarca, en la provincia norteña de Chota, y es profesor de escuela primaria desde 1995. Emergió en la escena nacional en el 2017 luego de encabezar una huelga de profesores que duró casi tres meses, donde exigió un aumento salarial para los maestros. Esta medida actualmente forma parte de una de sus promesas de campaña.

El maestro rural se abandera bajo la premisa de acabar con la corrupción, que ha generado una crisis de gobernabilidad en Perú habiendo involucrado a los últimos seis jefes de Estado. Propone desmantelar el Tribunal Constitucional para remplazar la Constitución de 1993 porque afirma que defiende “la gran corrupción” e inclusive sostiene que si llega a la presidencia cerrará el Congreso si éste no acepta sus planes, aunque luego aclaró que su decisión dependería del apoyo de la población.

Planea regular los medios de comunicación para acaba con “la famosa radio y televisión basura” y aumentar los presupuestos para la educación y la salud, en un contexto en el que Perú transita por su peor momento de la pandemia de coronavirus con récord de muertos y contagios. Además, advirtió que tiene en mente reducir el sueldo de los funcionarios públicos.

Asimismo, prometió dar al Estado un rol más dominante en la economía, y nacionalizará los yacimientos mineros, petroleros y energéticos para obtener más beneficios para la población. Con la Reforma Constitucional espera debilitar a la elite empresarial.

Especialistas sostienen que las primeras cifras podrían dar una sacudida a los inversionistas en Perú, que ha sido uno de los mercados más firmes y confiables en la región. “Este resultado es una sorpresa y puede poner a los mercados financieros peruanos en retroceso. Por ahora una tendencia clara es la profunda fragmentación de la política peruana”, dijo Nikhil Sanghani, economista para América Latina de Capital Economics en un reporte, y agregó que el resultado subraya el descontento político en el país.

Aunque se declara de izquierda, Castillo está en contra del enfoque de género en el currículo escolar, se opone al aborto, al matrimonio igualitario y a la eutanasia.

“Se ha dicho que solo los politólogos o los que tienen grandes pergaminos pueden conducir un país, y han pasado décadas, lustros y miren cómo han dejado el país”, dijo el domingo Castillo tras recibir los primeros resultados de la votación.

“Pido calma, pido tranquilidad a mi pueblo” porque “es cierto que hay una efervescencia del pueblo, pero tenemos que ser respetuosos con los datos oficiales”, expresó en declaraciones a América Noticias.

El escrutinio oficial continuará hasta procesar la totalidad de los votos y la última palabra sobre los candidatos que pasarán a la segunda vuelta el 6 de junio la dará el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), lo que puede llevar casi un mes.

Agencias AP y Reuters

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