Paulo Evaristo Arns: el franciscano que enfrentó la dictadura
SAN PABLO.- El cardenal Paulo Evaristo Arns murió ayer a los 95 años después de toda una vida dedicada a la defensa de los derechos humanos que le llevó a denunciar las torturas durante la dictadura que rigió en Brasil durante dos décadas.
Arns (Forquilhinha, 1921) era el quinto de los 13 hijos de un matrimonio de inmigrantes alemanes, Gabriel Arns y Helena Steiner Arns, instalado en el estado de Santa Catarina. Con poco más de 20 años, ingresó en la Orden Franciscana después de haber estudiado Filosofía en Curitiba y Teología en Petrópolis, pero no fue hasta 1945 cuando fue ordenado sacerdote. Sus ansias por el conocimiento le llevaron a cruzar el Atlántico y formarse en Francia para doctorarse en Letras por La Universidad de la Sorbona de París.
A su vuelta a Brasil, fue profesor durante más de una década en distintas regiones del país hasta que fue nombrado obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San Pablo el 2 de mayo de 1966.
Cuatro años después, el 1° de noviembre de 1970, empezó una nueva misión como arzobispo de San Pablo, la mayor ciudad de un Brasil que vivía bajo una férrea dictadura desde 1964.
Durante la dictadura militar se levantó del cómodo sillón del arzobispado y denunció las torturas, las desapariciones y las prisiones arbitrarias e incluso simpatizó con el movimiento civil "Diretas Já", cuya presión serviría, entre otros factores, para concluir en 1985 ese periodo oscuro de la historia brasileña.
El mismo año en el que tomó posesión del cargo de arzobispo manifestó su apoyo a los religiosos Hélder Câmara y Waldyr Calheiros, que estaban siendo presionados por el régimen.
En 1972, creó la Comisión de Justicia y Paz de San Pablo y como presidente regional de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) lideró la publicación del manifiesto "Testigo de paz", el cual contenía fuertes críticas al régimen.
Desde su púlpito recordó siempre a las víctimas de la dictadura con actos ecuménicos.Ese espíritu reivindicativo le hizo ganarse el título de símbolo de la iglesia progresista, algo que no le frenó en su ascenso en la jerarquía eclesiástica, pues en 1973 fue ordenado cardenal.
Sus demandas contra los abusos no solo se limitaron al ámbito brasileño, puesto que también denunció las violaciones de derechos ocurridas durante la dictadura que sufrió la Argentina entre 1976 y 1983.
Su intensa actividad social y la repercusión que tuvo en el exterior su lucha contra las dictaduras en la región le convirtieron en una figura clave del catolicismo latinoamericano, que en 1978 le tuvo como uno de sus cardenales "papables" en el cónclave en el que fue elegido Juan Pablo II.
Carlos Meneses Sánchez
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