Patentes: el giro de EE.UU. abre un debate global y lleva el foco a la producción de vacunas
Francia respaldó la iniciativa del gobierno de Biden, pero Alemania advirtió por su impacto sobre las cadenas de producción y la innovación; la Unión Europa dijo que “está lista” para iniciar las negociaciones
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WASHINGTON.- El respaldo de Estados Unidos a la liberación de las patentes de las vacunas contra el coronavirus cosechó elogios y rechazos, y recalentó el debate global acerca de cuál es la mejor estrategia para superar los cuellos de botellas actuales en la producción –el verdadero problema de fondo– y lograr acelerar la inmunización y terminar de doblegar la pandemia.
Un día después de que el gobierno de Joe Biden anunciara su respaldo a la suspensión de las patentes de las vacunas desarrolladas contra el nuevo virus, los dos principales líderes de Europa, Emmanuel Macron, de Francia, y Angela Merkel, de Alemania, encarnaron las dos posturas del debate: Macron dijo que apoya “completamente” la liberación de las fórmulas, mientras que el gobierno de Merkel advirtió sobre su impacto en la producción y en la innovación científica. Cauta, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo el jueves que la Unión Europea (UE) “está lista para conversar sobre cualquier propuesta que responda a la crisis de forma efectiva y pragmática”.
Ayer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había ungido el giro de Estados Unidos al afirmar que se trataba de una “decisión histórica”, y el secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, “aplaude” la decisión, indicó su vocero, quien además remarcó la necesidad de todos los países accedan a los insumos.
Pero la noticia cayó mal en la industria farmacéutica y las empresas que desarrollaron las vacunas, que rechazaron la movida. El CEO de Pfizer, Albert Bourla, se mostró tajantemente en contra, y BioNTech, su socia alemana, remarcó en un comunicado: “Las patentes no son el factor limitante para la producción”.
El histórico giro de la Casa Blanca a favor de apoyar la suspensión de las protecciones a los derechos de propiedad intelectual en las vacunas bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) marcó un dramático cambio de política para Estados Unidos, que previamente se había alineado con el resto del mundo desarrollado y se oponía a la idea planteada por los países en desarrollo y las naciones emergentes, planteada por la India y Sudáfrica en el organismo multilateral. Y desató un terremoto global de repercusiones, junto con una fuerte advertencia del sector privado y también de gobiernos sobre el riesgo para el futuro de la innovación científica.
“La sugerencia de Estados Unidos para suspender las patentes de vacunas contra el Covid-19 tiene importantes implicaciones para la producción de vacunas como un todo”, afirmó una vocera del gobierno de la canciller Angela Merkel. “La protección de la propiedad intelectual es una fuente de innovación y debe seguir así en el futuro”, agregó.
El debate pareció ofrecer una coincidencia sobre los escollos para acelerar la vacunación global: el camino hacia la liberación de las patentes será largo ya que conllevará arduas negociaciones en la OMC, y, aun si la suspensión llega, el problema de fondo son los cuellos de botella en la producción global. Aun si las patentes se abren, la gran mayoría de los países carecen todavía de la capacidad y la tecnología para fabricarlas.
“Los derechos de propiedad intelectual son una parte del problema”, había dicho el fin de semana anterior a la cadena CBS News el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain. “Pero realmente, la fabricación es el mayor problema. Tenemos una fábrica aquí en los Estados Unidos que tiene todos los derechos de propiedad intelectual para producir la vacuna. No están produciendo dosis porque la fábrica tiene problemas”, agregó Klain, en referencia a los problemas de seguridad en curso en la planta Emergent BioSolutions, en Baltimore, un contratista de Johnson & Johnson.
Para muchos, la suspensión de las patentes era un imperativo moral. La Casa Blanca tomó la decisión bajo presión global y también del ala izquierda del Partido Demócrata. El gobierno de Biden dijo que creía “fuertemente en las protecciones a la propiedad intelectual”, pero que, al servicio de terminar esta pandemia, había decidido respaldar la suspensión de las protecciones para las vacunas contra el Covid-19. El principal argumento a favor de la apertura era permitir que cualquier país pudiera producir sus propias vacunas para acelerar la lucha contra la pandemia, en momentos en los que la crisis está haciendo estragos en la India y América Latina.
Los grupos empresariales que representan a la industria farmacéutica en Estados Unidos dijeron que la movida oficial puede terminar debilitando las cadenas de suministro y que era una “respuesta incorrecta” a la escasez de vacunas.
Today’s decision by @USTradeRep is an empty promise that will undermine our response to the pandemic and do nothing to address the real challenges of getting more shots in arms. Read my full response to this unfortunate decision: https://t.co/YXh2K3U2Uk pic.twitter.com/yQZfPZJOap
— Stephen J. Ubl (@steveubl) May 5, 2021
“Una suspensión es la respuesta sencilla pero incorrecta a un problema complejo”, indicó la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA, según sus siglas en inglés). Stephen Ubl, presidente PhRMA, un grupo empresario que representa a la industria farmacéutica, dijo que la decisión de suprimir las patentes podría “debilitar aún más las ya tensas cadenas de suministro y fomentar la proliferación de vacunas falsas”.
El respaldo de Estados Unidos a la liberación de las patentes de las vacunas provocó una estampida de inversores en algunas de las empresas farmacéuticas, temerosos de que, si avanza la iniciativa, las proyecciones de los ingresos de las empresas se hundan.
La firma alemana BioNTech, que comercializa la vacuna junto a la estadounidense Pfizer, está entre las más castigadas, con un desplome de sus acciones del 11% en la bolsa de Fráncfort. Un retroceso aún mayor, del 17%, sufrió otro laboratorio germano, CureVac, cuya vacuna se prevé que sea aprobada pronto por la Agencia Europea del Medicamento. Las estadounidenses Novavax perdió un 5 por ciento valor, mientras que Moderna, que acumuló un retroceso acumulado cercana al 10% desde el anuncio sobre las patentes, también experimentó una desbandada notable.
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