Partidarios de Arce y Evo se acusan de generar un clima de violencia mientras avanza la marcha del expresidente
Simpatizantes de ambos bandos se enfrentaron en violentas protestas; la policía intervino con gas lacrimógeno; se registraron al menos tres heridos
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LA PAZ.- Un barrio en las afueras de la vecina ciudad de El Alto, en Bolivia, fue escenario de fuertes choques el domingo entre seguidores del presidente Luis Arce y simpatizantes de Evo Morales a medida que una marcha antigubernamental encabezada por el exmandatario avanza hacia La Paz.
Los afines del mandatario de Bolivia se concentraron en una avenida de la zona Ventilla en El Alto para oponerse a la caminata de Morales, que comenzó el martes en el poblado de Caracollo, 190 kilómetros al sur, y tenía previsto llegar el lunes a la capital.
Allí, otros vecinos, simpatizantes de Morales, los hostigaron para que salieran del lugar. Luego, ambos bandos chocaron por horas con piedras, palos y petardos.
La policía, que demoró en llegar al lugar de los incidentes, utilizó gases lacrimógenos para repeler los choques.
El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, dijo que hay al menos 3 heridos. “Han llegado 40 a 50 personas las cuales han destrozado los baners y quemado llantas, la Policía ha intervenido, posteriormente estos grupos han venido en mayor cantidad de personas, con mayor agresividad. La Policía se ha desplazado desde distintos comandos que tenemos, ha llegado la UTOP”, dijo el viceministro, citado por El Deber.
El estatal Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya, señaló que verificó “que vecinos están enfrentados, aparentemente con funcionarios que estarían hostigando a la población”.
“Quiero pedirle al gobierno que desmovilice a los funcionarios públicos”, agregó. Callisaya exhortó a la comunidad internacional “a que pueda intervenir con sus buenos oficios” en favor de Bolivia.
La canciller Celinda Sosa envió notas a las Naciones Unidas, al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para informarles sobre la situación boliviana.
”Observamos una amenaza y asedio de una violenta marcha encabezada por el expresidente Evo Morales Ayma, que se dirige hacia la ciudad de La Paz, sede de gobierno boliviano. Esta movilización no tiene como fin una reivindicación social, su objetivo primordial es interrumpir el actual mandato constitucional”, afirmó Sosa en sus misivas.
Morales lidera desde hace varios días una caminata de 190 kilómetros con miles de sus seguidores que denominó “Marcha para salvar Bolivia” con la que busca protestar por la crisis económica del país y exigir más que todo su habilitación como líder y candidato presidencial del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), lo que lo mantiene en abierta disputa con Arce. Ambos pelean el control del aparato partidario de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
La columna liderada por Morales pernoctaba de momento a unos kilómetros del barrio de Ventilla, donde se produjeron los choques. Los grupos afines al gobierno advirtieron que no permitirán el avance, aunque los simpatizantes del expresidente tienen previsto ingresar a la La Paz el lunes.
El Tribunal Constitucional emitió un fallo hace casi un año que inhabilita a Morales a volver a postular tras haber gobernado Bolivia por 14 años (2006-2019), mientras que el Tribunal Supremo Electoral no reconoce un congreso partidario en el que los afines a Morales lo ratificaron como su jefe y líder. Otro grupo oficialista desconoce a Morales y reconoce el mando de Arce. El exmandatario culpa a Arce de manipular la justicia para inhabilitarlo.
Hasta el domingo los intentos de un diálogo entre ambas facciones fracasaron. “Si Arce quiere dialogar que venga hasta la marcha, que no espere sentado”, dijo Morales.
Arce acusó públicamente a Morales hace una semana de pretender convulsionar el país para forzar su renuncia por “apetitos personales” y lo desafió a arreglar sus diferencias en un encuentro cara a cara.
Analistas dicen que la confrontación entre ambos lideres ha sumido al partido gobernante en su peor crisis y pone en riesgo la hegemonía de ese partido que lleva gobernando 18 años. En 2019, Morales debió renunciar después de las denuncias de fraude que surgieron en las elecciones de ese año en las que buscaba una tercera reelección. Tras el interinato de la senadora opositora Jeanine Áñez de centro derecha, el MAS ganó las elecciones y regresó al poder con Arce, otrora ministro de Economía de Morales por una década.
Agencias AP y AFP
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