Paranoia, fantasía y pocas certezas sobre el origen del coronavirus
WASHINGTON.- De todos los misterios que plantea el nuevo coronavirus , ninguno suscita un debate tan acalorado como su origen. Al principio, junto con el brote surgieron de inmediato las teorías conspirativas que le adjudicaban un origen de fabricación humana. Más recientemente, la pregunta es si no se trata de un virus natural que se propagó accidentalmente mientras estaba siendo estudiado.
En Estados Unidos, esas especulaciones provienen mayormente de los halcones de la Casa Blanca, siempre listos para acusar a Pekín y defender a su jefe, Donald Trump. Los científicos, por su parte, son renuentes a hablar del tema y prefieren enfocarse en investigaciones que ayuden a terminar con el brote, y no tanto en analizar si fue provocado o no.
Pero las teorías se propagaron como el virus, al punto de merecer una respuesta de los funcionarios norteamericanos y hasta del mismísimo presidente Trump. A continuación, una mirada escéptica sobre tres teorías que van mutando velozmente: una a todas luces falsa, una posible aunque no haya evidencia que la sustente, y otra mayormente verdadera.
1 - El brote está relacionado con investigaciones de armas biológicas
En enero, cuando China puso en confinamiento a toda la provincia de Hubei, el diario conservador norteamericano The Washington Times citó las investigaciones del exagente de inteligencia militar israelí Dany Shoham para sostener que "el coronavirus se habría originado en un laboratorio conectado con el programa de guerra biológica de China" situado en Wuhan, capital de la región.
El artículo sugiere que el Laboratorio de Bioseguridad Nacional de Wuhan y el Instituto de Virología de Wuhan venían trabajando en el desarrollo de armas biológicas. Ambas instituciones existen realmente, nada tienen de secretas, pero no hay evidencia alguna de todo lo demás. El 29 de enero, al ser contactado por The Washington Post, Shoham se negó a ampliar sus afirmaciones.
Los expertos que sugieren que el nuevo coronavirus fue desarrollado por el hombre manejan información científica chapucera. "El genoma y las propiedades del virus no revelan evidencia alguna de ingeniería genética", dice Richard Ebright, profesor de química biológica de la Universidad Rutgers.
Robert Garry, virólogo de la Universidad de Tulane, Nueva Orleans, también aseguró en Science News que el virus era esencialmente diferente a cualquier producto de diseño humano. "Tiene demasiadas características distintivas, algunas de ellas totalmente contraintuitivas", aseguró Garry.
A pesar de eso, una encuesta de Poll difundida la semana pasada reveló que casi tres de cada diez estadounidenses cree que el virus pudo haber salido de un laboratorio, y dentro del espectro político, los republicanos son dos veces más propensos a creerlo que los demócratas.
2 – El nuevo coronavirus se filtró accidentalmente de un laboratorio
En febrero, cuando la teoría del "arma biológica" perdió sustento, fue siendo reemplazada por una alternativa más plausible: que un virus de origen natural se hubiese filtrado accidentalmente de uno de los laboratorios de Wuhan.
Esa teoría concitó adhesiones políticas de alto perfil. "No sabemos dónde se originó, y tenemos que llegar al fondo de eso", disparó a mediados de febrero el senador republicano por Arkansas, Tom Cotton, ante la cadena de noticias Fox News, y a continuación descartó que el mercado de animales de Wuhan hubiese sido el foco inicial del brote. "También sabemos que a pocos kilómetros de ese mercado se encuentra el único superlaboratorio de bioseguridad Nivel 4 que tiene China, dedicado a investigaciones de enfermedades infectocontagiosas."
Algunos científicos no descartan de plano esta posibilidad. En enero, Ebright no quiso hablar públicamente de una "filtración accidental" porque era demasiado conjetural. Pero esta semana cambió de parecer y le dijo a The Washington Post que la idea era "al menos tan probable" como la de un incidente ajeno a un laboratorio, postura rechazada por muchos otros científicos.
Existen evidencias circunstanciales. Los investigadores de la delegación en Wuhan del Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de China efectivamente realizaron investigaciones sobre coronavirus de murciélagos, que según algunos es una práctica riesgosa. El Departamento de Estado norteamericano manifestó su preocupación por los estándares de seguridad de los laboratorios de Wuhan en al menos dos cables diplomáticos, según reveló esta semana Josh Rogin en The Washington Post.
Pero eso no demuestra que el nuevo coronavirus haya sido estudiado en Wuhan, ni que se haya filtrado por accidente. "No hay evidencia alguna de un escape en algún laboratorio", dice Andrew Rambaut, microbiólogo de la Universidad de Edimburgo. "Se trata del típico virus que uno espera encontrar en poblaciones de murciélagos en estado salvaje, similar al resto de los virus que en el pasado han saltado de animales a humanos, así que no veo razón para seguir especulando al respecto."
3 – El gobierno chino engañó al mundo sobre el coronavirus
Sin evidencia directa de una filtración accidental en algún laboratorio, Cotton y otros señalan que China bloqueó la divulgación de información sobre los primeros días del brote. Eso es verdad: ya el 1°de febrero, The Washington Post informó sobre la oscuridad informativa de China sobre el brote.
Pekín tardó en compartir sus datos con alguien de afuera, incluidos los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una investigación de la agencia AP revela que los funcionarios chinos retuvieron información durante esos primeros seis días cruciales que permitieron que el virus se propagara sin restricciones.
El periodismo chino también ha publicado artículos que sugieren el subregistro del número de muertos en Wuhan. La investigación científica que sugiere que China fue la fuente del brote ha sido retirada. Algunos funcionarios chinos, como Lijian Zhao, vocero de la cancillería, reflotó una teoría infundada de que el virus podría haberse originado en Estados Unidos.
Los académicos que estudian la propaganda china dicen que esas medidas intentan distraer a la opinión pública de los errores iniciales en el manejo del brote. Podría ser considerado un encubrimiento, aunque Pekín está lejos de ser el único gobierno acusado de retener información sobre el virus.
El gobierno de Estados Unidos ha considerado esas teorías. Este fin de semana, The New York Times informó que las agencias de inteligencia norteamericanas lo investigaron, pero los analistas no detectaron "ninguna alarma interna del gobierno chino, que presumiblemente debería dispararse ante la filtración accidental de un virus".
El general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto norteamericano, confirmó que las agencias de inteligencia evaluaron el origen del virus. "Hasta este momento los resultados no son concluyentes, perola evidencia apunta a un origen natural, aunque no tenemos certezas", dijo Milley.
Frente a una pandemia, es comprensible que muchos busquen a quién culpar. Pero es más probable un efecto dominó de pequeños errores que una gran conspiración. Tal vez aprender de eso no sea tan atractivo, pero nos ayudaría mucho más a impedir que vuelva a pasar.
(Traducción de Jaime Arrambide)
The Washington Post
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