Luis Almagro: "Hubo un golpe en Bolivia, y ocurrió con el fraude electoral"
WASHINGTON.- Un grupo de 15 países, entre ellos la Argentina, pidió en una reunión extraordinaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que se forme urgente un nuevo gobierno en Bolivia y convoque a elecciones "lo más pronto posible", en medio de un fuerte debate que dejó al descubierto la grieta regional acerca de si la caída del gobierno de Evo Morales fue provocado por un golpe de Estado o no.
Con Bolivia sumida en el caos, la violencia y la incertidumbre por el vacío de poder, la OEA convocó a una sesión extraordinaria del Consejo Permanente para discutir la crisis institucional desatada tras la renuncia, bajo presión de las Fuerzas Armadas, del ahora expresidente, Evo Morales.
La Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y el gobierno de Juan Guaidó, de Venezuela, suscribieron una declaración que evitó referirse a un "golpe de Estado" en Bolivia y, en cambio, optó por "rechazar todos los actos de violencia, cualquiera que sea su origen, que atenten contra la estabilidad y la defensa de la democracia en Bolivia".
La declaración pidió que "la salida a la crisis debe darse dentro de un marco de total respeto a la Constitución, a las leyes bolivianas y al Estado de Derecho", y urgió a que se designe "urgentemente" una presidencia provisional que convoque a elecciones "lo más pronto posible, con garantías expresas de que el proceso electoral sea desarrollado con justicia, libertad, transparencia y respeto a la voluntad soberana del pueblo boliviano".
Lejos de mostrar una posición homogénea, la región ofreció un mosaico fracturado a una de las crisis institucionales más graves de los últimos años en la región. Los aliados de Morales condenaron ya sea un golpe de Estado o un quiebre constitucional en Bolivia, mientras que otros países pusieron el acento en el "fraude" descubierto por la auditoría de la OEA en la última elección, y en las maniobras del líder indígena para perpetuarse en el poder.
"El golpe de Estado es una forma ilegítima de acceder al poder o de ejercerlo", dijo sobre el final de la sesión el secretario general de la OEA, Luis Almagro. "En ese contexto, sí, hubo un golpe de Estado en Bolivia. Ocurrió el 20 de octubre cuando se cometió el fraude electoral que tenía como resultado el triunfo del expresidente Evo Morales", fustigó.
Hubo un golpe de Estado en Bolivia. Ocurrió el 20 de octubre cuando se cometió el fraude electoral que tenía como resultado el triunfo del expresidente Evo Morales
"¿Quién de ustedes acá está a favor de fraudes electorales? ¿Quién de ustedes acá está a favor de que se roben las elecciones? ¿Quién de ustedes acá está a favor de esta forma de autogolpes?", desafió de cara a los representantes de los 34 países miembros de la OEA.
Tania Paz Gonzales, de la Misión de Bolivia, cerró la sesión leyendo un mensaje del canciller Diego Pary Rodríguez, que denunció un quiebre constitucional, y en el que dijo que la auditoría de la OEA que descubrió "serias irregularidades" en la última elección fue una de las excusas para derrocar al gobierno de Evo. "El fraude, la segunda vuelta, las nuevas elecciones, la auditoría solo fueron excusas para consumar la ruptura del orden constitucional y destituir a Morales", dijo Pary Rodríguez.
Antes de ese cierre, algunos de los representantes de los 15 países que suscribieron la declaración habían chocado en un debate áspero con los aliados de Evo.
"Rechazamos esta afirmación ridícula de que la modificación legal de una elección fraudulenta es de alguna manera un golpe de Estado", marcó el embajador de Estados Unidos, Carlos Trujillo, que elogió el papel de las fuerzas de seguridad y el Ejército en la crisis: dijo que fueron "admirablemente neutrales".
"Haríamos notar que el expresidente Morales en realidad renunció. Más aún, si alguna vez hubo una amenaza para la democracia, fue conducida por el gobierno boliviano, liderado por el exmandatario Evo Morales", cerró.
Las respuestas más contundentes a esa postura provinieron de México y Uruguay.
"México externa su seria preocupación ante el grave quebrantamiento del orden constitucional en Bolivia, donde ha sucedido un golpe de Estado que México condena enérgicamente", dijo Luz Elena Baños Rivas, la representante del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien le concedió asilo político a Evo.
El embajador uruguayo, Hugo Cayrus Maurin, condenó un "golpe de Estado cívico, político y militar".
"Hoy Bolivia está bajo control militar y la democracia se ha puesto de cabeza", dijo por su parte la representante de Antigua y Barbuda, Joy-Dee Davis Lake. Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, denunció una "funesta ruptura" del orden constitucional.
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