Para revalidar su poder, renunció Tsipras y propuso nuevos comicios
El premier, que enfrenta una rebelión del sector radical de su partido, pidió que se convoque a elecciones el 20 de septiembre; ahora debe decidir el presidente
ATENAS.- Aprobado el tercer rescate financiero por más de 86.000 millones de euros a cambio de durísimas condiciones nunca contempladas en sus promesas electorales, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunció ayer su dimisión después de la rebelión interna que lo acorrala y amenaza su liderazgo de Syriza, el partido radical de izquierda al que llevó al poder en enero pasado.
La dimisión del polémico premier es una jugada destinada a fortalecer su posición de poder en unas eventuales elecciones anticipadas, tras siete meses en el cargo en los que luchó contra los acreedores internacionales por un acuerdo de rescate mejor, aunque al final tuvo que ceder, el mes pasado, ante otro peor que las condiciones previas.
Tsipras presentó su renuncia ante el presidente, Prokopis Pavlopoulos, y pidió que los comicios se celebren el 20 de septiembre, una posibilidad que podría ser bloqueada por las cláusulas constitucionales.
"Mi mandato del 25 de enero ha vencido. Ahora el pueblo debe pronunciarse. Ustedes con su voto decidirán si negociamos bien o no", dijo Tsipras en un mensaje en la televisión pública.
El primer ministro, que durante semanas exasperó a sus socios europeos y acreedores por las idas y venidas en las negociaciones, reconoció que esta cita con las urnas se produce ante la necesidad de legitimar un acuerdo que no cumple las promesas que Syriza realizó en la campaña electoral.
"No conseguimos el resultado que esperábamos, tampoco nos trataron como esperábamos, pero, dada la situación, conseguimos lo mejor posible", aseguró.
"Ahora que este ciclo difícil terminó siento la profunda obligación moral y política de dejar a su juicio todo lo que he hecho, tanto lo bueno como lo malo, los logros y las omisiones'', dijo en el discurso.
Consumada la recepción de la renuncia de Tsipras, Pavlopoulos iniciará ahora el proceso constitucional para la formación de un nuevo gobierno.
La Constitución estipula que si un gobierno cae antes de un año de haber llegado al poder, el presidente debe concederles a los líderes de la oposición el mandato de formar un nuevo gabinete, comenzando por el partido mayoritario. El plazo es por tres días y si esa agrupación fracasara, el mandato recaería sobre el segundo partido más grande. Sólo si persiste ese fracaso el presidente debería convocar a nuevas elecciones generales.
Si Pavlopoulos respeta el texto, deberá convocar en las próximas horas al líder de Nueva Democracia (conservadores) para que intente formar un gobierno. De fallar, el siguiente llamado recaería en los neonazis de Amanecer Dorado.
Este procedimiento, sin embargo, puede ser omitido si los opositores dan un paso al costado, despejándole el camino a Pavlopoulos para que llame a elecciones en los próximos 30 días.
Desde que el primer ministro enfrentó una rebelión dentro de Syriza por una votación en el Parlamento la semana pasada, se rumoreaba que el gobierno podría llamar a elecciones o bien someterse a una votación de confianza del cuerpo legislativo.
Sin embargo, Tsipras había dicho que su prioridad era conseguir el primer tramo financiero del nuevo plan de rescate y hacer un pago de sus deudas con el BCE, metas que se cumplieron ayer.
El 14 de agosto, 43 de los 149 diputados de Syriza, unos fieles a sus ideas y otros favorables a regresar al dracma como moneda, votaron en contra o se abstuvieron de votar leyes que habían solicitado los acreedores de Grecia para liberar la nueva ayuda financiera. Syriza es mayoría en un gobierno que debe poner en práctica un programa radicalmente opuesto a la agenda política para la que fue elegido.
Las principales espadas que defienden la plataforma original del partido populistas son el ex ministro de Energía Panagiotis Lafazanis, líder de los contestatarios, y la poderosa y puntillosa presidenta del Parlamento, Zoe Konstantopoulou. Ambos serían apartados del poder si Syriza lograra una victoria en los posibles comicios.
A pesar de su estilo particular y controvertido, Tsipras mantiene su popularidad entre una gran parte de los griegos, la mayoría frustrados por las malas administraciones de los dos principales partidos de oposición, Nueva Democracia (derecha) y Pasok (socialista) o temerosos de otro avance de Amanecer Dorado, por lo que el premier se siente confiado en renovar su base y recuperar su fortaleza política.
Grecia, que debe 340.000 millones de euros, estuvo a las puertas de abandonar el euro y con ello arrastrar a Europa a un escenario de imprevisibles consecuencias después de meses de desgastantes negociaciones en la que Tsipras y sus colaboradores fueron acusados de falta de seriedad por los líderes europeos.
Atenas recibe un tramo de la ayuda financiera
- Grecia recibió ayer el primer tramo de 13.000 millones de euros de su nuevo rescate, lo que le permitió saldar una deuda de 3200 millones de euros con el Banco Central Europeo (BCE) y evitar una mora con graves consecuencias.
- De no ser por el rescate de los otros 18 países que utilizan el euro, Grecia no podría haber hecho frente al pago. El default hubiese puesto en tela de juicio la capacidad del país para permanecer en el euro. Del préstamo, 12.000 millones de euros son para saldar deudas externas y el resto para pagar a proveedores del Estado.
- Este dinero forma parte del primer tramo del rescate, que suma 26.000 millones de euros, formado por los citados 13.000 millones más otros 10.000 millones que se destinarán a la "potencial recapitalización o liquidación" de bancos griegos.
- Los 3000 millones restantes serán desembolsados como muy tarde el 30 de noviembre, una vez que Grecia complete las "acciones prioritarias" que le exigen sus socios.
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Agencias Reuters, DPA, ANSA y AP