Para Putin, la guerra de Chechenia ya "ha entrado en su fase final"
Sin embargo, el ejército ruso reconoció bajas superiores a las que había declarado.
MOSCU.- Mientras el presidente interino ruso, Vladimir Putin, declaraba ayer que la guerra en Chechenia "ha entrado en su fase final", tras haber anunciado su pronta conclusión recientemente, el ejército reconocía que desde el comienzo de los enfrentamientos, en agosto del año último, murieron 1836 soldados federales, cifra significativamente superior a la admitida hasta el momento.
Un comunicado del estado mayor de las fuerzas armadas reveló también que, desde esa fecha, 4984 soldados resultaron heridos.
Según esos datos, la media de bajas en toda la guerra es de 8,4 al día, por encima de las 6 diarias de la primera guerra en el Cáucaso, en 1994-1996. Sin embargo, sólo en la última semana, cuando ya se habían dado por concluidas las operaciones militares "en gran escala", el número de soldados muertos se elevó a 172, a un ritmo de 24,5 diarios.
La nueva cifra fue suministrada por Valeri Manilov, vicejefe del Estado Mayor de Defensa, después de que la prensa rusa e influyentes políticos acusaron al Kremlin y al ejército de "maquillar" el número de muertes.
"Las autoridades siguen fieles a la vieja tradición soviética de estar convencidas de que saben mejor que el pueblo sobre qué se puede informar", acusó, en este sentido, el diario Sevodnia.
Continúa la resistencia
Además del número de bajas, Manilov confirmó también que quedan unos 3500 combatientes chechenos, la mitad de los cuales están rodeados en el pueblo Ulus-Kert, aseguró, al tiempo que subrayó que "dentro de pocos días" serán aniquilados los últimos grupos de resistentes.
Ayer, sin embargo, continuaban los encarnizados combates en la aldea sureña de Komsomolskoye, donde los aviones rusos atacaban de a dos cada 10 minutos.
La lucha por Komsomolskoye, que persiste desde que los separatistas entraron en la aldea, el domingo último, pone de relieve la incapacidad de las fuerzas federales para expulsar a los guerrilleros islámicos de las montañas del sur de la república, aun cuando los superan en número y armas.
Desde que miles de rebeldes abandonaron Grozny, la capital chechena, hace más de un mes, las tropas rusas centraron su ofensiva en las montañas del sur. Komsomolskoye está situada al pie de los cerros, cerca del estratégico desfiladero de Argún.
El objetivo de Moscú es despejar de rebeldes las montañas antes de la primavera boreal, cuando la nieve se derrite y la nueva vegetación facilita el desplazamiento y ocultamiento de los independentistas.
El presidente interino Vladimir Putin, en tanto, anunció ayer que cuando concluyan definitivamente las batallas podría imponer un gobierno bajo control ruso en Chechenia.
El mandatario reafirmó, además, su posición intransigente con esa república, al asegurar que no reconocerá la independencia chechena y que sólo conversará con los dirigentes que deseen mantener la pertenencia a Rusia.
"Debemos crear una elite local que entienda que para Chechenia es ventajoso formar parte de Rusia", destacó.
Putin, favorito para las elecciones presidenciales del 26 de este mes, debe buena parte de su popularidad a la recuperación del control ruso en Chechenia.
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