Para la Argentina, una cercanía incómoda
Irán refuerza cada vez más sus lazos con Bolivia, Venezuela y Ecuador, aliados del Gobierno
En una aparente réplica a Estados Unidos, que tiene lazos estrechos con Israel en Medio Oriente y conserva tropas en Irak, Irán logró en los últimos años expandir su influencia en América latina, considerada tradicionalmente una zona de influencia de Washington.
En esta ofensiva, el régimen de los ayatollahs, acusado ayer por la Casa Blanca de planear un atentado en Buenos Aires contra las embajadas saudita e israelí, contó con aliados inestimables en los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). Es decir, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Lo curioso es que estos países -principalmente Venezuela- son al mismo tiempo aliados del gobierno de Cristina Kirchner, que reclama en los foros internacionales que Irán coopere en la investigación del atentado de la AMIA, impune desde 1994.
En el caso de Venezuela, la asociación con Irán pasó por el establecimiento de plantas para producir leche, cemento, bicicletas y de ensamblado de automóviles. Pero lo que más polémica causa son los vuelos semanales entre Caracas y Teherán de la aerolínea de bandera Iran Air.
"Uno llega al país y tiene que pasar por control de pasaportes y aduaneros. Pero los pasajeros de ese vuelo entran por otra puerta y salen directamente", dijo a La Nacion el analista Nelson Bocaranda, desde Caracas.
A esto se le suman las sospechas -desmentidas enérgicamente por Caracas- de la supuesta instalación de una base misilística iraní en Venezuela y las sanciones norteamericanas a la petrolera estatal Pdvsa por hacer negocios con Irán pese a las restricciones impuestas por la ONU a causa de su polémico plan nuclear.
En el caso de Bolivia, en 2007, ambos gobiernos activaron una agenda de cooperación en energía, comunicaciones e infraestructura que supone la inversión de 1000 millones de dólares por parte de Teherán.
El capital se fue desembolsando en la construcción de hospitales, plantas para la producción de leche y el establecimiento de un canal de TV. También se estima que Irán tiene interés en las reservas bolivianas de uranio, aunque no hay confirmación de una negociación formal en este campo. "Al llamar imperio a Estados Unidos, y gracias a su cercanía con Venezuela y al giro de 180 grados en sus relaciones con Israel, que actualmente están en su peor momento, Evo Morales activó la relación con Irán", dijo a La Nacion desde La Paz el experto boliviano en relaciones internacionales Hugo Siles. "Si no hubiera ocurrido el atentado de 1994, probablemente la Argentina también tendría hoy en día relaciones estrechas con Irán", opinó.
En lo que hace a Ecuador, el acercamiento pasó en 2008 por el polémico voto a favor para que Irán ocupara una banca permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. También por el establecimiento momentáneo de una cuenta especial iraní en el Banco Central de Ecuador. Según dijo a La Nacion el ex canciller ecuatoriano Mauricio Gándara, eso le costó a su país integrar por un tiempo la lista negra del Grupo de Acción Financiera (GAFI), reservada a naciones riesgosas por lavado de activos y financiación del terrorismo.
La cercanía del ALBA con Teherán ya provocó fricciones con la Argentina, como cuando Evo Morales debió pedir disculpas al país por aceptar la visita de un funcionario iraní buscado por la Justicia, o cuando Néstor Kirchner decidió, en 2007, no asistir a la asunción de Rafael Correa para no cruzarse con el presidente Mahmoud Ahmadinejad. Resta saber si esas tensiones se agravarán tras la denuncia de ayer.
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