Para la Argentina, dos visiones de efecto bien distinto
Tanto el Gobierno como la oposición en la Argentina deben de estar muy pendientes de las elecciones en Brasil, uno de nuestros principales socios. Las elecciones de hoy influirán decisivamente sobre su relación bilateral con la Argentina.
Las propuestas del PT y del PSDB difieren en muchos aspectos; en el caso de la política económica internacional y sus ramificaciones domésticas, las divergencias son notables. Si bien es posible que parte de estas diferencias sean más retóricas que sustantivas, en varias áreas sensibles para la Argentina, las divergencias de enfoque son reales y se traducirán, con muy pocas dudas, en políticas efectivas.
La estrategia de relacionamiento económico externo que puso en marcha el PT es bien conocida: privilegiar el diálogo y la concertación económica con los Brics, mantener una presencia activa en América del Sur construyendo puentes entre lo que queda del Mercosur y otros procesos de coordinación regional, y consolidar el Mercosur como un espacio de coordinación más que de integración.
En el plano interno, esta estrategia tuvo como correlato la puesta en marcha de políticas de subsidio a la actividad privada y de fortalecimiento de la presencia internacional de las empresas brasileñas, tanto en materia de comercio como de inversión. Para la Argentina, el enfoque adoptado por el PT fue funcional: evitó el surgimiento de cortocircuitos en torno a la política industrial y comercial, y dio margen de acción para el enfoque casuístico y fuertemente defensivo de la política comercial argentina.
No hay dudas de que una administración del PSDB introduciría modificaciones radicales en este enfoque. Es muy probable que el énfasis en el vínculo privilegiado con los Brics se complementara con una estrategia más agresiva de cooperación con los países desarrollados. En efecto, por lo menos en el plano discursivo, la plataforma del PSDB muestra mucho más entusiasmo en torno a la firma de acuerdos comerciales preferenciales con socios como la Unión Europea o Estados Unidos. Si bien esto es más fácil decirlo que hacerlo, no hay duda de que la sola enunciación de este cambio de política tendría un efecto notable sobre la relación bilateral con la Argentina.
Una estrategia de mayor cooperación comercial con los países desarrollados seguramente se acompañaría de una revisión de la posición brasileña en relación con el proceso de integración subregional. Si bien el Mercosur es hoy un cascarón más que cualquier otra cosa, un gobierno del PSDB probablemente no dejaría pasar la oportunidad de enviar una señal a su audiencia empresaria. Un cambio en esa dirección también tendría un efecto no despreciable sobre el clima de la relación bilateral, lo que agravaría la sensación de creciente "soledad" de la Argentina.
Más allá de la retórica, el cambio previsible en las políticas de un gobierno de Neves sobre la Argentina sería mucho más directo. Un gobierno del PSDB tendría una política más agresiva y menos tolerante frente al casuismo y la orientación defensiva de la política comercial argentina. A juzgar por la opinión de sus referentes, una administración Neves estaría poco dispuesta a reemplazar la "paciencia estratégica", el leitmotiv de los sucesivos gobiernos del PT, por una "resignación estructural". Agotado el bálsamo de la "convergencia ideológica", el vínculo entre la Argentina y Brasil se tornaría más ácido, por lo menos en el plano del comercio.
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