Para Israel, la moderación también tiene sus riesgos
JERUSALÉN- "No nos engañemos", dijo el premier israelí, Benjamin Netanyahu, tras la victoria de Hassan Rohani en las elecciones presidenciales en Irán. "Será mejor, estoy seguro", se aventuró a vaticinar, desde la otra punta, el presidente Shimon Peres. En el medio estaba la cancillería, que aclaró que "Irán será juzgado de acuerdo con sus acciones, tanto en el tema nuclear como en lo relacionado con el terrorismo".
La elección de un candidato que el mundo presenta como "moderado" puede significar un serio problema para Israel? o una gran oportunidad.
Pese a que el que determina la línea a seguir por Teherán en temas como la cuestión nuclear o la política exterior no es el presidente de la república sino el líder supremo, no hay que descartar que pueda haber cambios. Dada la difícil situación económica en Irán debido a las sanciones impuestas por Occidente, puede que el ayatollah Ali Khamenei llegue a la conclusión de que es imperioso ampliar en cierta medida el margen de maniobra a fin de bajar la presión.
Para Israel, la clave está no sólo en la actitud que realmente adopte el nuevo presidente, sino también en la forma en que el resto del mundo lo perciba.
No será difícil irradiar "moderación" cuando la comparación se haga con el presidente saliente Mahmoud Ahmadinejad y sus recurrentes desafíos a Occidente y llamados a la destrucción del Estado de Israel. La gran pregunta es si Rohani demostrará o no en los hechos que realmente merece ser tildado de más liberal y moderado.
"Aquí hay oportunidades y riesgos", analizó Ephraim Kam, uno de los principales investigadores en el Instituto de Investigaciones de Seguridad Nacional israelí.
Sobre las oportunidades, Kam señaló "la posibilidad de un arreglo en el tema nuclear que sea aceptable para Israel y la posibilidad del comienzo de un cambio interno en Irán". Sin embargo, opinó que "por ahora esto no parece muy probable".
Los riesgos, en cambio, sí parecen más factibles. Rohani puede dejar de lado la práctica común de Ahmadinejad de llamar a la destrucción de Israel y negar el Holocausto, pero esto no necesariamente significará un acercamiento a Israel. "Si esto sucede, Israel perderá un punto clave en sus relaciones internacionales ya que las declaraciones duras de Ahmadinejad ayudaban a destacar la amenaza de un Irán nuclear".
"La imagen moderada del nuevo presidente podría ayudar a aliviar la presión internacional sobre Irán", advierte Kam. "Y esto podría alentar a Occidente a alcanzar algún tipo de arreglo en el tema nuclear que no sea aceptable para Israel."
Ya años atrás, cuando todavía era jefe de la oposición, Netanyahu dijo en una conferencia dictada en Jerusalén que el peligro de Irán no pasa por lo nuclear, sino por el hecho que "quien está buscando poderío atómico es un régimen opuesto a la existencia misma de Israel".
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