Pandemia: las nuevas variantes del coronavirus plantean un desafío a las vacunas
NUEVA YORK.- El constante flujo de noticias sobre nuevas variantes del coronavirus —primero en Gran Bretaña, luego en Sudáfrica, Brasil y Estados Unidos— también preanuncia una nueva inquietud: ¿Las vacunas nos protegerán de esas versiones alteradas del virus?
La respuesta hasta ahora es que sí, según los numerosos especialistas entrevistados. Pero dos nuevos estudios de pequeña escala, publicados online el martes a la noche, sugieren que algunas variantes pueden plantear desafíos inesperados para el sistema inmunológico del cuerpo, incluso en quienes ya se han vacunado, una evolución que para la mayoría de los científicos solo podía llegar a producirse en muchos meses, o incluso años.
El hallazgo es resultado de experimentos de laboratorio con muestras de sangre de grupos de pacientes, y no de la observación directa de la propagación del virus en el mundo real. Los estudios todavía no pasaron por la revisión de pares.
Pero los expertos que analizaron el informe concuerdan en que el hallazgo deja planteadas dos posibilidades inquietantes: las personas que cursaron la enfermedad con síntomas leves pueden seguir siendo vulnerables a las nuevas variantes del virus, y lo que es más preocupante aún, las vacunas podrían ser menos efectivas contra esas nuevas variantes.
Las vacunas existentes seguirán previniendo casos graves de la enfermedad, y la gente debería seguir aplicándoselas, dice el inmunólogo Michel Nussenzweig, de la Universidad Rockefeller, Nueva York, director de uno de los estudios: "Si el objetivo es que la gente no termine en el hospital, las vacunas van a seguir funcionando lo más bien."
Pero Nussenzweig agrega que las vacunas tal vez no impidan que la gente tengo una infección leve o directamente asintomática de las nuevas variantes del virus, "sin siquiera saber que estuvieron infectados". Y si los infectados asintomáticos pueden contagiar a quienes no están inmunizados, el virus seguirá cobrándose vidas.
Las vacunas funcionan estimulando al organismo para que produzca anticuerpos contra el virus. Los científicos habían adelantado que con el tiempo el virus podría adquirir mutaciones que le permitan evadir esos anticuerpos: son las así llamadas "mutaciones de escape". Algunos estudios incluso habían pronosticado qué tipo de mutaciones serían las más ventajosas para el virus.
Pero los científicos tenían la esperanza de que las nuevas vacunas siguieran siendo efectivas durante años, en base a la teoría de que al coronavirus le llevaría mucho tiempo modificarse hasta encontrar la variante capaz de esquivar el efecto inmunizador de la vacuna. Ahora, algunos investigadores temen que la propagación descontrolada del virus por el mundo le haya dado oportunidades prácticamente infinitas de reinventarse, acelerando la posible aparición de "mutaciones de escape".
Los estudios publicados el martes por la noche muestran que la variante identificada en Sudáfrica es menos susceptible a los anticuerpos generados por la infección natural y por las vacunas fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna.
En Estados Unidos aún no se ha detectado ni la variante sudafricana ni la mutación similar aparecida en Brasil. (La variante más contagiosa, que arrasa en Gran Bretaña, no contiene esas mismas mutaciones y parece ser susceptible a las vacunas).
El temor de que las vacunas fueran impotentes contra nuevas variantes del virus se intensificó durante una conferencia online celebrada el sábado, cuando varios científicos sudafricanos informaron que en pruebas de laboratorio, las muestras de suero de 21 de los 44 sobrevivientes de Covid-19 analizados no destruyeron la nueva variante que circula en ese país.
Las muestras de suero que tuvieron éxito contra la nueva variante fueron tomadas de pacientes graves que habían sido hospitalizados. Estos pacientes tenían niveles más altos de los llamados anticuerpos neutralizantes (el subconjunto de anticuerpos necesarios para desarmar el virus y prevenir la infección) que aquellos que solo habían enfermado levemente.
Los resultados "son un indicio muy fuerte de que varias mutaciones que vemos en la variante de Sudáfrica van a tener un efecto significativo en la resistencia de ese virus a la neutralización", dice Penny Moore, viróloga del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, quien dirigió el estudio.
El segundo estudio trae mejores noticias, al menos sobre las vacunas. En ese estudio, Nussenzweig y sus colegas analizaron muestras de suero de 14 personas que habían recibido la vacuna Moderna y de 6 personas que habían recibido la vacuna Pfizer-BioNTech.
Los investigadores usaron ese suero inmune contra muestras del virus modificado genéticamente para contener tres de las mutaciones detectadas en la variante de Sudáfrica, y observaron que los anticuerpos eran levemente menos eficaces contra esa variante. El resultado fue significativo "porque se observa en casi todos los individuos evaluados", dice Nussenzweig, aunque aclaró que "no es algo para aterrorizarse".
En la mayoría de las personas, la infección por coronavirus provoca una fuerte respuesta inmunitaria, y las vacunas parecen inducir una respuesta aún más potente. Dos dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna alcanzan para producir un nivel de anticuerpos neutralizantes superior al que se adquiere por infección natural.
De hecho, incluso si la efectividad de los anticuerpos se redujera diez veces, las vacunas seguirían siendo bastante efectivas contra el virus, dice Jesse Bloom, biólogo evolutivo del Centro Fred Hutchinson de Investigación contra el Cáncer, Seattle.
Y aunque los anticuerpos neutralizantes son esenciales para prevenir la infección, las vacunas —y la infección natural— también desencadenan la producción de miles de tipos de anticuerpos, sin mencionar varias células inmunitarias que conservan el recuerdo del virus y pueden reactivarse para enfrentarlo si el cuerpo se expone nuevamente al patógeno.
Incluso frente a las variantes del virus, esas otras defensas del sistema inmunológico pueden alcanzar para prevenir enfermedades graves, dice Florian Krammer, inmunólogo de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York. Krammer señala que en los ensayos clínicos, una sola dosis de la vacuna alcanzo para proteger de la enfermedad a los inoculados, por más que sus niveles de anticuerpos neutralizantes fuesen muy bajos o incluso indetectables.
Los ensayos que están llevando a cabo en Sudáfrica las empresas Novavax y Johnson & Johnson proporcionarán más datos del mundo real sobre la eficacia de las vacunas contra la nueva variante detectada en ese país. Esos resultados se esperan para las próximas semanas.
Todos los virus mutan, y no es de extrañar que algunas de esas mutaciones eludan las defensas inmunológicas del cuerpo, dicen los expertos. Cada nuevo anfitrión le brinda al virus nuevas oportunidades para acumular y probar mutaciones, al alterar levemente la secuencia de de ARN de su código genético.
"No tenemos que perder de vista las mutaciones y estar atentos a la aparición de variantes que puedan volverse prevalentes en ciertas partes del mundo", dice Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale.
También es importante limitar los viajes internacionales —y por lo tanto la importación de variantes nuevas— hasta que la mayoría de la población esté inmunizada, dice John Moore, virólogo de la Escuela de Medicina Weill Cornell, Nueva York.
"Incluso si la variante ya está entre nosotros, cuanta más cantidad de virus nuevos se introduce en un territorio, más probable es que se produzca un evento de supercontagio", dice Moore. (El flamante presidente Joe Biden planea mantener las actuales restricciones para quienes hayan viajado recientemente a Europa y Brasil).
La tecnología de ARNm en la que se basan las vacunas Pfizer y Moderna puede modificarse en cuestión de semanas y mucho más fácilmente que el proceso utilizado para producir las vacunas contra la gripe común. Pero los especialistas dicen que lo más prudente sería prepararse para esa eventualidad desde ahora, y pensar no solo en los aspectos técnicos de la actualización de las vacunas, sino también en las pruebas, la aprobación de los entes reguladores, y en su lanzamiento y aplicación.
Así y todo, los expertos dicen que el mejor camino sigue siendo prevenir directamente la aparición de nuevas mutaciones y variantes del patógeno.
"Imagínense tener que estar corriendo detrás para actualizar la vacuna todo el tiempo", dice Iwasaki. "Lo mejor sería detener lo antes posible la propagación, y por lo tanto el proceso de mutación, mientras la vacuna siga siendo efectiva."
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
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