Panamá: el drama del país que lleva más tiempo con las aulas cerradas
Hace 16 meses que los chicos y adolescentes permanecen sin educación presencial en Panamá
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En América Latina y el Caribe vive cerca del 60% de todos los niños, niñas y adolescentes que perdieron un año escolar completo en todo el mundo debido a los confinamientos por causa del coronavirus, según datos recopilados por Unicef. En promedio, los países de la región han cerrado sus escuelas por un período de 158 días hábiles, más que cualquier otra parte del planeta.
Con 211 días sin clases presenciales –hasta febrero de 2021–, Panamá se ha convertido en el país con el cierre más prolongado no solo del continente sino de todo el mundo. Si se incluye el período de vacaciones, hace 16 meses que los niños no asisten a la escuela.
“La afectación ha sido multidimensional”, explica a LA NACIÓN Carlos Smith, psicólogo clínico, miembro de la Cámara Panameña de Desarrollo Social y director de Enlaces (Fec), una fundación dedicada a la educación. “Existía una brecha importantísima entre escuelas privadas y públicas antes de la pandemia, y esa brecha se amplió. Con respecto al ámbito académico, hubo un deterioro importantísimo en los aprendizajes. También se produjo un deterioro en la salud mental ante la falta de interacción social, se incrementó la violencia doméstica y aumentó el abuso sexual, ya que las escuelas eran factores protectores para evitar estos abusos”.
“Además, las escuelas ofrecían la única comida balanceada que algunos niños recibían al día o el único control médico y odontológico”, agrega.
En respuesta a la emergencia educativa subyacente de la crisis por la pandemia, el Ministerio de Educación (Meduca) estableció una estrategia nacional a fin de garantizar la continuidad educativa. Creó una plataforma web de libre acceso y lanzó el programa “Conéctate con la Estrella”, un sistema de clases a través de la radio y la televisión.
Según los resultados, el año pasado ocho de cada 10 niños recibieron algún tipo de educación a distancia. Pero en los lugares más vulnerables, seis de cada 10 niños recibieron educación a través de plataformas no interactivas, como whatsapp, la radio, la televisión o módulos, lo que implicó “un empobrecimiento espantoso de la calidad educativa”, según Smith. “La estrategia del Meduca estuvo muy alejada de la realidad de los niños. Apostaron al desarrollo de clases virtuales cuando, en un país tan desigual como Panamá, hay comunidades que no tienen acceso a internet”, añade el experto.
Un sondeo realizado por la ONG Aliados por la Niñez y la Adolescencia, en colaboración con Unicef, encontró que 1 de cada 3 adolescentes directamente no tuvo contacto con su escuela durante 2020, aumentando el riesgo de deserción escolar a largo plazo.
“Nos cansamos de la virtualidad porque a través de una pantalla no se aprende nada y hay muchos estudiantes que no tienen los recursos necesarios para las clases virtuales”, se lamenta por audio con LA NACIÓN Jeysmin Amador, una alumna de 6to grado del Instituto Nacional.
De acuerdo a la plataforma U-Report, 75% de los estudiantes desean volver a clases semi presenciales o presenciales, y solo el 25% reportan que están recibiendo las explicaciones que necesitan de parte de sus maestros a través de la plataformas existentes.
“Definitivamente extraño las clases en el aula, ver a mis compañeros. Es muy agotadora la jornada frente a una pantalla, ya no me motiva levantarme temprano para seguir esa rutina. Por lo menos mis profesores se esfuerzan por despejar nuestras dudas, explicarnos bien, pero hay algunos chicos que no corren con la misma suerte”, comenta, por su lado, Andrea Batista de 9no grado del Colegio Nuestra Señora de La Merced, ubicado en el barrio El Chorrillo de la Ciudad de Panamá.
“Escuelas seguras”
Actualmente, en Panamá hay 19 escuelas certificadas como “escuelas seguras”, 437 escuelas que brindan tutorías presenciales, se han conformado 2659 comités de salud en las escuelas, y 60 centros de atención a la primera infancia (CAIPI) operando de forma presencial.
Sin embargo, el Meduca ya anunció que el primer trimestre de 2021 se desarrollará de manera virtual para la mayoría de las escuelas.
“En muchas partes del mundo, las escuelas son las primeras en reabrir y las últimas en cerrar. Pero en América Latina y el Caribe, las escuelas suelen ser las últimas en abrir y las primeras en cerrar”, explica Jean Gough, Directora Regional de Unicef para América Latina y el Caribe. “A medida que comienza el nuevo año escolar en la mayor parte de la región, varios países han comenzado a reabrir progresivamente sus escuelas. Sin embargo, todavía hay varios países de América Latina y el Caribe donde las aulas permanecen cerradas. Para ellos, es urgente priorizar la reapertura de las escuelas y tomar todas las medidas para que sea lo más seguro posible”.
La red de ONG que aboga por la reapertura segura, gradual, flexible y voluntaria ha recibido mucha resistencia por parte de los gremios docentes y algunos grupos de padres. “Hay mucho miedo”, dice Smith a la vez que elogia al Jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, por “brindar seguridad con sus mensajes y abogar por la reapertura de escuelas”.
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