Pablo Dreyfus, un argentino experto en desarme, iba entre los pasajeros
Es un destacado especialista a nivel mundial en control de armas e hijo de un reconocido publicista
Considerado uno de los más reputados expertos a nivel mundial en la carrera armamentista y su impacto en el crimen organizado, y en los programas de desarme en América latina, Pablo Gabriel Dreyfus, de 39 años, argentino, pasajero del fatídico vuelo AF 447 de Air France, es hijo del reconocido publicista Gabriel Dreyfus, actual coordinador de la campaña política del partido Acuerdo Cívico y Social.
Se había embarcado en el vuelo desaparecido junto con su esposa, la brasileña Ana Carolina Rodrigues, de 28 años, para pasar una semana de vacaciones en París. Contrajeron matrimonio un año atrás y no tienen hijos.
Discípulo del canadiense Keith Krause, experto en temas de seguridad y violencia armada, Dreyfus es un investigador riguroso, de probadas credenciales académicas. Sus relevamientos fueron incluidos en la Small Arms Survey , el sondeo mundial de armas pequeñas elaborado en Suiza. Graduado en Ciencias Políticas en la UBA, obtuvo su maestría en Relaciones Internacionales y un doctorado en el Institut Universitaire de Hautes Etudes Internacionales, en Ginebra. Asiduo consultor de gobiernos y organismos internacionales, desde 2002 está radicado en Río de Janeiro. Allí se desempeña como investigador de Viva Río, una ONG abocada al control de armas y a combatir la violencia armada y la propagación del crimen organizado. Ayer, en el sitio web de esa ONG, su director ejecutivo los despedía a él y a su esposa atribuyéndoles "una honestidad más allá de los límites razonables".
Factótum del Estatuto del Desarme adoptado por el Estado brasileño en 2003, que restringe la obtención y tenencia de armas en aquel país, Dreyfus había impulsado esa ley mediante un referéndum que fracasó por la escasez de votantes a nivel nacional. Aunque de los resultados había surgido un mayoritario sí a la pregunta sobre si la población prefería un Brasil "sin armas". Tal es su desvelo sobre la violencia latinoamericana que le atribuye a Hugo Chávez ser el principal motor de la carrera armamentista en la región.
Con gravitación regional
"Es un intelectual progresista, comprometido con América latina, y sus principales desvelos han sido los programas de desarme y el control del comercio de la industria armamentística. Cree que legislar sobre esas áreas es la herramienta efectiva para la erradicación de la violencia armada en grupos insurgentes latinoamericanos", señaló ayer a LA NACION Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) de Bogotá. Ese instituto líder en Colombia sobre los conflictos armados en la región fue cofundado en 2004, justamente, por Dreyfus y Restrepo. Allí Dreyfus coordina el área de investigación en el control de armas de fuego. Y por ello escribió varios capítulos sobre esta temática para un libro que el centro editará próximamente.
Restrepo recordó que Dreyfus evitó siempre pronunciarse sobre su etapa como analista en temas de seguridad y defensa del gobierno de Fernando de la Rúa. Pero se sabe que reportaba en forma directa al ex presidente. "Decía que le había advertido a De la Rúa lo que se venía en 2001, pero que no había logrado obtener el oído del mandatario", agregó Restrepo.
Autor de una docena de libros, lector voraz, aficionado al tango, extremadamente ordenado y exigente, en Colombia lo describen como un "hombre sereno, inspirador y de buen trato". Su último trabajo en Brasil se vinculó a la porosidad de las fronteras brasileñas para el tráfico de armas.
Ayer, en declaraciones a la prensa, su padre, Gabriel, conmocionado por la noticia, se mostraba esperanzado en que se hallaran sobrevivientes de la tragedia aérea. "Me enteré por un amigo de Pablo que me llamó desde Brasil de que mi hijo se había embarcado en ese avión-dijo-, pero de la empresa nunca me llamaron, debí comunicarme yo." Al cierre de esta edición el padre no había recibido novedades sobre su paradero.
En tanto, el cónsul en París, Miguel Angel Hildman, dijo a Télam que la información sobre la tragedia ayer había sido escasa por la celebración del Día de Pentecostés, feriado en Francia. Además, lamentó las declaraciones del presidente Nicolas Sarkozy a los familiares de los pasajeros en el aeropuerto Charles de Gaulle sobre que "había pocas esperanzas de encontrar sobrevivientes".