Otro dolor de cabeza para Bolsonaro: crecen las sospechas de corrupción contra su hijo mayor
RÍO DE JANEIRO.- Tras las masivas protestas de ayer contra los recortes a la educación, con la economía que no termina de despegar y la popularidad del gobierno cada vez menor, al presidente brasileño Jair Bolsonaro se le sumó ahora un nuevo dolor de cabeza. Según un informe del Ministerio Público del estado de Río de Janeiro, existen indicios de que había una "organización criminal" en el gabinete del hijo mayor del presidente, el senador Flavio Bolsonaro, cuando era diputado estatal, entre 2003 y 2018, y de que él y sus asesores habrían cometido crímenes de malversación de fondos, lavado de dinero y asociación ilícita.
Las primeras alertas habían surgido en diciembre del año pasado, poco antes de que Flavio Bolsonaro pasara a su banca en el Senado y de que su padre asumiera el comando del Palacio del Planalto. Entonces, la prensa reveló que el Consejo de Control de Actividades Financieras (Coaf) había identificado numerosas transacciones sospechosas en efectivo, por 1,2 millones de reales (unos 300.000 dólares), realizadas por su exchofer y colaborador Fabricio Queiroz. Ahora, en base a nuevos descubrimientos, el Ministerio Público pidió a la Justicia de Río el quiebre del secreto bancario de Flavio Bolsonaro y de otras 94 personas, entre ellas ocho que trabajaron para él, para su padre y para dos de sus hermanos también políticos, Carlos (concejal en Río de Janeiro) y Eduardo (diputado).
"En la presente investigación, por elementos de pruebas recogidos, ya es posible vislumbrar indicios de existencia de una organización criminal con alto grado de permanencia y estabilidad, formada desde el año 2007 por decenas de integrantes del gabinete del exdiputado estatal Flavio Bolsonaro y otros asesores nombrados por el legislador por otros cargos en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, destinada a la práctica de crímenes de malversación de fondos, cuya pena máxima supera los cuatro años", señaló el Ministerio Público en su informe al juez Flavio Nicolau, del 27º Tribunal Criminal de Río de Janeiro.
Los fiscales sospechan que en el gabinete de Flavio Bolsonaro se había montado un esquema para repasar parte de los salarios de los empleados públicos para el propio político que los contrató, práctica familiarmente conocida como "rachadinha" ("rajadurita").
Después de alegar problemas médicos y evitar durante varias semanas dar explicaciones a la Justicia, Queiroz señaló que sus movimientos financieros se debían a un negocio no declarado de compra y venta de autos usados, y aseguró que su jefe no estaba al tanto de nada. Sin embargo, para el Ministerio Público, se trató de un intento de "asumir solo la responsabilidad penal y desviar el foco de la investigación que también recae sobre el exdiputado Flavio Bolsonaro".
Para los fiscales, "no parece creíble la insinuación de la defensa de que el liderazgo de la organización criminal cabría al propio Fabricio Queiroz, un asesor subalterno, que habría actuado sin el conocimiento de sus superiores jerárquicos durante años". Queiroz también fue quien, supuestamente por motu proprio, hizo que se contratara en el gabinete del entonces diputado Bolsonaro a la esposa y la madre del expolicía militar Adriano Magalhães Nóbrega, hoy fugitivo, acusado de ser uno de los líderes de la milicia paramilitar Oficina del Crimen, sospechosa de estar detrás del asesinato de la concejal Marielle Franco el año pasado.
El informe del Ministerio Público apuntó asimismo que hay "sospechas de subfacturación en las compras y sobrefacturación en las ventas" de 19 oficinas y departamentos realizadas por Flavio Bolsonaro entre 2010 y 2017. Para los fiscales, son "serios indicios de lavado de dinero" en las operaciones inmobiliarias para "simular ganancias de capital ficticia que encubrían el enriquecimiento ilícito decurrente de los desvíos de recursos" de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.
En un comunicado, el senador Flavio Bolsonaro negó cualquier ilegalidad y criticó la filtración del informe del Ministerio Público a la prensa.
"Tengo mi pasado limpio y jamás cometí ninguna irregularidad en mi vida. Todo será probado en el momento oportuno dentro del proceso legal. Solamente lamento que algunas autoridades de Río continúen filtrando ilegalmente a la prensa informaciones secretas para que el tema sea tratado públicamente por la prensa y no dentro del proceso", resaltó el hijo mayor del presidente.
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