Otras protestas estallan y se apagan. Pero el movimiento parece ser diferente
DENVER, Colorado.- Desde que se desataron las protestas en todo Estados Unidos contra la violencia policial, Dakota Patton dejó las changas de pintura y de delivery que hacía para subsistir y maneja todos los días dos horas para manifestarse sobre las escalinatas de la Lagislatura del Estado de Colorado. Está agotado, pero no tiene intenciones de aflojar. "Esta vez es más grande", dice Patton, de 24 años. "Lo demás no me importa: siento que tengo que estar acá. Necesito estar acá".
A dos semanas de la primera protesta que se desató tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía, las masivas concentraciones en reclamo de justicia racial en Estados Unidos y luego en el mundo, han alcanzado una escala y una fuerza no vista en décadas. Y no parece que vayan a aquietarse.
Las calles y las plazas están repletas de gente que olvida sus planes de fin de semana, cancela reuniones, pide licencia en el trabajo y busca apuradamente alguien que le cuide a los chicos para salir a manifestar. Muchos dicen que la devastación económica de la pandemia ya le había liberado la agenda. Perdido el empleo y cerrada la universidad, lo único que tiene la gente es tiempo.
"Esta es como mi casa", dice Rebecca Agwu, de 19 años, que perdió su trabajo en el campus universitario por la pandemia. Estuvo cinco días en el acampe de protesta en Denver, charlando junto al edificio tapiado de la Legislatura de Denver con tres empleadas despedidas de un shopping cercano.
El domingo, la gente volvió a ganar las calles en todo el país, y cuando los gobernadores y alcaldes se comprometieron a poner freno al poder de la policía se hizo evidente que las protestas estaban ejerciendo una presión real sobre la clase política.
Other Protests Flare and Fade. Why This Movement Already Seems Different. from @jackhealyNYT and @Kim_Barkerhttps://t.co/pu2SAkqR4e&— Caitlin Dickerson (@itscaitlinhd) June 8, 2020
El alcalde Bill de Blasio, prometió recortar el presupuesto de la Policía de Nueva York y aumentar los fondos para planes sociales. En Minneapolis, nuevo integrantes de la legislatura -una mayoría a prueba de veto- se comprometió públicamente a crear un nuevo sistema de seguridad pública, en una ciudad donde hace tiempo hay denuncias de racismo contras las fuerzas policiales. De Blasio también canceló el toque de queda nocturno que había impuesto la semana pasada. Y el presidente Donald Trump dijo el domingo que había ordenado el retiro de la Guardia Nacional de Washington DC.
En el pasado, la policía supo romper otras protestas con redadas y arrestos, como ocurrió con el acampe contra la construcción de un oleoducto en Dakota del Norte y durante el movimiento Occupy Wall Street, en el centro de Manhattan. Pero ahora la violenta respuesta de la policía solo parece reforzar la determinación de los manifestantes de volver a ganar las calles. La semana pasada, después de la policía usó granadas cegadoras y espray químico para despejar de manifestantes la Plaza Lafayette, frente a la Casa Blanca, empezó a llegar todavía más gente.
Una de estas tardes, en Washington, una persona entre cientos de manifestantes gritó que ahí iban a estar todos de vuelta al día siguiente. Y una persona agregó: "Y al día siguiente a ese". La frase prendió de inmediato y la multitud empezó a corear: "¡Y al día siguiente! ¡Y al día siguiente!"
Como las protestas no son solo por la muerte de Floyd sino contra todo un amplio sistema de inequidad racial, esta vez los funcionarios no pueden desactivar la situación mandando a juicio a los policías involucrados, como hicieron en Baltimore tras la muerte de Freddie Gray. En Minneapolis, los activistas no creen que el movimiento pierda fuerza simplemente porque el policía que le aplastó el cuello con la rodilla durante 9 minutos a Floyd hasta matarlo y los demás policías presentes hayan sido acusados. "Participo en manifestaciones desde que tengo memoria", cuenta Raeisha Williams, una activista de Minneapolis. "Pienso seguir viniendo hasta que el sistema cambie".
Scene outside Minneapolis police station Wednesday evening, hours after new charges announced against four officers accused of involvement in George Floyd’s death. pic.twitter.com/Nd6hDbdtms&— Kim Barker (@Kim_Barker) June 3, 2020
En Australia, Gran Bretaña, Francia, Alemania y alrededor de todo el mundo, los ciudadanos han desafiado el frío y la cuarentena para solidarizarse con los manifestantes norteamericanos, que a esta altura se han volcado a las calles en más de 150 ciudades de Estados Unidos.
Los activistas y académicos que estudian el apogeo y caída de otros levantamientos por casos de gatillo fácil, tiroteos en escuelas, derechos de las mujeres o arresto de inmigrantes, entienden que la indignación generalizada por las desigualdades económicas y raciales pueden garantizarle una mayor duración al actual movimiento. "Antes había un guión estándar, un ciclo de lavado, enjuague y centrifugado", indica Jody David Armour, profesor de leyes de la Universidad de Carolina del Sur y experto en justicia racial. "Se nombraba una comisión, se celebraban un par de audiencias públicas para que la gente descargue su bronca y los expertos den su opinión, y un par de días después, los funcionarios salían a decir que tenían la solución".
Los resultados, cree Armour, "están a la vista". Algunos referentes sociales y comunitarios dicen que parte de la fuerza que tiene actualmente el movimiento se ira apagando. Pero agregan que las protestas por la muerte de Floyd parecen estar generando una nueva camada de activismo, que emana de una bronca profunda y generalizada. Ese resentimiento tiene sus causas: la muerte de mujeres y hombres negros a manos de la policía, la desigualdad económica con un 13% de desempleo y el fracasado liderazgo político frente a una pandemia que se cobró las vidas de más de 100.000 norteamericanos.
Black Lives Matter protest in Los Angeles. pic.twitter.com/eKY30ig2FL&— Louie Tran (@louie_tran) June 8, 2020
"Vemos la injusticia en todos los sectores de nuestra sociedad", dice Wes Moore, que en su libro "Five Days" hizo la crónica de la muerte de Freddie Gray y sus repercusiones. "Las escuelas estuvieron cerradas. Los estudiantes universitarios están agobiados y cargados de deudas. Todo eso se va sumando".
En todo Estados Unidos, los activistas expresan que si bien los medios prestan más atención cuando alguien le prende fuego a un edificio o la policía mata a otro negro, las protestas y los reclamos de reforma nunca cesan.
En Los Ángeles, los activistas del movimiento Black Lives Matter vienen manifestando contra el abuso policial todos los miércoles desde hace más de dos años y muchas veces sólo reunían unas decenas de personas. Pero la semana pasada llegaron miles, evidencia de que la muerte de Floyd funcionó como catalizador del trabajo que realizan los activistas locales desde hace años. Valeria Rivera, cuyo hijo Eric fue asesinado por la policía en 2017, está muy contenta de que se haya sumado tanta gente. "Siempre esperamos que llegara este día, que la gente se volcara masivamente a las calles", dice Rivera.
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
Temas
Otras noticias de Actualidad
Más leídas de El Mundo
Tensión en Ucrania. EE.UU. y países europeos cierran sus embajadas en Kiev ante el riesgo de un “ataque aéreo significativo” de Rusia
Derrumbe. Es uno de los hombres más ricos del mundo y perdió 12.500 millones de dólares en un día por una trama de sobornos
Adelanto de sus memorias. Angela Merkel reveló el consejo que le dio el papa Francisco para lidiar con Trump
Reabre el 7 de diciembre. Un video muestra cómo quedó el interior de la catedral de Notre Dame tras la restauración