Otra polémica en campaña: Donald Trump se niega a participar en un segundo debate virtual
WASHINGTON.- El segundo debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden todavía no se realizó, y ya desató una polémica. Debido al contagio de coronavirus de Trump, la Comisión de Debates Presidencial decidió que la cita prevista para la semana próxima en Miami sea "virtual", con ambos candidatos respondiendo preguntas de la gente de manera remota, un formato acorde con el año de pandemia. Pero apenas se conoció la nueva modalidad, Trump la rechazó: "No voy a hacer un debate virtual", afirmó.
El contundente rechazo de Trump al formato propuesto por la comisión desató una batalla entre republicanos y demócratas cuando falta menos de un mes para los comicios del 3 de noviembre, y cubrió con una nueva dosis de estrés a una campaña presidencial que continúa siendo castigada por la pandemia del coronavirus y el caos con el que se acostumbró a convivir Estados Unidos con el ascenso político de Donald Trump.
"No, no voy a perder el tiempo en un debate virtual. Eso no es un debate. Te sentás detrás de una computadora y hacés un debate. Es ridículo. Y luego te cortan cuando quieren", se quejó Trump durante una charla telefónica con el canal Fox Business que se extendió por casi una hora.
Trump dijo durante la conversación que creía que le había ganado con facilidad al demócrata en el primer choque, en Cleveland, y que lo vencerá de nuevo y acusó a la comisión de querer protegerlo. El primer debate recibió una inédita y amplísima condena y fue catalogado como "un show de m…" y "el peor debate de la historia" por las constantes interrupciones de Trump a Biden; los insultos; las chicanas y las descalificaciones, y la ausencia de intercambios sustanciales sobre el futuro del país.
"No sabemos qué va a hacer el presidente. Cambia de opinión cada segundo. Sería irresponsable que yo comente sobre eso ahora", dijo Biden sobre Trump. "Nunca se sabe lo que va a salir de su boca", afirmó.
El rechazo tajante de Trump al formato propuesto para el último debate abrió una pelea entre las dos campañas por la modalidad y las fechas de los dos próximos encuentros. La campaña de Trump dijo que quería postergar una semana los dos debates pendientes, una movida que pondría el último choque el 29 de octubre, menos de una semana antes de las elecciones. Y la campaña de Biden dijo que estaba dispuesta a aceptar las propuestas de la comisión y que esperaba que el último debate del 22 de octubre se hiciera con la participación de los votantes, bajo el formato de cabildo abierto.
"Los votantes deben tener la oportunidad de hacer preguntas a ambos candidatos, directamente. Todos los candidatos presidenciales desde 1992 han participado en tal evento, y sería una lástima que Donald Trump fuera el primero en negarse", dijo la directora de Comunicaciones de la campaña de Biden, Kate Bedingfield. Ante el rechazo del presidente, el equipo de Biden programó un encuentro con votantes por la cadena ABC y acusó a Trump de esconderse de la gente y evitar sus preguntas.
El jefe de campaña de Trump, Bill Stepien, dijo que un debate virtual claramente "sería un regalo para Biden porque dependería de su teleprompter desde su búnker en el sótano".
"Estamos de acuerdo en que esto debería suceder el 22 de octubre y, en consecuencia, el tercer debate debería retrasarse una semana hasta el 29 de octubre. La Comisión de Debates Presidenciales y los medios de comunicación no pueden ocultar a Joe Biden para siempre. Los estadounidenses merecen escuchar directamente a ambos candidatos presidenciales en estas fechas", afirmó.
Los cruces entre las campañas y los candidatos no hizo más que arrojar más incertidumbre sobre el futuro de la campaña presidencial.Trump aún no ha sido dado de alta por su equipo médico, lo que implica que aún puede contagiar a otras personas. El mandatario sigue recluido en la Casa Blanca, devenido en un hot spot de la pandemia del Coronavirus.
Un memo interno del gobierno de Trump que fue filtrado a los medios reveló que al menos 34 funcionarios de la Casa Blanca y aliados políticos del presidente que tuvieron contacto con el gobierno trumpista fueron infectados con el coronavirus.
La debacle interna generada por la ola de contagios fue la última evidencia del desmanejo del gobierno federal de la pandemia, que ya contagió a más de 7,5 millones de personas en Estados Unidos y provocó más de 212.000 muertes confirmadas.
El hermetismo respecto de la salud presidencial continuó.La Casa Blanca se rehusó nuevamente a decir cuándo fue la última vez que Trump dio negativo a la prueba de coronavirus, alimentando las sospechas de que el mandatario contrajo el virus antes de lo que se cree. Trump difundió dos videos en sus redes sociales, ayer y hoy, en los que elogió el tratamiento experimental de anticuerpos que tomó, Regeneron, al que llamó "una cura". También prometió que aprobará su uso de emergencia y que será gratis.
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