Otra era: el contraste con la época en que Afganistán estaba occidentalizado
En los años 60, el rey Zahir Shah ya se había propuesto modernizar el país y el pleno ingreso de las mujeres a la vida política, laboral y académica
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Con la entrada de los talibanes al palacio presidencial de Kabul, Afganistán acaba de poner punto final al objetivo de los últimos 20 años de imponer una democracia de estilo occidental en uno de los países más complejos de Medio Oriente. Pero no fue este el único intento. Ya en los años 60 el rey Mohammed Zahir Shah (1914-2007), se había propuesto modernizar su país a imagen de lo que había aprendido de sus docentes británicos, durante sus años de formación escolar, y luego como estudiante universitario en París.
El ingeniero Mohammad Qayoumi, de 68 años, que era ministro de Finanzas del gobierno de Ashraf Ghani que acaba de ser derrocado, realizó en su cuenta de Facebook una compilación fotográfica de lo que fue Afganistán en aquellos años de su juventud cuando el rey comenzó a impulsar los cambios.
Por los mismos años en que el shah Rezah Pahlevi buscó occidentalizar al vecino Irán, Zahir Shah, que reinaba desde 1933, trajo asesores extranjeros a Afganistán con el mismo objetivo. En 1959 eliminó la obligatoriedad del uso del velo para las mujeres, y en 1964 promulgó la primera Constitución que estableció una democracia parlamentaria, igualdad de derechos para hombres y mujeres, pleno acceso femenino al voto, al trabajo y a la educación, y dio un gran impulso a la universidad de Kabul.
“Hace medio siglo, las mujeres afganas soñaban con cursar carreras como Medicina, hombres y mujeres se mezclaban de manera informal en cines y campus de las universidades en Kabul, mientras que las fábricas ubicadas en los suburbios producían tejidos y otros bienes”, recordó Qayoumi.
“La gente común tenía un sentido de esperanza, y creía que la educación podía abrir oportunidades para todos, con la convicción de que se avecinaba un futuro brillante”, señaló el saliente ministro de Finanzas.
En aquellos tiempos de Guerra Fría, Afganistán vivió la particularidad de que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética competían por ayudar al país y atribuirse sus avances. Con la ayuda externa se realizaron así grandes proyectos de infraestructura, como la construcción de centrales hidroeléctricas, aeropuertos y carreteras. Afganistán se convirtió también en un imán para jóvenes turistas occidentales por sus escarpadas montañas, lagos azules y atractivos históricos.
Pero el rey fue claro en que la ayuda externa no lo comprometía con ningún bando: “No soy capitalista y tampoco quiero el socialismo. No quiero ser un sirviente de Rusia, de China ni de ningún otro país”, dijo durante una entrevista a fines de los 60.
Sin embargo, debajo de la capa homogeneizadora de la occidentalización, Afganistán nunca dejó de ser un país profundamente dividido entre sus diferente etnias y tribus, con dos idiomas oficiales (persa afgano y pashtun), y otras 30 lenguas menores. Aunque no hay censos recientes, se estima que alrededor del 42% de la población son pashtunes (etnia mayoritaria entre los talibanes), un 27% son tashikos, 9% hazaras, 9% uzbekos, 4% aimak, 3% turkmenos, 2% baluchi y 4% otras etnias.
El progreso de las ciudades, además, nunca llegó al Afganistán profundo, las disputas tribales fueron aumentando a lo largo del reinado de Zahir Shah, y a comienzos de los 70 las cosechas fueron catastróficas y el hambre comenzó a asolar el país.
En julio de 1973, mientras estaba recibiendo en Italia tratamiento médico por una afección ocular, Zahir Shah fue derrocado en un golpe orquestado por su primo, Mohammad Daoud. Tras su caída, el país se sumió en la violencia y la guerra entre facciones, que terminaron poniendo fin a la campaña de modernización.
En 2002, al año siguiente de la ocupación norteamericana de Afganistán, luego de 29 años de exilio, Zahir Shah regresó a su país a los 87 años. La ONU y varios países impulsaban una monarquía constitucional liderada por el anciano rey. Pero Estados Unidos no apoyó la iniciativa y el propio Zahir tampoco se mostró muy entusiasmado. “Ya no se puede gobernar como antes, el pueblo es el que debe decidir”, dijo. Cinco años más tarde, el 23 de julio de 2007, falleció en la capital afgana, donde se encuentra enterrado actualmente.
Afghanistan 1960 to 1980 - Once upon a time AFGHANISTANکه وخت لری حتمی وګوری
Posted by Nizar Yousafzai on Sunday, August 25, 2013
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