Ortega afina unos comicios a medida en Nicaragua y mantiene la persecución política
El presidente despejó de verdaderos rivales su camino a las elecciones de noviembre; solo competirán dos dirigentes domesticados y sin condiciones de disputarle la victoria
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PARA LA NACION
CARACAS.– La estrategia sandinista se acerca a su escenario perfecto para una nueva reelección presidencial de su caudillo, Daniel Ortega, cuando faltan pocas horas para que se abra el plazo para las postulaciones presidenciales. Los candidatos tendrán tiempo para inscribirse hasta el 2 de agosto, pero los verdaderos rivales del jefe revolucionario están presos, bajo arresto domiciliario o en el exilio.
De esta forma, Ortega disputará los comicios del 7 de noviembre contra dos candidatos “liberales” que él mismo ha favorecido. Ninguno de ellos cuenta con las simpatías de la mayoría opositora.
Ese era precisamente el objetivo de la desenfrenada caza y captura de precandidatos y la inhabilitación de partidos. El arresto domiciliario de Noel Vidaurre y el exilio de María Asunción Moreno conforman el penúltimo capítulo del operativo oficialista, que no se da por terminado.
“Ante el acoso, la persecución y la amenaza de mi encarcelamiento por parte de la dictadura Ortega-Murillo, he decidido salir del país. Creo que desde el duro exilio podré aportar más que desde el aislamiento e incomunicación al que son sometidos nuestros presos políticos”, dijo la académica y jurista María Asunción Moreno, precandidata presidencial de la Alianza Cívica, quien huyó el fin de semana pasado de Nicaragua tras permanecer dos semanas en la clandestinidad.
La constitucionalista sufría el hostigamiento de las fuerzas sandinistas desde el inicio de la embestida revolucionaria en junio pasado, pero cuando comenzó a sonar su nombre como posible aspirante la persecución recrudeció. La orden presidencial era sacarla del juego electoral sin contemplaciones.
Treinta agentes localizaron su último refugio, que allanaron con tanta violencia que destruyeron la cerca eléctrica, las puertas, los muebles y robaron su vehículo, un BMW, además de golpear y amenazar a los presentes.
De esta forma son ya seis los precandidatos y aspirantes para las elecciones presidenciales de noviembre que están presos, dos más que permanecen en arresto domiciliario, entre ellos Vidaurre, y dos en el exilio. La lista está encabezada por la principal favorita para las elecciones, Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios, que encabezaba las encuestas.
La caza y captura ordenada por Ortega y su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo, también provocó el encarcelamiento de 15 dirigentes de gran peso político, incluidos tres exguerrilleros disidentes del actual sandinismo.
Enemigos
Ajeno aparentemente a lo que ocurría en su país, el mandatario centroamericano prosiguió sus ataques este lunes contra Estados Unidos, el “enemigo de la humanidad”, en su felicitación al gobierno cubano por un nuevo aniversario del asalto al Cuartel de Moncada, en lo que también parecía un mensaje atribuible a su propio régimen: “El imperialismo arremete e intenta doblegar lo indoblegable”.
La pareja presidencial busca los rivales perfectos que le permitan conquistar unas elecciones bajo control total de la revolución. Eliminando uno a uno a los candidatos más difíciles, porque las encuestas arrojan que si la oposición presentara a uno de sus dirigentes al frente de una alianza nacional, el sandinismo perdería el poder.
De momento, uno de los partidos que no está inhabilitado, Ciudadanos por la Libertad (CxL), señala como candidato a su vicepresidente, el muy polémico Óscar Sobalvarro, antiguo comandante ‘Rubén’ de la Resistencia Nicaragüense. Los ‘contras’, financiados por Estados Unidos, se enfrentaron con las armas al nuevo gobierno revolucionario en la década de los 80.
La figura de Sobalvarro suscita enormes suspicacias en la oposición, no solo por su pasado, sino también por su actual postura, contraria a que en una alianza futura participen disidentes sandinistas. Américo Treminio, el único precandidato que queda en libertad, confirmó la candidatura de Sobalvarro, “desconociendo el acuerdo que firmaron conmigo y con el resto de precandidatos”.
La propia María Asunción Moreno criticó antes de exiliarse lo que considera esta “traición” de CxL, con quien la Alianza Cívica había llegado a un acuerdo previo. “Son las viejas prácticas antidemocráticas de los políticos tradicionales”, advirtió.
La idea original, ante el bloqueo impuesto por la revolución a los distintos partidos y alianzas, era concurrir a las primarias del CxL y así contar con un candidato único frente al todopoderoso sandinismo.
Todo indica que a las urnas de noviembre acudirán Ortega, de 74 años y con 25 de poder a sus espaldas, y Sobalvarro, además de un tercer candidato, también liberal. Se trata de Milton Arcia, un pequeño empresario turístico quien será el abanderado del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que durante años ha mantenido buenas relaciones con el poder revolucionario y del que nada se esperaba en la oposición real.
De hecho, su gran líder años atrás, el expresidente Arnoldo Alemán, facilitó el regreso al poder del sandinismo a través de sus polémicos pactos con Ortega. En Nicaragua se denominan partidos “zancudos” o comparsas a las agrupaciones que decidieron cohabitar con la revolución, mezcla de falsa oposición o colaboracionistas.
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