Orban, el aliado más fiel de Putin dentro de la UE, se juega su futuro
El líder ultraconservador intentará prolongar su extenso gobierno de 12 años frente una amplia coalición de todos los partidos opositores
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BUDAPEST.- Nunca antes las elecciones en Hungría, un país centroeuropeo de unos diez millones de habitantes, se habían seguido con tanto interés más allá de sus fronteras, y sobre todo en Bruselas. Viktor Orban, el más fiel aliado europeo de Vladimir Putin y referente mundial del populismo ultraconservador, enfrenta el domingo su más difícil contienda electoral frente a una amplia coalición que reúne prácticamente a todos los partidos opositores.
Orban, el mandatario europeo más longevo tras 12 años en el poder, había planeado una campaña entorno a “la locura de género”, es decir, la ampliación de los derechos de homosexuales y transexuales. De hecho, junto a las elecciones, se celebrará un referéndum simbólico respecto a esta cuestión. Sin embargo, Vladimir Putin le cambió los planes hace poco más de un mes al invadir Ucrania, un asunto que ha monopolizado las elecciones.
“Hace aproximadamente una década, Orban hizo un viraje inédito en la historia del nacionalismo húngaro. Por ideología y para obtener un gas más barato, se acercó a Moscú y se alejó de Berlín”, comenta el historiador Ferenc Laczo. El “premier” húngaro, líder del partido Fidesz, firmó un astronómico acuerdo para ampliar una central nuclear con financiación rusa, e incluso su ministro de Relaciones Exteriores fue recientemente condecorado en Moscú.
La agresión rusa obligó a Orban a modular su postura, alejándose de Putin, pero solo hasta cierto punto. Así, aprobó las sanciones de la Unión Europea a Moscú, pero se negó a dejar que las armas enviadas al Ejército ucraniano por parte de varios países occidentales pasaran por territorio húngaro. El líder ultraconservador sostiene ahora que su política exterior es “neutral”, sin alinearse con Moscú u Occidente, a pesar de que el país pertenece a la UE y a la OTAN.
Al mismo tiempo, ha acusado a la oposición de querer enviar soldados a Ucrania y de querer arrastrar al país a la guerra. “Si quieres la paz, debes votar Fidesz. Si quieres poner la paz en riesgo, vota a la izquierda”, dijo en un mitin el miércoles. De nada ha servido que el candidato de Unidos por Hungría, Peter Marki-Zay haya negado por activa y por pasiva cualquier voluntad de enviar tropas a Ucrania.
El mensaje parece haber calado en una parte de la población, y las encuestas no se han movido apenas en el último mes, concediendo al gobierno una ligera ventaja. “Voy a votar a Orban porque él mantendrá el país fuera de la guerra”, comenta Bea, una vendedora de un pueblo del noroeste.
Control social
“La oposición tiene muchos problemas para hacer llegar sus mensajes porque Orban ha ido estrangulando a los medios independientes. Además de la televisión pública, ahora controla el 80% de los medios privados”, sostiene Andras Kadar, de la ONG Comité Helsinki de Hungría. Según Kadar, las elecciones no serán “justas”, ya que el gobierno ha ido minando todas las instituciones independientes de forma progresiva.
“Empezó por atacar la independencia judicial, luego los medios de comunicación, y por último, la sociedad civil”, comenta Kadar. De hecho, el propio Orban ha definido su sistema como “iliberal”. El premier cuenta con otras ventajas: una mayor financiación -sus gastos de campaña mulitplican hasta por ocho los de la oposición- y una nueva ley electoral hecha a su medida.
El resultado de las elecciones determinará si Hungría continúa alineada con Moscú, o bien la UE recupera su coherencia interna en un momento geopolítico de gran tensión. De momento, la posición pro-rusa de Orban ya rompió el llamado grupo de Visegrado (V4), que agrupa a los cuatro países de la Europa del Este integrados en la UE: República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría.
Polonia canceló por esta razón una reunión del V4 en Budapest esta semana. El gobierno polaco, de perfil también ultraconservador pero profundamente hostil a Putin, había hecho hasta ahora frente común con Budapest para evitar ser sancionados por Bruselas por varias leyes de tipo autoritarios y contrarias a los derechos fundamentales.
Las elecciones también las sigue de cerca la ultraderecha a nivel mundial, que en los últimos meses ha sufrido diversos golpes y ansía alguna victoria. También en Estados Unidos la derecha más radical estará pendiente, pues Trump se afanó en expresar públicamente su apoyo al “premier” húngaro poco después de la convocatoria electoral. Ambos comparten ideología y métodos. Así pues, no es de extrañar que la sociedad húngara se halle profundamente dividida: la mitad ama a Orban, la otra mitad lo odia. Las urnas dirán cuál de ellas es un poco más gruesa que la otra.
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