Obama busca ganar tiempo, pero acusó a Al-Assad de estar detrás del ataque
Dijo que aún no tomó la decisión de bombardear Siria; sin embargo, advirtió que el régimen debe ser sancionado
WASHINGTON.- Bajo presión interna y en medio de fuertes diferencias internacional sobre un eventual bombardeo a Siria, el presidente norteamericano, Barack Obama, puso anoche paños fríos sobre los rumores respecto de la inminencia de la intervención militar contra el régimen de Bashar al-Assad, al asegurar que aún no tomó una decisión sobre ella.
Sin embargo, dejó en claro que le atribuye al gobierno sirio el bombardeo con armas químicas en un suburbio de Damasco la semana pasada y advirtió que deberá rendir cuentas. "No he tomado una decisión", dijo Obama en una entrevista televisiva con PBS NewsHour, en la que señaló que, si bien no tiene interés en lanzar una confrontación con final abierto, "es necesario que haya consecuencias internacionales".
"Nadie pone en duda que se usaron armas químicas en Siria a gran escala. Y las fuerzas del gobierno sirio son las únicas capaces de llevar a cabo ese ataque", afirmó Obama, bajo presión del Congreso norteamericano para que hoy explique los ejes de su plan de ataque.
Sus declaraciones apuntaron a ganar tiempo para ampliar la base de apoyo internacional y doméstico para la ofensiva. Y llegaron en un día en el que Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia intentaron, sin éxito, alcanzar un consenso internacional que legitime una intervención militar en Damasco.
Ayer, de hecho, no sólo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue nuevamente incapaz de acordar un posición común sobre la crisis siria, sino que también el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, abogó por más tiempo antes de tomar cualquier medida, para que sus inspectores en Damasco puedan terminar de investigar las denuncias del supuesto ataque químico por parte del régimen de Al-Assad.
"Démosle una oportunidad a la diplomacia, una oportunidad a la paz", pidió Ban, luego de recordar que los inspectores de la ONU finalizaron ayer el segundo día de sus investigaciones, de un total previsto de cuatro jornadas, tras lo cual empezaría el análisis de los hallazgos, que requeriría de más tiempo.
También el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, insistió en que lanzar un ataque sin la autorización de la ONU supondría una violación al derecho internacional.
Pero, lejos de hacer lugar a esos llamados, el gobierno británico consideró que el régimen de Al-Assad debe pagar por el ataque con gas venenoso de la semana pasada, que habría dejado 1400 muertos, y aseguró que está dispuesto a actuar incluso sin la autorización de la ONU.
"Lo mejor sería que la ONU estuviera unida, pero eso parece poco probable a la luz de los vetos de Rusia y China que hemos obtenido en el pasado. Si no hay acuerdo en la ONU, aún así tenemos una responsabilidad que cumplir", dijo el canciller británico, William Hague, al término de una sesión del Consejo de Seguridad que no arrojó ninguna resolución sobre Siria.
Esa reunión volvió a evidenciar la profunda división de los miembros del Consejo con poder de veto -Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, por un lado, y Rusia y China, por el otro-, incapaces de acercar posiciones ante un borrador británico que propone el uso de la fuerza en Siria y que fue reenviado a consultas con sus respectivos gobiernos.
Desde Washington, la vocera del Departamento de Estado Marie Harf reveló que en la reunión "Rusia fue la más intransigente", mientras que Pekín abandonó el encuentro al mismo tiempo que lo hizo el representante de Moscú cuando había que abordar el tema de Siria.
Según medios estadounidenses, fuerzas militares del país estarían ya posicionadas en la región para una serie de ataques aéreos que durarían tres días y cuyo objetivo sería "castigar" a Al-Assad, pero no derrocarlo.
Para justificar una posible operación, Downing Street indicó que, como Obama, el premier David Cameron tampoco "tienen ninguna duda de la responsabilidad del régimen de Al-Assad" en el "ataque químico".
También el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, sostuvo que "información disponible de un amplio abanico de fuentes apunta al régimen sirio como responsable del uso de armas químicas en este ataque", que "no puede quedar sin respuesta".
Según la CNN, el informe con las supuestas pruebas que prepara Estados Unidos, y que incluiría detalles recabados por los servicios de inteligencia, ya habría sido entregado a miembros del Congreso estadounidense, los cuales deben respaldar la orden presidencial de un ataque.
Rusia, por su parte, volvió a advertir sobre las consecuencias nefastas para la región que generaría una intervención en Siria, y, al igual que Ban, pidió no tomar ninguna acción hasta no conocer el informe de los investigadores de la ONU.
Agencias AP, AFP, Reuters, EFE y DPA
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