Nuevos estudios: ¿el coronavirus evoluciona y ahora se transmite con más eficacia por el aire?
Los expertos advierten por los cambios en el virus que le permiten mantenerse activo por más tiempo y ser más contagioso
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NUEVA YORK.- Las nuevas variantes del coronavirus, como la alfa y la delta, son sumamente contagiosas y enferman a mucha más gente que el virus original. Y ahora dos nuevos estudios brindan una posible explicación para ese fenómeno: el virus está evolucionando para esparcirse más eficazmente a través del aire.
El año pasado, la confirmación de que el coronavirus se transmite por aire en interiores, modificó drásticamente las medidas implementadas para contener la pandemia y desató furibundos debates sobre la eficacia del barbijo, el distanciamiento social y la ventilación de los lugares públicos.
La mayoría de los investigadores ahora coincide en que el coronavirus se contagia mayormente a través de gotículas grandes que caen rápidamente al piso, y también a través de microgotas llamadas aerosoles, que en espacios cerrados quedan suspendidas en el aire, flotan cierta distancia y pueden depositarse directamente en los pulmones, donde el virus es particularmente dañino.
Los nuevos estudios no modifican radicalmente esa explicación, pero sí parecen advertir que en determinadas situaciones son necesarios barbijos con mayor protección, y que el virus está cambiando para volverse todavía más potente.
“No estamos frente a un escenario apocalíptico”, dice Vincent Munster, experto en virus del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infectocontagiosas de Estados Unidos, director de uno de los estudios. “Es más bien una modificación del virus para volverse más contagioso, algo que casi todos esperábamos y que ahora está ocurriendo, en tiempo real”.
El equipo liderado por Munster demostró que los aerosoles atraviesan distancias mucho más largas que las gotículas más grandes, y que la variante alfa es mucho más apta para transmitirse por aire. El segundo estudio reveló que los aerosoles exhalados por los infectados con la variante alfa contienen 43 veces más virus que las exhalaciones de infectados con otras variantes.
Los estudios compararon la variante alfa con el virus original o con otras variantes anteriores. Pero los resultados también podrían explicar por qué la variante delta es tan contagiosa, y por qué desplazó a todas las otras versiones del virus.
“Lo que indica en realidad es que el virus está evolucionando para volverse más eficiente en la transmisión por aire”, dice Linsey Marr, experta en virus de transmisión por aire del Instituto Tecnológico de Virginia, que no participó de ninguno de los dos estudios. “Y no me sorprendería que con la delta ese factor sea todavía más alto.”
La supercontagiosidad de las variantes podría deberse a una suma de factores. Por un lado, puede ser que para contagiarse haga falta menos cantidad de virus de esas variantes, o puede ser que las variantes se repliquen más rápido, o que los aerosoles contengan más cantidad de esas variantes, o las tres razones a la vez.
La variante alfa demostró ser dos veces más contagiosa que el virus original, y la variante delta tiene mutaciones que potenciaron aún más su contagiosidad. Y mientras el virus siga cambiando, podrán aparecer nuevas variantes aún más contagiosas.
Pero las herramientas disponibles todavía funcionan bien para frenar los contagios. Hasta los barbijos comunes de tela bloquean casi la mitad de los diminutos aerosoles que contienen virus, según un estudio realizado a personas infectadas con variantes y publicado este mes en la revista Clinical Infectious Diseases.
De todos modos, al menos en los lugares abarrotados de gente, tal vez convenga optar por barbijos más seguros, señal Don Milton, experto en aerosoles de la Universidad de Maryland y director de la investigación.
“Como la evolución del virus parece apuntar a una mayor producción de aerosoles, entonces necesitamos más contención y mejor protección personal”, dice Milton. “Mi recomendación es que las personas empiecen a usar barbijos con buen ajuste a la cara.”
Para comparar cómo se propagan por aire las diferentes variantes, el equipo de Milton les pidió a los participantes con infecciones leves o asintomáticas que recitaran el alfabeto, cantaran el “Feliz Cumpleaños” en voz alta, o que gritaran la arenga deportiva de la Universidad de Maryland, “¡Arriba los Tortuga!”
Aerosoles
Las personas infectadas con la variante alfa tenían grandes cantidades de virus en nariz y garganta, mucho más que las infectadas con el virus original. Pero incluso descontando esa diferencia, los aerosoles liberados por los infectados con la alfa contenían casi 18 veces más cantidad del virus.
Pero los investigadores analizaron a solo cuatro personas infectadas con alfa, y a 45 infectadas con variantes anteriores: esa brecha puede haber sesgado las diferencias observadas entre las variantes, dice Seema Lakdawala, experta en virus respiratorios de la Universidad de Pittsburgh, que no participó en ninguno de los nuevos estudios.
Del estudio de Munster directamente no participaron personas, sino hámsters sirios. Usar animales les permitió controlar estrictamente las condiciones del experimento y concentrarse solo en el desplazamiento de los aerosoles, dijo Munster.
Los investigadores armaron parejas de hámsters y los pusieron distancia entre ellos con tubos de diferentes longitudes que permitían el flujo de aire, pero no el contacto físico. Así, pudieron observar la capacidad de cada variante diferente de “migrar” de los hámsters infectados a los no infectados.
El experimento mostró que con las jaulas separadas por más de 2 metros, solo los aerosoles más pequeños -partículas de menos de 5 micrones- infectaban a los hámsters del otro lado del tubo. Y tal como se esperaba, el equipo descubrió que la variante alfa supera al virus original.
Los resultados se publicaron en bioRxiv, un sitio web que difunde artículos científicos antes de que se publiquen en las revistas especializadas.
Ahora los investigadores están analizando el comportamiento de la variante delta y creen muy probable que sea todavía más eficiente para propagarse por aerosoles, dice Munster.
En conjunto, los nuevos hallazgos reconfirman la importancia del barbijo para las personas vacunadas, especialmente en aglomeraciones, señalan los expertos. Aunque las personas que sufren un contagio posvacunación son mucho menos proclives a propagar el virus que las personas no vacunadas, la contagiosidad de las variantes potencia esa capacidad.
Con miles de millones de personas ya vacunadas en todo el mundo y miles de millones aún sin vacunar, el virus todavía puede cambiar de maneras impensadas, dice Munster: “Pueden sumarse presiones evolutivas que empujen al virus en otra dirección.”
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
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