Nuevas protestas en Hong Kong contra las políticas del gobierno chino
LA NACION
HONG KONG.- Un verano de protestas. Desde hace semanas, miles de personas protestan en Hong Kong en reclamo de democracia y contra las políticas de China y este domingo no es la excepción: pese a la prohibición de marchar, decenas de miles de manifestantes comenzaron hoy un nuevo reclamo,un día después de violentos incidentesen los que la Policía lanzó gases lacrimógenos y balas de goma contra los participantes.
La multitud se concentró en el corazón de la ciudad, tomó una importante calle en un distrito comercial y empezó a levantar barricadas para cortar la zona y defenderla de los oficiales. Con camisas negras, máscaras y cascos amarillo brillante, los cientos de miles de personas caminan al son de canciones que reclaman "continuar la lucha" por una gran avenida.
Otros dos grupos tomaron distintos rumbos, uno hacia el oeste, donde se encuentra la Oficina de Enlace con China, que la semana pasada fue atacado con huevos y manchada con tinta, lo que provocó una airada reacción del gobierno en Beijing.
Hong Kong lleva siete semanas inmersa en protestas, después de que la oposición a una ley de extradición derivara en exigencias de que la jefa de gobierno renuncie y se investigue si la Policía empleó una fuerza excesiva para controlar las protestas.
El domingo anterior, 45 personas resultaron heridas en Yuen Long cuando unos hombres vestidos con camiseta blanca, armados con bates y palos, dieron una paliza a los manifestantes antigubernamentales que regresaban a sus casas.
Detrás de las marchas hay un interés latente por conseguir una democracia plena para el territorio semiautónomo chino. El líder de la ciudad se elige ahora en un comité proBeijing, en lugar de en elecciones directas.
Las manifestaciones surgieron a raíz de un polémico proyecto de ley que preveía facilitar las extradiciones a China, pero derivaron en un movimiento más amplio que reclama reformas democráticas, en un contexto de preocupación por la supuesta creciente injerencia de Pekín en los asuntos internos de la excolonia británica, que fue retrocedida a China en 1997.
Desde el gobierno comunista chino condenaron los actos violentos, que calificaron de "absolutamente intolerables", pero dejaron que las autoridades locales solucionen la crisis en solitario.
Sin embargo, la jefa de gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, no dio muestras de querer dar marcha atrás en su política o de adoptar medidas en el sentido que reclaman los habitantes, más allá de la suspensión del controvertido proyecto de ley de extradiciones.
Agencias AP y AFP
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