Coronavirus. Nueva York entra en la segunda fase de reapertura: cómo funcionan los negocios
NUEVA YORK.- Supo ser postal del horror y ejemplo de todo lo que debía ser evitado en el contexto de la pandemia del coronavirus . Hoy vuelve a respirar. La ciudad de Nueva Yorkentra en la segunda fase de reapertura con el deseo de dejar atrás los hospitales desbordados y las casi 800 muertes diarias que vio en abril.
A partir de hoy, según cifras reveladas por autoridades locales, entre 150 y 300 mil personas retoman sus puestos de trabajo en la Gran Manzana. Después de más de cien días de teletrabajo, muchos de esos trabajadores volverán a oficinas de la ciudad. Sin embargo, los espacios solo quedan disponibles para un 50 por ciento de su capacidad total, y muchas oficinas optan por continuar desde casa para preservar a los empleados.
Entrar a una tienda a comprar ropa, sentarse a comer en una mesa de un restaurante o cortarse el pelo en una peluquería reanudan la ecuación de la vida diaria en Nueva York. Aunque con limitaciones. Todos los comercios vuelven al ruedo bajo estrictas condiciones que responden a la necesidad de evitar contagios.
Los dueños de pequeños comercios esperan que esta segunda fase de reapertura sea más amable con ellos, que puedan empezar a registrar ventas. Según LA NACION pudo saber de algunos comerciantes de la zona de Morningside Heights, se espera que las operaciones simbolicen un 25 por ciento de lo que era el total de facturaciones antes de la pandemia. "Necesitamos pagarle a proveedores, necesitamos salir de esta situación desesperante", dijo a este medio Mike Zoulis, gerente del icónico Tom’s Restaurant.
Después de semanas de esfuerzo, Nueva York alcanzó uno de los números de reproducción básico (R-0) del virus más bajos de Estados Unidos . Es por eso que nada quiere ser librado al azar para evitar escenarios de rebrote como los que ahora se registran en Florida y Arizona. La Gran Manzana -y las otras nueve regiones en las que fue dividido el estado- están bajo el escrutinio de un sistema de métricas con siete objetivos sanitarios basados en datos. Si alguna de estas áreas deja de alcanzar las metas propuestas por expertos de salud pública, automáticamente entra en el retroceso de sus fases de reapertura.
La vida tal cual se conocía en Nueva York, sin embargo, es un parte de una visión que no está dentro del futuro cercano. Todos los años, la Gran Manzana recibía un promedio de 65 millones de turistas locales e internacionales. Esos individuos han quedado fuera de la ecuación que hoy solo contempla a los vecinos de la ciudad y los alrededores que, poco a poco, vuelven a llenar los espacios solitarios que dejó la pandemia.
Una ciudad tomada por jóvenes
Todos los establecimientos deben seguir las reglas de distanciamiento social, y los empleados y clientes deben usar algún tipo de tapabocas cuando se encuentren a menos de dos metros de otras personas, o al menos eso establecen las indicaciones del gobierno local y estatal.
Especialmente en el sur de Manhattan, el panorama dista de las normas. Jóvenes toman las calles esta vez no para marchar por la justicia racial, sino para pasearse entre amigos por bares en una imagen que nada tenía que ver con la de una pandemia: los barbijos eran contados y el distanciamiento social, casi nulo. Parte de esa postal ya había despertado el enojo del gobernador Andrew Cuomo la última semana, quien lanzó amenazas con dar marcha atrás la reapertura si la situación no cambiaba.
Algunos oficiales de la policía de Nueva York (NYPD) estacionaron sus camionetas en las zonas de mayor circulación y pidieron a los jóvenes que se separen o usen máscaras. A pesar de esto, muchos eligen ignorar los pedidos.
El fin de semana, locales en distintas áreas de la ciudad comenzaron a levantar las tapias que habían sido colocados a principio de mes. Muchas tiendas, especialmente en las zonas del Soho y la Quinta Avenida, sufrieron saqueos de reducidos grupos mientras se daban protestas tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía. Esas manifestaciones, casi un mes después de haber iniciado, continúan por desparramarse por la ciudad lideradas por movimientos sociales, especialmente de jóvenes.
Las multitudes en las calles han despertado la preocupación de autoridades sanitarias que ruegan a quienes circulan lo hagan con precauciones. Autoridades han dispuesto quince centros de testeos especialmente para los manifestantes. El temor a un regreso a semanas pasadas tiene en vilo a los expertos en salud pública. A diario, Nueva York realiza un promedio de 70 mil testeos de Covid-19, y los resultados promedian el 1 por ciento del total (unos 700 infectados por día, aproximadamente).
Ayer, el estado de Nueva York registró 15 muertes por coronavirus. Es la cifra más baja desde el comienzo desde los primeros días de marzo. El dato, si bien alentador, pone en alerta a quienes sospechan que la descompresión de la Gran Manzana relaje las medidas sanitarias que hicieron posible la baja de la curva en casos y fallecimientos.
Pese a las reaperturas en todo el país en un intento de reactivar la economía, el virus respiratorio continúa circulando. En las últimas dos semanas, Estados Unidos registró un 20 por ciento de incremento en las infecciones, y la verdadera normalidad parece estar lejos de la realidad. Por su parte, oficiales de la Casa Blanca ya anunciaron que se preparan los insumos médicos ante una posible segunda ola en próximo otoño boreal.
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