Noboa consigue su primer triunfo en su guerra declarada contra los narcos
Las fuerzas de seguridad lograron liberar a 200 rehenes y avanzan con el control de varias cárceles
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GUAYAQUIL.- “Estamos tomando el control de las cárceles del país”, aseguro ayer el presidente Daniel Noboa para redondear lo que supone su primera gran victoria en la guerra contra el narcotráfico. La sentencia del mandatario, que acompañó con un vídeo publicado en sus redes sociales en el que se ve a cientos de presos sentados en el suelo de una de cárceles retomadas, con las manos esposadas a sus espaldas, cerró a favor del gobierno la primera semana del “conflicto armado interno”.
Estamos tomando el control de las cárceles del país
— Daniel Noboa Azin (@DanielNoboaOk) January 14, 2024
Felicitaciones a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Seguimos trabajando para restaurar la paz para todos los ecuatorianos pic.twitter.com/4MX0FQooLd
El Bloque de Seguridad, conformado por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, consiguió liberar en la noche del sábado a los 200 funcionarios secuestrados por los presos en las siete cárceles amotinadas durante su desafío al Estado. La prolongación de la crisis en el interior de las penitenciarías provocó que a estos rehenes se les considerase los grandes olvidados por Noboa. Las críticas se acallaron ayer.
El fin de este secuestro masivo permitió que las fuerzas gubernamentales intervinieran una a una las penitenciarias, empezando el sábado con Cotopaxi. “Gracias a Dios que salimos todos con bien. Queremos dejar bien claro que pese a la situación de angustia, esperamos que este sea un gran paso para el país, para que haya paz y para que todos podamos salir adelante”, testimonió, bandera en mano y con el respaldo de cerca de 30 rehenes recién liberados, el portavoz del grupo de funcionarios de Cotopaxi. “Volvimos a nacer”, reconoció uno de ellos.
Los centros de privación de libertad de Azuay, Cañar, Esmeraldas, Cotopaxi, Tungurahua, El Oro y Loja cayeron en manos de las bandas ecuatorianas durante los motines que siguieron a la fuga de “Fito”, el caudillo de Los Choneros, y la declaración de estado de excepción. Los penales se han convertido en los últimos años en comandancias generales del crimen organizado.
La siguiente cárcel tomada a la fuerza, tras dinamitar los dos accesos principales, fue la de El Oro. El cadáver del funcionario penitenciario Daniel Tinitana, asesinado en los enfrentamientos previos, fue retirado horas antes de la retoma de esta cárcel. El contingente militar recibió el apoyo de dos tanquetas de guerra. Los “rebeldes” se parapetaron en el interior del recinto tras colocar garrafas de gas en distintos puntos de acceso.
También la Penitenciaria de Varones en Esmeraldas, donde gracias a la mediación de la Iglesia Católica se consiguió la liberación de sus funcionarios sin violencia, cayó de nuevo bajo control gubernamental tras el despliegue de al menos mil efectivos. “Es una operación plenamente exitosa”, confirmó el coronel Norman Cano, al frente del contingente uniformado. Los agentes requisaron todas las celdas y hallaron armas de fuego, explosivos, armas blancas, drogas y celulares.
En un vídeo suministrado por las Fuerzas Armadas, se contempla cómo los presos, en fila y maniatados, entonan con poco ritmo el himno nacional.
En la cárcel de Loja, la bandera tricolor se volvió a izar con los acordes del himno nacional como telón de fondo. En el patio formaron los reclusos, firmes y de pie, semidesnudos y sin esposar, con policías y militares a su alrededor.
“Estos esfuerzos estatales, junto con el respaldo ciudadano, reflejan el compromiso inquebrantable por recuperar la seguridad nacional, pues las acciones emprendidas no sólo enfrentan los desafíos presentes, sino que también establecen las bases para forjar un Nuevo Ecuador”, se ufanó el gobierno.
La liberación de todos los rehenes es la mejor noticia que podía recibir Ecuador desde que el pasado martes se declarase el estado de guerra interior. Según los datos aportados por el gobierno, el Bloque de Seguridad ha detenido desde entonces a 1.327 personas, de las que considera terroristas a 143. Todo ello gracias a las casi 13.000 operaciones realizadas.
De esta forma, los uniformados habrían desarticulado a 32 grupúsculos pertenecientes a las 22 bandas señaladas en el decreto presidencial. A los cinco “terroristas abatidos” se añadirían dos agentes asesinados y el funcionarios de prisiones que perdió la vida en Machala, capital de El Oro, cerca de la frontera con Perú.
Los explosivos incautados son 462, así como 491 armas de fuego. También se han contabilizado 23 atentados, 10 de ellos a infraestructuras policiales.
Entre los detenidos hay tres pandilleros, pertenecientes a Los Águilas, que ya están en prisión preventiva señalados por su participación en un atentado frustrado contra César Zapata, comandante general de la Policía. Los jóvenes permanecían a la espera en dos vehículos aparcados en las inmediaciones del domicilio familiar del jefe policial. Disponían al menos de una pistola y un cuchillo.
Uno de ellos contaba con una orden de búsqueda tras fugarse de la prisión de Cotopaxi y otro llevaba tatuado en el abdomen el símbolo de Los Águilas, una de las 22 bandas de pandilleros declaradas como grupos terroristas la semana pasada.
Grupos como Los Choneros, Los Lobos, Los Águilas o los ChoneKillers controlan el interior de varias prisiones. La estrategia de Noboa, además de recuperar el control interno de los penales, se basa en la construcción de dos megacárceles al estilo Bukele, donde pretende separar a los capos de sus ´soldados´. Las dos prisiones de máxima seguridad se levantarán en Pastaza (Amazonas) y en la costeña Santa Elena.
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