"No tengan hijos por dos años", el insólito pedido en El Salvador
Asolado por el avance incontrolable del virus, el gobierno improvisó una controvertida medida
SAN SALVADOR.- ¿En qué momento de la historia de la humanidad una epidemia se hizo tan grave que obligó a un país a instar a sus ciudadanos a no tener hijos por dos años?
Eso es precisamente lo que hizo El Salvador, asolado por un virus transmitido por un mosquito y asociado al daño cerebral en los bebes: el gobierno recomienda a las mujeres no quedar embarazadas hasta 2018, una medida con la que pretende patear el problema para adelante y que según muchos salvadoreños sirve para ilustrar la desesperación de los funcionarios ante el avance de la enfermedad.
"No es decisión del gobierno, es decisión de Dios", dice Vanessa Iraheta, una mujer de 30 años y embarazada de siete meses de su segundo hijo. "No creo que los jóvenes dejen de tener hijos."
El virus, conocido como zika, arrasa el Caribe y América latina, en especial Brasil, donde más de un millón de personas se infectaron y cerca de 4000 niños nacieron con microcefalia, una malformación poco frecuente de bebes que nacen con la cabeza inusualmente chica.
Otros países de la región han emitido advertencias similares. Los funcionarios de Colombia y Ecuador también instaron a las mujeres a posponer por unos meses la decisión de quedar embarazadas, o al menos hasta que se sepa más sobre los peligros que entraña el virus.
Pero el caso de El Salvador sorprendió a los expertos por la amplitud y extensión del llamado, y ahora se preguntan si en algún momento del pasado otra nación intentó frenar la tasa de nacimientos para enfrentar una epidemia.
"Nunca leí, escuché ni me enteré de un pedido de esas características a la ciudadanía", dice David Bloom, profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Quienes critican la medida dicen que si la recomendación del gobierno salvadoreño parece un grito de auxilio, es porque efectivamente lo es.
"Es totalmente inútil pedir algo así", dice negando con la cabeza el doctor Ernesto Selva Sutter, prominente experto en salud pública de El Salvador. "¿Qué pretenden que haga la gente? ¿Que no tenga sexo?"
Este pequeño país ya es hogar de una epidemia de guerra de pandillas, que empuja a miles de jóvenes al año a huir hacia el Norte y que acorrala al gobierno. Según una estimación, El Salvador ostentaría el poco envidiable galardón de ser el país más violento de Occidente.
Y ahora el zika arrasa el país. Con al menos 5000 casos -más de 1500 de ellos sólo durante el último mes- en una nación de seis millones de habitantes, el gobierno echa mano a todas las soluciones posibles. Ya ha enviado agua potable y equipos de fumigadores para combatir el mosquito Aedes, también transmisor del dengue, la fiebre amarilla y la chikungunya.
Las aguas estancadas, donde se reproduce el mosquito transmisor, son una realidad cotidiana en esta ciudad, al igual que los basurales húmedos que cubren muchas calles de los barrios más densamente poblados de las laderas de la capital.
Un líder comunitario dice que la clínica pública de su barrio cerró hace seis meses tras las amenazas de las pandillas, una situación que según los expertos complica el tratamiento y combate contra el virus.
El viceministro de Salud del país, Eduardo Espinoza, aseguró que la recomendación de no tener hijos por dos años es sólo una estrategia "secundaria" del gobierno frente a la epidemia. "Nos vemos obligados a hacer esta recomendación a quienes estén pensando en tener hijos."
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que no recomendaría suspender los embarazos durante dos años. "Hay muchos interrogantes que responder antes de hacer una recomendación semejante", dice Marcos Espinal, director de Enfermedades Transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud.
Uno de esos importantes interrogantes es saber si el país ya se encuentra en su pico epidemiológico. "Hay que evaluar el impacto que esa recomendación tendrá en la tasa de natalidad del país", agrega Espinal.
Otro experto dijo que con el virus del zika, los países como El Salvador habían ingresado en un territorio desconocido.
"Nunca había escuchado ni leído de algún gobierno que recomendara a los ciudadanos no buscar nuevos hijos", dice el doctor Howard Merkel, profesor en la Universidad de Michigan. Merkel citó otras advertencias relacionadas con los embarazos: a las embarazadas los médicos les recomiendan, por ejemplo, no acercarse a nadie con rubeola, por sus devastadores efectos sobre el feto, incluida la microcefalia.
A principios de la epidemia de sida, cuando no existían tratamientos y las madres solían transmitirle la enfermedad al feto, "hubo como un debate en sordina sobre los aspectos éticos de que un médico le aconsejara a una mujer no quedar embarazada por los riesgos para el bebe", dice Merkel.
"Pero a ninguna madre le dijeron que estaba prohibido y que no lo hiciera."
En este país religioso y conservador, el consejo del gobierno tiene un cariz delicado. Implicaría el uso extensivo de métodos anticonceptivos, una verdadera complicación en un país donde más del 50% es católico. Y al igual que el gobierno salvadoreño, la Iglesia Católica también parece mal preparada para enfrentar el problema. El arzobispo aún debe pronunciarse al respecto.
Traducción de Jaime Arrambide
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