No cede la tensión en Ecuador y el bloque de Rafael Correa presionaba para destituir a Guillermo Lasso
La primera sesión para la destitución parlamentaria de presidente no acumuló los votos necesarios para cumplir con su objetivo
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QUITO.- El proceso para la destitución parlamentaria de Guillermo Lasso continuó hoy en Quito, impulsado por los 47 diputados de la Unión de la Esperanza (UNES), la bancada del expresidente Rafael Correa. Durante la primera sesión se evidenció que, pese a ser mayoría, no cuentan con los escaños suficientes para cumplir su objetivo. Al menos necesitarían que 15 diputados cambiaran de opinión para alcanzar las 2/3 partes del hemiciclo (92), tal y como exige la Constitución.
La grave crisis de Ecuador se trasladó de esta forma a la Asamblea Nacional, que decidirá sobre el destino político de Lasso cuando ya se han vivido catorce jornadas de paro, que se mantiene pese a las 48 horas de tregua. La doble sesión del sábado –que se prolongó hasta la madrugada con la intervención de 31 asambleístas– y del domingo se ha realizado de forma virtual, ante la imposibilidad para todos los legisladores de viajar desde sus provincias e, incluso, de acceder a la Asamblea, situada en la zona cero de las protestas.
Otros cuarenta congresistas han pedido el derecho de palabra en un proceso que se puede dilatar hasta 72 horas. La derogación del decreto de estado de excepción, una de las premisas de los dirigentes indígenas para sentarse a la mesa del diálogo, impactó positivamente en ambas partes, pese a que todavía permanecen carreteras bloqueadas en la zona de la sierra.
La realidad de la calle ha dado paso al combate político, que de momento favorece al oficialismo. Los hilos del “impeachment andino” contra el exbanquero se mueven desde Bélgica, lugar de refugio de Correa, prófugo de la justicia ecuatoriana, sobre quien recae una condena de ocho años por corrupción.
“Este pueblo noble y rebelde no merece lo que hoy sucede en Ecuador. La doble moral de políticos incapaces y sinvergüenzas está destruyendo a la patria”, bramó en sus redes sociales el asesor de Nicolás Maduro, una forma de demostrar su decepción al no poder convencer a diputados de Izquierda Democrática (ID) y del Partido Social Cristiano (PSC) a seguir la senda marcada por sus intereses.
Y es que las cuentas no le salen a Correa, que hoy sumaba entre 73 y 77 apoyos, insuficientes para desalojar a Lasso del Palacio de Carondelet, pese a que la mayoría de Pachakutik (PK), brazo político del movimiento indígena, se había sumado a su iniciativa.
El mandatario conservador ejerció el sábado por la noche su derecho a la defensa a través de su secretario jurídico, Fabián Pozo. En el escrito presidencial se puso en duda la constitucionalidad de aplicar en la actual coyuntura política y social el artículo 30.2, pues el primer mandatario no considera que se viva la doble situación de conmoción social y grave crisis política tras los acontecimientos de las últimas horas, incluso con la derogación del estado de excepción realizada por él mismo.
“Ellos buscan pescar en el caos, ellos son el caos. Juntos los vamos a derrotar. Este país no necesita salidas populistas”, subrayó Lasso a través de Pozo.
Bajo un clima de alta tensión, Juan Fernando Flores, coordinador de la oficialista Bancada del Acuerdo Nacional (BAN), acusó a Correa de “comprar conciencias, extorsionar e incluso amenazar de secuestro a los asambleístas o a sus familias. Así está operando la mafia de Rafael Correa”.
Otro asambleísta, el reconocido independiente Fernando Villavicencio, también aireó públicamente que al menos cinco legisladores fueron tentados con sobornos económicos para cambiar su voto y apoyar la destitución. El diputado indígena Rafael Lucero confesó, por su parte, que un grupo de personas acudió a su vivienda familiar en Cotopaxi a gritar y a presionar para que vote contra Lasso.
En un audio publicado por el medio digital La Posta, un dirigente indígena ordena a sus seguidores “estar detrás de la casa de los asambleístas, allanando o también estar pendientes de ellos. Si ellos no votan a favor de la destitución de este gobierno criminal y asesino, inmediatamente les agarraremos de las orejas y las traeremos al Arbolito (parque capitalino que es el epicentro de las movilizaciones indígenas) donde quieran que estén”.
Las amenazas parecen dirigidas a la veintena de asambleístas de PK, divididos actualmente en tres bloques distintos. Pese a que el grupo oficialista había adelantado que no votarían en contra de Lasso, finalmente han cambiado de opinión, con la excepción de Guadalupe Llori, expresidenta legislativa destituida por sus enemigos políticos.
La respuesta de Correa se defendió ante las acusaciones: “Eso se llama psicología proyectiva. ¡Payasos vendepatrias!”. Si Lasso sale indemne de este proceso, ya no se podría repetir en los tres años que le quedan de presidencia.
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