“No aceptaré intimidaciones”: Bolsonaro, desafiante por una investigación del Tribunal Electoral de Brasil
El TSE busca determinar si cometió crímenes de “abuso de poder económico y político, uso indebido de medios de comunicación, corrupción y fraude”
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BRASILIA.- La pulseada entre el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro y las autoridades electorales brasileñas escaló a un nuevo nivel de enfrentamiento, luego de fuertes acusaciones cruzadas sobre la confiabilidad del sistema electoral vigente de cara a las elecciones de 2022.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) descartó las denuncias que venía dando Bolsonaro en las últimas semanas contra el voto electrónico -que según dice podría perjudicarlo en las presidenciales del año que viene- y además le abrió una investigación por lanzar acusaciones sin pruebas.
“No aceptaré intimidaciones. Seguiré ejerciendo mi derecho a la libre expresión, a criticar, escuchar y atender, por encima de todo, a la voluntad popular”, dijo Bolsonaro ante un grupo de seguidores en las puertas del Palacio da Alvorada, su residencia oficial en Brasilia.
“Juré que daría mi vida por la patria en caso de una agresión externa o interna. Brasil está siendo agredido internamente”, agregó sobre las autoridades electorales. Bolsonaro, que busca la reelección en 2022, lleva años cuestionando, sin pruebas, la fiabilidad de las urnas electrónicas, vigentes desde 1996.
La investigación del TSE determinará si cometió los crímenes de “abuso de poder económico y político, uso indebido de medios de comunicación, corrupción, fraude, conductas vetadas a agentes públicos y propaganda extemporánea en sus ataques contra el sistema de voto electrónico y la legitimidad de las Elecciones Generales de 2022”.
La máxima corte electoral pidió además al Supremo Tribunal Federal (STF) investigarlo por presunta difusión de noticias falsas durante una transmisión por Facebook, donde expresó su convicción de que hubo fraude en las dos últimas presidenciales, afirmando que él debía haber ganado en la primera ronda en 2018.
Sin pruebas
En la decisión del tribunal electoral fue determinante que Bolsonaro haya ignorado el lunes la fecha límite que le impuso para presentar pruebas de sus acusaciones. Según dos ministros de Bolsonaro, su gobierno barajó presentar una recopilación de videos y documentos, la mayoría de los cuales el presidente ya mostró de forma pública el 29 de julio, y que el TSE ya desmintió.
La orden del gobierno de que la Policía Federal buscara pruebas de fraude electoral en los últimos 25 años no produjo ningún ejemplo de esa clase, admitieron los ministros, que hablaron bajo condición de anonimato. Pero Bolsonaro dijo que el TSE estaba interfiriendo en su tarea. “Están interfiriendo en el Ejecutivo. La última interferencia, querer decirle a la población que esa urna electrónica es inviolable, que es confiable, es abusar de la inteligencia de todos nosotros”, afirmó.
El mandatario no pide que se vuelva a las boletas de votación, sino que se imprima un recibo después de cada voto en la urna electrónica, con el fin de que puedan contarse físicamente.
Miles de personas se manifestaron el domingo pasado en varias ciudades de Brasil para respaldar ese reclamo y Bolsonaro dijo este martes que podría participar en una nueva manifestación. “Si el pueblo así lo desea, porque a él debo mi lealtad, [participaré en] una concentración en San Pablo para dar el último mensaje a aquellos que osan azotar la democracia, para que entiendan lo que está ocurriendo y empiecen a escuchar al pueblo”, insistió.
La intensificación de la ofensiva de Bolsonaro contra el sistema electoral coincide con una erosión de su popularidad y con la publicación de encuestas que prevén su derrota el año que viene ante el expresidente de izquierda Luiz Inacio Lula da Silva.
Los analistas han expresado su preocupación por que Bolsonaro siga el ejemplo del expresidente estadounindense, Donald Trump, que instó a sus seguidores a rechazar su derrota en las urnas a fines de 2020.
Ricard Penteado, un abogado especialista en derechos electorales y políticos, dijo que las instituciones brasileñas tardaron demasiado en reaccionar a las duras acusaciones de Bolsonaro, de modo que son parcialmente responsables de dejarle que domine la conversación nacional.
“No importa cómo o cuáles sean los argumentos. Esto es una pelea de alguien que no tiene razón y no trata de perfeccionar el sistema democrático”, dijo Penteado, miembro de la comisión de derechos electorales en el estado de San Pablo. “Más bien, es para desestabilizar el sistema y desacreditar al sistema judicial”.
Agencias AP, AFP y ANSA
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