Nicolasito, el hijo de Maduro que gana protagonismo en la campaña electoral
LOS PATIOS, Colombia.– El gigantesco cartel, cercano al aeropuerto caraqueño de Maiquetía, grita a favor de un candidato hasta ahora "desconocido": Nicolás Ernesto. Mucha revolución en ambos nombres que, sin embargo, esconden el apellido de la familia todopoderosa que rige los destinos de Venezuela. Se trata de Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente.
"Nicolasito", como lo llama su padre en sus apariciones televisivas conjuntas, compite por un escaño en el estado de La Guaira en las elecciones parlamentarias del domingo próximo, consideradas fraudulentas por la oposición. "Recolectamos la esperanza de la gente, escuchamos al pueblo", recita en cada uno de los mítines de la que se ha transformado en la campaña estrella en unas elecciones ganadas de antemano por el chavismo.
El ahora delegado de la Asamblea Constituyente, órgano revolucionario que arrebató sus poderes de forma ilegal e inconstitucional al Parlamento democrático, también tiene garantizado su escaño al figurar como cabeza de lista del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) por el estado costeño, cercano a Caracas.
Una campaña rebosante de dólares, con músicos pop que cantan las viejas canciones de Hugo Chávez, con regalos de comida y con el foco de los medios gubernamentales. Pan y circo en su expresión bolivariana, que incluye reparto de dólares en efectivo entre los miembros de las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCh), encargados de organizar y controlar los recorridos por municipios y barrios.
"Es una operación milmillonaria, repartiendo bolsas de comida, cauchos [neumáticos] a los choferes, todo un conjunto de elementos usando el patrimonio público para su propia campaña", certifica el diputado José Guerra.
Todo ello con sorpresa incluida: la desaparición del apellido paterno de un candidato al que le gusta grabar los encuentros con la gente ayudándose de un selfie stick. Por algo su padre lo nombró hace años director de la Escuela de Cine de la revolución.
El mismo fenómeno ocurre con el videoclip de campaña de Nicolás Ernesto, "el hijo de un chofer de ómnibus y de una secretaria que al irrumpir la esperanza que fue Chávez se fueron detrás de ese sueño que el comandante representó". Entre confesiones personales ("mi papá siempre quiso que fuera pelotero, pero yo me fui por la música"), y a ritmo de DJ, el hijo de Maduro recuerda que su padre le puso al frente de responsabilidades imposibles para un joven sin experiencia y de escasa preparación. Como para dejar muy claro que no reniega de su apellido, que son solo cuestiones estratégicas.
Declaraciones previas confirman que no existe ningún distanciamiento entre padre e hijo. "En el contexto de la nueva economía que se ha venido construyendo, le doy a mi padre 19 puntos [sobre 20]", calificó Nicolás Ernesto de forma entusiasta la política económica de su padre.
"Nicolás Ernesto no lo necesita para ganar, pero lo están posicionando como dirigente sin el apellido del padre, porque hace mucho ruido en el elector, mucho rechazo. Y el nombre Nicolás solo, mucho más.Maduro está altamente cuestionado tanto por el nombre como por el apellido. Tratan de evadir el apellido quitándoselo y el nombre poniéndole Ernesto al lado. Así se crea la figura llamada Nicolás Ernesto, que tiene el ‘respaldo’ de Chávez y un dispositivo organizativo, un partido que es realmente el Estado militante, al que le agregan los elementos de la juventud y de parecer un bonachón. Maduro es invendible incluso en una elección en la que sólo votan chavistas y la gente que no siéndolo es temerosa de perder algún bien público", señala el politólogo Luis Salamanca, antiguo rector del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Una estrategia diseñada por asesores para combatir a quien hoy representa el colapso de un país y el derrumbe de la revolución. Según la última encuesta de Datanálisis, solo el 14% apoya al presidente venezolano.
"Hay interés en sembrar más a fondo al hijo de Maduro, posicionarlo a medio y largo plazo como un dirigente político del chavismo a nivel nacional", resume Salamanca.
En el desembarco en Vargas, abandonada la lucha sin éxitos en los barrios populares de Caracas, Nicolás Maduro Jr. cuenta con su equipo de confianza, desde el alcalde José Terán hasta el ministro de Pesca, Juan Laya. Es un territorio muy apetecible, gracias al aeropuerto y al puerto de La Guaira, para quien ya dispone de una mina de oro en el Amazonas, según las denuncias efectuadas por la Asamblea Nacional venezolana.
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