Neil Armstrong: la tragedia que marcó la vida del primer hombre en pisar la luna, a 92 años de su nacimiento
En un nuevo aniversario del nacimiento del astronauta que abordó el Apolo 11 y completó la misión de la NASA, un repaso por el hecho, su vida personal y una pérdida que lo marcó
- 4 minutos de lectura'
Un 5 de agosto, un día como hoy pero de 1930, nacía Neil Armstrong, el piloto estadounidense que pasaría a la historia como el primer hombre en pisar la Luna. En un nuevo aniversario de su nacimiento, vale la pena repasar luces y sombras de una de las mayores figuras del siglo XX, que durante toda su vida arrastró un dolor irreparable y rechazó la fama y atención que le trajo el suceso.
Neil Armstrong: su pasión por el vuelo y su llegada a la NASA
Neil Alden Armstrong nació el 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta, una pequeña ciudad ubicada en el estado de Ohio, Estados Unidos. Cuenta la historia que, cuando tenía apenas 2 años, su padre lo llevó a ver una serie de carreras aéreas y que ese día le nació el amor por el vuelo que lo acompañaría por el resto de su vida.
Su primer vuelo como piloto en solitario lo hizo a sus 16 años. Al egresar de la preparatoria, estudió y se recibió de Ingeniero Aeronáutico en la Universidad Purdue. Tras participar como piloto en la Guerra de Corea, se postuló y fue seleccionado para el programa espacial de la NASA. Su primer viaje al espacio lo realizó en marzo de 1966, con el objetivo de acoplar dos naves. Años después, en 1969, sería parte de la tripulación del Apolo 11, la primera en llegar a la luna.
Armstrong pasó a la historia por ser el primer ser humano en poner un pie sobre el satélite natural y también por las palabras que pronunció en ese preciso momento: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
Entre el dolor y el misterio: así fue la vida desconocida de Neil Armstrong
Luego de la hazaña que lo tuvo como protagonista, Neil Armstrong se convirtió en uno de los hombres más famosos de todo el planeta. Sin embargo, él mismo demostró -a través de sus acciones- que la popularidad no le interesa en lo absoluto.
Ya en la década de 1970, el estadounidense se mudó al campo, lejos de la ciudad, y se dedicó a la enseñanza universitaria, entre otras tareas. Las pocas entrevistas que daba y sus escasas apariciones públicas llevaron a que muchos construyan de él la imagen de un ermitaño y un huraño.
Su silencio también hizo que nacieran teorías conspirativas tan disparatadas como diversas, muchas de las cuales hacían referencia a que guardaba secretos de Estado, o que estaba amenazado para que no hablase acerca de lo sucedido en la Luna.
Lo que se sabe con certeza es que su vida estuvo marcada por el drama y que uno de los grandes dolores que tuvo, por no decir el mayor, se produjo incluso antes de que este piloto ingresara en la NASA. Se trata de la muerte de Karen, su hija nacida en 1959, quien falleció a los 2 años producto de un tumor maligno.
Quiso la casualidad o el destino que la pequeña perdiera la vida justo el día del aniversario de boda de Neil y Janet Shearon, su primera esposa. Por esto, desde el fatídico hecho la pareja jamás pudo volver a celebrar su unión matrimonial.
También en el terreno de las versiones, se especula con que Armstrong habría dejado en la Luna la pulsera que tenía su pequeña hija al momento de morir. Lo que dicen los hechos es que los pilotos estaban habilitados para llevar unos pocos objetos personales con ellos y que Neil pasó un tiempo a solas mientras daba sus históricos pasos.
Neil Armstrong falleció el 25 de agosto de 2012 a causa de complicaciones en una cirugía coronaria. Tenía 82 años y la Casa Blanca lo definió como uno de los más grandes héroes estadounidenses de todos los tiempos.
Otras noticias de Efemérides de agosto
Más leídas de El Mundo
"Nos engañó". Angela Merkel en el Purgatorio: su partido reniega de la excanciller y el país revisa su legado
Denuncia penal contra el chofer. Murió una pasajera que viajaba en el colectivo que chocó contra la rambla en Montevideo
Injerencia. Moldavia y Georgia, los otros países acariciados por las garras del Kremlin
"Por ustedes no es". La emoción de la reina Letizia al hablar con los afectados por las inundaciones en Valencia