Hallazgo de la NASA: la Luna contiene más agua de lo que se creía
PARIS (AFP).- Dos estudios publicados en las últimas horas dan cuenta de que hay más agua de lo que se creía en la Luna. Se encuentra, según se informó, atrapada en forma de hielo en una multitud de microcráteres. Se trata de un importante recurso potencial para futuras misiones espaciales.
Durante mucho tiempo se creyó que la Luna era un astro muy árido, pero en 2008 investigadores descubrieron moléculas de agua en el interior de magma traído por astronautas de las misiones Apolo.
Es agua helada, atrapada en el fondo de grandes cráteres que se hallan continuamente a oscuras, cerca de los polos, donde las temperaturas son extremadamente bajas.
Nuestro observatorio @SOFIATelescope ha detectado por primera vez agua en el lado de la Luna iluminado por el Sol. Esto indica que el agua podría estar distribuida por toda la superficie lunar, no solo en lugares fríos y en la sombra.Aprende más [R] https://t.co/5rQlu5wFZ6pic.twitter.com/bsY4pDb1IH&— NASA en español (@NASA_es) October 26, 2020
Un estudio publicado en Nature Astronomy revela la existencia de una multitud de microcráteres que contienen en el fondo agua helada. Se les llama "trampas frías".
"Imagínese en la Luna, cerca de uno de sus polos: vería una miríada de pequeñas sombras que salpican la superficie; la mayoría de ellas son más pequeñas que una moneda. Cada una sería extremadamente fría, lo suficiente como para albergar hielo", describe Paul Hayne, del departamento de astrofísica de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos.
Su equipo usó datos de dos instrumentos del orbitador de reconocimiento lunar de la NASA, LRO. Combinando estas medidas con modelos 3D consiguieron reproducir el tamaño y la distribución de las sombras, a escalas inferiores a un milímetro.
Habría la misma temperatura allí que en los grandes cráteres: unos -160°C. Pero son muchos más. "Hay decenas de miles de millones de ellos, mientras que los más grandes son unos cientos", detalla Paul Hayne.
40.000 km2
De modo que la superficie total de agua en la Luna abarcaría 40.000 km2, de los cuales el 60% se encuentran en el polo Sur, "lo que sugiere que el agua está más extendida en la Luna de lo que se creía", explicó a la agenica AFP este investigador.
Prueba química
Otro estudio, también publicado en Nature Astronomy, aporta la prueba química de que se trata de agua molecular.
El telescopio aerotransportado del Observatorio estratosférico para astronomía infrarroja (SOFIA) proporcionó nuevos datos, gracias a la observación de la Luna en una longitud de onda más precisa que antes: 6 micrones en vez de 3. Y, por primera vez, los investigadores pudieron diferenciar la molécula H2O (la fórmula química del agua) de otro compuesto químico (hidroxilo, OH) con el que aparece mezclada.
¿De dónde salió el agua?
¿De dónde viene esta agua? Probablemente de la caída de asteroides que chocaron contra la Luna hace miles de millones de años. Lo mismo que se cree que ocurrió con la Tierra. Las moléculas de agua expulsadas durante la caída de estos cuerpos habrían caído al fondo de estos cráteres, donde quedaron "atrapadas para siempre" por el frío, explica Francis Rocard, especialista en sistema solar del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES).
Si se logra desarrollar técnicas de extracción, esto representaría un recurso potencial para futuras misiones espaciales, principalmente la futura miniestación Lunar Gateway.
Para futuras misiones tripuladas a Marte, por ejemplo, se podría "despegar de la Tierra, hacer una parada en la 'estación de servicio' que será la Lunar Gateway, desde donde se enviarían sondas a la superficie lunar para recoger agua y así abastecer a la tripulación que realiza el viaje a Marte", añade Francis Rocard, quien no ha participado en los estudios.
"Esto abarataría el costo del programa, porque es más barato que llevar agua desde la superficie de la Tierra", explica el astrofísico francés, haciendo hincapié en que el viaje a Marte dura seis meses.
El anuncio
El nuevo descubrimiento de la NASA se hizo horas después de que una sonda cargada con fragmentos de suelo de asteroide recogidos la semana pasada comenzara a perder muestras debido a su gran carga, que impide su cierre.
Osiris-Rex tocó brevemente la superficie del asteroide Bennu, a 320 millones de kilómetros de distancia, días atrás y así colectó mucho más material que el esperado. El contenedor de muestras al final del brazo robótico de la sonda penetró tan profundamente en la superficie del asteroide y con tal fuerza que fragmentos de roca quedaron trabados alrededor del borde de la tapa.
El requerimiento para Orisis-Rex, la primera misión de muestras de asteroide de la NASA, con un costo de más de 800 millones de dólares, es traer al menos 60 gramos de muestras. El material, rico en carbono, lleva contenido primigenio del sistema solar y podría ayudar a los científicos a entender mejor cómo se formaron los planetas y cómo se originó la vida en la Tierra.
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