Naftali Bennett, el millonario exaliado de Netanyahu que quiere quitarle el puesto a su mentor
Antiguo asesor del primer ministro, el líder del movimiento conservador Yamina se perfila como nuevo premier israelí tras sellar una alianza con Lapid
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JERUSALÉN.- Naftali Bennett, el probable futuro primer ministro de Israel, es un millonario del sector tecnológico que se hizo de abajo y que sueña con anexar la mayor parte de la Cisjordania ocupada. Aduciendo razones de seguridad, Bennett ha manifestado que la creación del Estado de Palestina sería un suicidio para Israel.
Pero el abanderado de la derecha religiosa israelí y férreo defensor de los asentamientos judíos dijo este domingo que estaba dispuesto a aunar fuerzas con sus opositores políticos para salvar al país del desastre político.
Hijo de inmigrantes estadounidenses, Bennett, de 49 años, pertenece a la siguiente generación de Benjamín Netanyahu, de 71 años, el primer ministro con más tiempo en el cargo en la historia de Israel.
Excomando del ejército, Bennett llamó a su hijo mayor en homenaje al hermano de Netanyahu, Yoni, muerto en 1976 durante una incursión israelí para liberar a los pasajeros secuestrados en el aeropuerto de Entebbe, Uganda.
Bennett ha tenido una larga y a veces turbulenta relación con Netanyahu, de quien fue alto asesor cuando era líder de la oposición, entre 2006 y 2008. Según se dice, esa relación laboral concluyó en malos términos.
Bennett irrumpió en la política nacional de Israel en 2013, con el relanzamiento de un partido pro-colonias. A lo largo de los años, bajo los sucesivos gobiernos de Netanyahu, ejerció como ministro de Defensa, pero también de Educación y de Economía.
Exlíder de Yesha, el principal partido pro-asentamientos en Cisjordania, Bennett convirtió la anexión de partes del territorio capturado por Israel en la Guerra de los Seis Días en un tema central de su plataforma política.
Pero como líder de un gobierno denominado de “cambio”, que incluirá a partidos de izquierda y de centro y que dependerá del apoyo de legisladores árabes en el parlamento, avanzar con la anexión sería políticamente inviable.
El domingo, Bennett dijo que tanto la derecha como la izquierda tendrán que llegar a un acuerdo en esos asuntos tan cargados ideológicamente.
Nacido en Haifa de padres inmigrantes de San Francisco, Bennett es un judío ortodoxo moderno. Vive junto con su esposa, Gilat, maestra repostera, y sus cuatro hijos en el exclusivo barrio de Raanana, en los suburbios de Tel Aviv.
Como Netanyahu, Bennett habla un fluido inglés norteamericano y pasó parte de su infancia en América del Norte, donde sus padres se habían tomado un año sabático.
Mientras trabajaba en el sector de la alta tecnología, Bennett estudió Derecho en la Universidad Hebrea de Jerusalén. En 1999, lanzó un emprendimiento y se mudó a Nueva York, y en 2005 finalmente vendió Cyota, su empresa de software antifraude, a la empresa de seguridad estadounidense RSA por 145 millones de dólares.
El año pasado, en los últimos meses de la administración Trump, mientras el gobierno de Netanyahu intentaba avanzar con la anexión de Cisjordania y la construcción de colonias, Bennett, en ese entonces ministro de Defensa, dijo: “Este impulso de la edificación no debe detenerse, ni siquiera por un segundo”.
El plan de anexión finalmente fue suspendido cuando Israel formalizó sus relaciones diplomáticas con los Emiratos Árabes Unidos. Los analistas creen que hay pocas chances de que el plan se reanude con el demócrata Joe Biden como sucesor de Donald Trump en la Casa Blanca.
Sin embargo, es probable que los palestinos consideren el liderazgo de Bennett como un baldazo de agua fría para las esperanzas de una paz negociada y un Estado independiente, la fórmula diplomática de larga data defendida por Biden.
En marzo, cuando Israel celebró su cuarta elección en dos años, Bennett, que lidera el partido de extrema derecha Yamina, dijo que una quinta votación sería una calamidad nacional y entabló diálogos con el bloque de centro izquierda que constituye el principal opositor a Netanyahu.
Defensor de la liberalización de la economía, Bennett expresó su apoyo a reducir la burocracia gubernamental y bajar los impuestos.
A diferencia de algunos de sus exaliados de la derecha religiosa, Bennett es progresista en temas como los derechos de los gays y la relación entre la religión y el Estado, en un país donde los rabinos ortodoxos ejercen una contundente influencia.
Traducción de Jaime Arrambide
Agencia Reuters
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