Myanmar: el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne para abordar el golpe de Estado
A puertas cerradas, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió en urgencia este martes para abordar el golpe de Estado militar en Myanmar -también conocido como Birmania- y adoptar, si China lo acepta, una declaración común para exigir el regreso de los civiles al poder.
La reunión, impulsada por Reino Unido, empezó a las 10 (hora local), y todavía se extiende. Los 15 miembros del Consejo, que se comunican por videoconferencia debido a la pandemia de coronavirus, iban a asistir primero a un informe sobre la situación por parte de la enviada de la ONU para Myanmar, la suiza Christine Schraner Burgener.
La adopción de un proyecto redactado por Londres y negociado desde el lunes, según diplomáticos, depende de un acuerdo con Pekín, principal apoyo de Myanmar y miembro del Consejo con derecho a veto.
El texto recibido por medios locales, que no menciona ninguna sanción, expresa la "profunda preocupación" generada por la situación en Myanmar, condena "el golpe de Estado militar" y exige una "liberación inmediata" de las personas detenidas ilegalmente en el país.
Antes del inicio de las negociaciones, China pidió y obtuvo que la reunión encabezada por miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se celebrara a puertas cerradas, indicó a medios locales un diplomático que quiso guardar el anonimato.
Durante la crisis de los musulmanes rohingyas en Myanmar, víctimas de un genocidio -según la ONU- desde 2017, Pekín se opuso a todas las iniciativas del Consejo de Seguridad, impidiendo declaraciones comunes e incluso reuniones sobre el tema.
Por ese entonces, Pekín alegaba que el conflicto con la minoría musulmana era un asunto interno del país.
Ayer, el ministerio de Relaciones Exteriores chino reaccionó al golpe de Estado pidiendo a los birmanos que resolvieran "sus desacuerdos en el marco de la Constitución y de las leyes", coincidiendo con una postura expresada por la ONU.
El golpe de Estado
Diez años después de haberle entregado el poder a un gobierno civil, el ejército de Myanmar tomó control por la fuerza a través de un golpe de Estado y recuperó las riendas del país. Se trata de un acto que -además de causar temor- evoca a un pasado en el que el pueblo birmano soportó más de medio siglo gobiernos liderados por regímenes opresivos.
La detención de líderes políticos, entre ellos Aung San Suu Kyi, hicieron pensar en aquellos días que muchos birmanos creían haber dejado atrás.
Agencia AFP
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