Murió Víctor Manuel de Saboya, el último heredero al trono de Italia y figura deslucida de la realeza europea
Hijo de Humberto II, último monarca del país, falleció a los 86 años; tuvo una vida marcada por los escándalos
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ROMA.- A punto de cumplir 87 años el 12 de febrero próximo, murió esta mañana Víctor Manuel de Saboya, el último heredero al trono de Italia.
Hijo de Humberto II, el último rey de Italia, “su alteza real, Víctor Manuel, duque de Saboya y Príncipe de Nápoles”, murió “serenamente” a las 7.05 de esta mañana en su casa de Ginebra y rodeado por su familia, anunció un comunicado de la ex casa real. El linaje de los Saboya se remonta al siglo X, y durante el siglo XIX, bajo su reinado, lograron la unificación de Italia.
Figura deslucida de la realeza europea y bastante impopular en Italia ya que tuvo “una vida, un nombre, Saboya, quizás más grande que él”, como destacó el Corriere della Sera, Víctor Manuel nunca se quejó por no haber podido llegar a ser rey, sino por su existencia marcada por un exilio involuntario.
El 8 de septiembre de 1946, a los 9 años, se vio obligado a dejar Roma junto a su madre, María José, después del referéndum que abolió la monarquía y determinó la victoria de la república. Y vivió en el exilio hasta marzo de 2003, cuando fue cancelada una cláusula constitucional que prohibía el regreso al país de los herederos varones de la excasa real.
“Lo único que lamento es no haber podido crecer en Italia”, confesó, en una de sus últimas entrevistas, ante una pregunta sobre si le dolía no haber sido rey, como su padre.
Los Saboya nunca fueron muy queridos en Italia. El penúltimo rey de Italia, Víctor Manuel III, que reinó de 1900 a 1946, siempre fue considerado culpable de haber aceptado el fascismo de Benito Mussolini (1922), de haber firmado las leyes raciales contra la comunidad judía y de haber llevado a Italia a la guerra junto con los nazis.
Víctor Manuel III abdicó en mayo de 1946 a favor de su hijo, Humberto II, que fue rey por un mes, hasta el día del ya citado referéndum en el que los italianos votaron en contra de la monarquía y en favor de la república.
La Carta Magna que se adoptó poco después, en 1948, abolió la monarquía y prohibió la vuelta de los herederos varones de la casa Saboya, en una cláusula que marcó a fuego a Víctor Manuel y que, después de años de idas y venidas, fue derogada en 2002, durante el gobierno de centroderecha de Silvio Berlusconi.
Vida de escándalos
Hombre de negocios, casado con Marina Doria, burguesa y campeona de esquí acuático nacida en Génova, en una boda religiosa ocurrida en Teherán, tras haberlo hecho en Las Vegas, Víctor Manuel tuvo con ella un único hijo, el príncipe Manuel Filiberto. Y una vida marcada más bien por escándalos.
En 2006, el noble incluso llegó a ser detenido por una orden de un tribunal de Potenza, en el sur de Italia, tras ser acusado por corrupción, asociación para delinquir y explotación de la prostitución. Entonces trascendió que el heredero de la corona italiana participaba en un “mercado” de autorizaciones ilegales para adquirir videos y aparatos electrónicos para juegos de azar, para lo cual mantenía conexiones con la criminalidad organizada siciliana.
Pero esa no fue la primera vez que Víctor Manuel tuvo problemas con la Justicia. En los 70, el príncipe se vio envuelto en un caso por tráfico internacional de armas y en los 80 figuró en la famosa lista de miembros de la logia masónica P2, de Licio Gelli.
Aunque lo peor, sin embargo, ocurrió en agosto de 1978 en la isla de Cavallo, en Córcega, uno de los lugares de veraneo más codiciados por el jet set internacional. En ese entonces, borracho y drogado, protagonizó una pelea que terminó a los tiros con un multimillonario dueño de un barco vecino al suyo, que culminó con la muerte de Dirk Jeerd Hamer, de 19 años. Víctor Manuel fue procesado en Francia y en 1991 fue condenado a 6 meses de prisión condicional por tenencia abusiva de arma, pero fue absuelto del cargo de homicidio. Una docu-serie de Netflix, realizada por Beatrice Borromeo Casiraghi, recientemente volvió a reflotar ese dramático episodio y la atormentada vida del último heredero al trono de Italia.
En 2007, también causó indignación y polémicas, cuando su familia pidió una indemnización de nada menos que 260 millones de euros al Estado italiano, por los “daños morales” padecidos durante los 54 años de exilio dictaminados por la ya mencionada cláusula de la Constitución italiana, derogada en 2002.
A través de una acción legal que Víctor Manuel emprendió junto a su hijo, también exigió la devolución de los bienes confiscados a la monarquía cuando nació la república italiana, en 1948. Se trata de un patrimonio inmenso, que incluye viviendas, parques, castillos y palacios; entre ellos, el espectacular Palacio del Quirinal, exresidencia veraniega de los papas y exresidencia real, que hoy es la sede de la presidencia.
La respuesta del gobierno al “mega resarcimiento” pedido por los Saboya fue tajante. No sólo consideró que no tenía que pagarles absolutamente nada a los Saboya, sino que hizo saber que estaba analizando pedir a su vez a la excasa real el pago de una indemnización por daños por “las responsabilidades que tuvo en la historia italiana”.
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