Murió Juan Pablo II
El Vaticano anunció que el deceso se produjo a las 21.37 (16.37 hora argentina); una multitud esperó, en silencio, la noticia; los funerales durarán nueve días; el cónclave para elegir a su sucesor empezará dentro de 15 a 20 días; dolor mundial
CIUDAD DEL VATICANO.- A los 84 años, Juan Pablo II, fiel a los mandatos divinos, falleció y cumplió con su promesa de continuar hasta sus últimos días con el Pontificado.
"El Santo Padre ha muerto esta noche a las 21.37 (hora italiana) en su apartamento privado", anunció el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.
"Se han puesto en marcha todos los procedimientos previstos en la Constitución apostólica ´Universi Dominici Gregis´ promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996´".
Su muerte fue comunicada a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, que la aceptaron en silencio.
Las campanas empezaron a sonar en las cientos de iglesias de Roma en señal de duelo por la muerte del Papa.
El español Eduardo Martínez Somalo , actual camarlengo del Pontífice, certificó su muerte a la manera tradicional: con tres golpes dados con un martillito en la frente del fallecido.
Luego, y según las normas establecidas por los pontífices, quedó como máxima autoridad del Vaticano hasta que haya un sucesor de Juan Pablo II.
En sus últimos 97 minutos de vida, Juan Pablo II recibió por segunda vez la unción de los enfermos [ya la había recibido el jueves último] y se celebró una misa en su nombre, dijo hoy el Vaticano.
La Santa Sede señaló que el secretario privado del Papa, el arzobispo Stanislaw Dziwisz, ofició la misa junto con el cardenal ucraniano Marian Jaworski y otros dos prelados polacos.
El Vaticano agregó que las últimas horas del Papa transcurrieron en medio de "oraciones ininterrumpidas".
En el momento de morir, Juan Pablo estaba acompañado por sus dos secretarios, Dziwisz y monseñor Mieczyslaw Mokrzycki, además de Jaworski, el arzobispo Stanislaw Rylko, el reverendo Tadeusz Styczen, tres religiosas que asistían al Papa y su superiora, la hermana Tobiana Sobodka.
El médico de cabecera del pontífice, el doctor Renato Buzzonetti, junto con otros dos colegas, los doctores Alessandro Barelli y Ciro D´Allol, también se encontraban en la habitación del Papa.
El estado de salud del Sumo Pontífice se había agravado repentinamemte en la noche del jueves, debido a una infección de las vías urinarias que provocó una fiebre muy alta, según confiaron fuentes vaticanas. En las primeras horas del viernes, Juan Pablo II sufríó un paro cardíaco y una septicemia [infección generalizada], que se convirtieron en los desencadenantes de su deceso.
Con su muerte concluye el tercer pontificado más largo de la historia de la Iglesia, que sorprendió al mundo el 16 de octubre de 1978 al elegir al primer Papa no italiano en cinco siglos.
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Una fe inquebrantable, sostenida por un carácter "decidido y tenaz", han guiado la acción de Juan Pablo II, el papa cuyo largo pontificado gravitó en la tumultuosa marcha de un mundo en la transición entre dos siglos.
El polaco Karol Wojtyla, primer papa eslavo de la historia, gobernó la Iglesia Católica durante casi 30 años, la hizo entrar en el tercer milenio y quedará en los anales de la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI por su carisma, su estilo y sus ideas.
Los últimos años de su vida fueron un largo y doloroso combate contra la enfermedad y la decrepitud. Pero el anciano papa, el único que conocieron las nuevas generaciones, había sido al comienzo de su mandato un hombre pleno de fuerza y un vigoroso deportista que gustaba contactarse con la gente.
Desde el inicio de su pontificado, Juan Pablo II imprimió su marca particular. Su elección al trono de San Pedro, el 16 de octubre de 1978, cuando tenía 58 años, se produjo tras dos días de cónclave y constituyó toda una sorpresa ya que su nombre no figuraba entre los favoritos.
Primer pontífice extranjero después de cuatro siglos y medio de monopolio italiano, el nuevo papa se enfrentó muy pronto a la Curia romana, enviando al museo de antigüedades la silla gestatoria utilizada por sus antecesores para mostrarse en público, se puso a nivel de la calle y de las multitudes, sonriendo, dejándose tocar, y alzando a los niños en sus brazos.
El Vaticano y la Plaza de San Pedro pronto le quedaron pequeños al Sumo Pontífice, que salió por el mundo a encontrarse con los fieles. El "Papa peregrino", como lo bautizaron los católicos, recorrió más de un millón de kilómetros en un centenar de viajes al exterior, y permitió que la blanca imagen del pontífice concentrara una cobertura mediática nunca vista con anterioridad.
Su carisma era evidente. El joven Wojtyla había sido un apasionado del teatro y, de ese pasado, Juan Pablo II había conservado un gran sentido del auditorio, al punto que cuando se dirigía a las multitudes, cada uno tenía el sentimiento de que el Papa les estaba hablando personalmente.
El éxito fue inmediato, en particular en América Latina, donde los medios de comunicación, particularmente inventivos, lo llamaron "el atleta de Dios", el "caminante del Evangelio", el "Papa peregrino".
Poeta, filósofo, políglota y deportista, Juan Pablo II, en su prolongado mandato, uno de los más largos de la historia de la Iglesia, superó numerosas marcas: no sólo fue el pontífice más viajero, sino también el que proclamó más santos y beatos, de todos los tiempos y de todos los orígenes.
Aunque Juan Pablo II no era muy grande en cuanto a estatura física, pues medía apenas 1m76, los fotógrafos lo convirtieron en un gigante desde los años iniciales de su reino.
Esa imagen imponente perduró hasta el 13 de mayo de 1981, día de la Virgen de Fátima, en que el extremista de derecha turco, Mehmed Ali Agca, le disparó tres balazos en plena Plaza de San Pedro.
El Papa se salvó milagrosamente, pero desde entonces comenzó a sufrir problemas de salud: además de las dificultades que tuvo para recuperarse de las heridas de bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció luego un cáncer de intestino, la fractura del fémur y de un hombro, y desde los años 90 tuvo que aprender a convivir con la enfermedad de Parkinson.
Esto no impidió que a fines de los años 80 su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos que se producían en el ex bloque comunista contribuyeran de modo considerable a la caída de los regímenes de Europa del Este, según coinciden numerosos historiadores.
Más de una década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la guerra de los Estados Unidos contra Irak. En esa misión evidenció la misma determinación que había mostrado al inicio de su pontificado para mediar entre la Argentina y Chile cuando se encontraban al borde del enfrentamiento. Idéntica energía desplegó para aislar y neutralizar a los defensores de la Teología de la Liberación, en América Latina, y para alentar el desarrollo de la influencia de movimientos ultra-conservadores, como el Opus Dei, que llegaron a ocupar un lugar influyente en el Vaticano.
Entre los temas capitales que ha abordado en sus encíclicas y en sus numerosos discursos y ensayos están la protección de la vida humana desde antes del nacimiento y la reafirmación de los principios tradicionales de la Iglesia católica en el campo de la moral sexual, sin olvidar la reconciliación con los judíos y la búsqueda de un diálogo con todas las iglesias.
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