Murió Isabel II: desconsuelo en Gran Bretaña por el fallecimiento de la reina más célebre del planeta
La popular soberana sostuvo uno de los reinados más extensos de la historia mundial; será sucedida por su hijo, el príncipe de Gales, que accede al trono con el nombre de Carlos III
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PARÍS.– Isabel II de Inglaterra, la monarca más célebre del planeta, murió este jueves a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral, rodeada de sus seres queridos. En un día triste y gris, la lluvia y el frío acompañaron el desconsuelo de sus millones de súbitos. Su hijo, el príncipe de Gales, que la sucedió en forma automática, accederá al trono con el nombre de Carlos III.
“La reina Isabel II murió apaciblemente en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana”, reza el comunicado oficial del palacio de Buckingham, aludiendo así al nuevo soberano británico. El anuncio fue recibido con una inmensa emoción en el Reino Unido, donde la monarca, durante 70 años de reinado, jamás perdió su enorme popularidad.
En Gran Bretaña e Irlanda del Norte —y en las otras 14 monarquías del Commonwealth— la regla de sucesión es la de la “primogenitura”. Es decir que el hijo mayor del o la monarca accede al trono. En este caso es Carlos, de 73 años, hijo mayor de Isabel II, que se convirtió en rey inmediatamente después del deceso, aun cuando la ceremonia protocolar de coronación tendrá lugar más tarde.
Bautizada “London Bridge is down”, la operación debe acompañar las exequias de la reina y la nueva coronación ha sido preparada desde hace décadas en los mínimos detalles. Una coreografía milimetrada que va desde la proclamación del nuevo monarca a la inhumación de la reina en la capilla Saint-George, en el castillo de Windsor, donde ya reposa su marido, Felipe de Edimburgo, fallecido en abril de 2021.
“Lloramos profundamente la muerte de una amada soberana y de una madre querida. Sé bien que esta pérdida será profundamente lamentada en todo el país, los reinos, el Commonwealth y por innumerables personas en todo el mundo”, declaró el nuevo monarca a través de un comunicado. “Durante este periodo de duelo y cambios, mi familia y yo mismo nos veremos reconfortados y apoyados por el respeto y la profunda afección de los que gozaba la reina”, agregó.
La última aparición pública de la soberana después de varias semanas se produjo el martes de esta semana, cuando recibió al primer ministro saliente, Boris Johnson, que le presentó su renuncia, y a su sucesora, Liz Truss, a quien nombró oficialmente nueva jefa del gobierno. En una foto publicada por el palacio, se la veía sonriente, mucho más delgada y fatigada, pero en buena forma. Al día siguiente, sin embargo, se anunció que había cancelado la habitual reunión semanal de su consejo privado, que últimamente presidía por Zoom.
Ese mismo miércoles, sus médicos habían expresado “preocupación” por la salud de la soberana, recomendando que permaneciera bajo estricto control profesional, informó el palacio. Una forma, sin duda, de preparar la opinión pública a recibir la noticia de su deceso.
Cambio de protocolo
Conscientes de la inminencia del desenlace, los súbditos de la soberana comenzaron este jueves a acercarse al castillo de Balmoral, mientras que, en el palacio de Buckingham, se interrumpía el cambio de la guardia, suceso anunciado por un lacónico cartel en los portones del edificio. Al mismo tiempo se desconectaba el sitio de Internet de la familia real y se veía un mensaje de error: “Gateway time-out”.
La cadena pública BBC anunció el deceso de Isabel II, a las 19:30 hora local. El sobrio mensaje fue pronunciado por Huw Edwards. Como él, todos los conductores vistieron de riguroso negro, uno de los detalles previstos por la operación “London Bridge is down”, puesta a punto por la reina en persona. La célebre cadena pública modificó toda su programación dedicándola solo al deceso de la soberana.
En Balmoral ya se hallaban los cuatro hijos de Isabel, Carlos, Anna, Andrés y Eduardo, llegados precipitadamente. También se encontraba en el lugar el hijo mayor del nuevo rey —y su heredero—, el príncipe Guillermo. Su hermano, el príncipe Harry, presente en Londres en visita privada, partió este jueves precipitadamente hacia Balmoral. Tanto él como su hermano llegaron solos a Escocia, sin la compañía de sus respectivas esposas.
Inmediatamente comenzaron a llegar los mensajes de condolencias de los cuatro puntos del planeta. Joe Biden saludó a “una mujer de Estado de una dignidad y una constancia incomparables”, estimando en un comunicado que la reina “era más que un monarca. “Ella encarnaba una época”, aseguró. “Isabel II contribuyó a hacer especial la relación entre el Reino Unido y Estados Unidos”, agregó el presidente norteamericano, que se declaró “impaciente por proseguir una estrecha relación de amistad con el rey y la reina consorte”.
El papa Francisco se declaró “profundamente apenado” por la muerte de Isabel II, rindiendo homenaje a “su vida de servicio indefectible” y a “su ejemplo de dedicación al deber”. En un telegrama en inglés dirigido al nuevo rey, el Sumo Pontífice presentó “sus sinceras condolencias” a la familia real y al pueblo británico, y aseguró a Carlos III que rezará por él.
La reina era una “presencia constante” en la vida de los canadienses y “seguirá siendo para siempre una parte importante de la historia de nuestro país”, declaró el primer ministro canadiense Justin Trudeau.
Presencia tranquilizadora
“Admirada en todo el mundo por su gracia, su dignidad y su dedicación, la reina fue una presencia tranquilizadora durante décadas de grandes cambios, entre ellos la descolonización en África y en Asia”, declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Al mismo tiempo, la Asamblea General y los miembros del Consejo de Seguridad observaron un minuto de silencio en homenaje a la soberana desaparecida.
Para el presidente francés Emmanuel Macron, “Su Majestad la reina Isabel encarnó la continuidad de la nación británica durante más de 70 años. Conservo el recuerdo de una amiga de Francia, una reina de gran corazón que marcó para siempre su país y su siglo”.
El presidente irlandés, Michael D. Higgins, saludó a “una amiga remarcable de Irlanda”. “Recordamos el papel jugado por la reina Isabel en esa larga amistad” entre nuestros dos países, marcados por una historia atormentada, dijo el mandatario. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, saludó a ese “modelo de continuidad” a través del siglo, “cuya calma y dedicación dieron fuerza a mucha gente”.
Para el primer ministro saliente, Boris Johnson, este jueves fue “el día más triste” del Reino Unido. Considerando que la muerte de la única soberana que los británicos conocieron provocará “un sentimiento de profunda pérdida”, se declaró convencido de que su heredero, el rey Carlos III, “sin duda rendirá justicia a su herencia”.
En homenaje a la monarca, en París, la torre Eiffel no se vistió esta noche con su traje de luces, como lo hace habitualmente durante cinco minutos a comienzo de cada hora.
Entre las disposiciones que debe adoptar el gobierno británico tras la muerte de la soberana, habrá un “black out” de las redes de los medios públicos. El sitio del palacio de Buckingham será sustituido por una página negra con una breve declaración confirmando el deceso, mientras el sitio y todas las páginas de Internet del gov.uk solo publicarán contenidos urgentes y estarán cruzados por una banda negra.
Mientras los funerales de Estado deben realizarse dentro de diez días, en presencia de los grandes líderes del planeta, ya fue lanzada la operación “Spring Tide” que regulará el acceso al trono de Carlos III quien, antes, realizará un viaje por las cuatro naciones que conforman el Reino Unido.
En las comunicaciones internas del Estado, la jornada de la muerte de la soberana fue llamada “D-Day”. Hasta el momento de los funerales, le seguirán el “D+1″ (por el viernes), D+2, y así sucesivamente.
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