
Murió en Uruguay el ex presidente Jorge Pacheco Areco
MONTEVIDEO (EFE).- El ex presidente uruguayo Jorge Pacheco Areco falleció ayer en Montevideo, a los 78 años, víctima de problemas cardíacos y pulmonares que lo mantuvieron internado en un sanatorio durante varios días.
Pacheco Areco fue elegido vicepresidente en las elecciones de 1966 y accedió a la presidencia del Uruguay el 7 de diciembre de 1967, cuando falleció el entonces jefe del Estado, Oscar Gestido. Ocupó el cargo hasta marzo de 1972.
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Jorge Pacheco Areco, que había nacido en Montevideo, en 1920, alcanzó su máxima popularidad en 1971, cuando fue el candidato más votado en las elecciones uruguayas de ese año, aunque no llegó al margen requerido constitucionalmente para ser reelegido y debió entregar el mando a Juan María Bordaberry, que un año después protagonizaría la disolución del Parlamento y daría comienzo al período del gobierno de facto.
En su juventud no tuvo actuación destacada en la política, pero por su vinculación con la familia Batlle desarrolló una carrera periodística en el diario El Día, del que fue director entre 1961 y 1965, año en el que renunció por discrepancias acerca de una reforma constitucional, finalmente aprobada en 1966. Durante ese período fue elegido diputado en 1962 y, en meteórico ascenso, en 1966 integró la fórmula presidencial con el general Gestido, tras cuya muerte, en diciembre de 1967, asumió la presidencia.
Su gobierno transcurrió en una etapa convulsionada al máximo por la acción de la guerrilla tupamara, la creación de la coalición de izquierdas Frente Amplio y una dura acción opositora de los sindicatos.
Un país convulsionado
Huelgas, tomas de instituciones educativas, atentados, secuestros y asesinatos conmocionaban al país, y Pacheco respondía apelando, frecuentemente, a la suspensión de las garantías constitucionales. Disolvió grupos políticos de extrema izquierda y separó a algunos de sus voceros periodísticos, pero los grupos legales -entre ellos el Partido Comunista y su diario El Popular- siguieron actuando.
En el terreno económico, impuso un férreo sistema de contención de la inflación, a través de la congelación de precios y salarios y la regulación de los precios de los productos básicos de consumo.
Después de entregar el poder a Bordaberry fue embajador en España, Estados Unidos y Paraguay. En 1984, en el proceso de restauración democrática, fue candidato a la presidencia y, aunque no la alcanzó, sus votos dentro del Partido Colorado contribuyeron sustancialmente a la victoria de Julio María Sanguinetti.
Figura polémica dentro de la política, en los últimos años su grupo partidario se vio afectado por desgajamientos y el alejamiento de muchos de sus militantes. Sin embargo, siguió siendo un puntal para apoyar no sólo al gobierno de su correligionario Sanguinetti, sino también al del presidente Lacalle.