Murió en prisión Alexei Navalny, el principal opositor de Vladimir Putin en Rusia
Según el servicio penitenciario donde estaba detenido, el activista “se sintió mal” después de un paseo y “casi inmediatamente perdió el conocimiento”; estaba preso desde 2021 y cumplía una condena de 19 años; fuerte reacción de la comunidad internacional
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PARÍS.- El opositor ruso Alexei Navalny, de 47 años, murió este viernes en un antiguo gulag del extremo ártico, anunciaron las autoridades penitenciarias de su país (Servicio Federal de Ejecución de Penas, FSIN). El que fuera hasta el último día de su vida la pesadilla de Vladimir Putin, purgaba una pena de prisión de 19 años. De inmediato, sin esperar a que se conocieran las “causas oficiales” de su deceso, el mundo apuntó un dedo acusador contra el jefe del Kremlin.
“El 16 de febrero de 2024, en el centro penitenciario N°3, el prisionero Navalny A. A. se sintió mal después de un paseo […]. Las causas de la muerte están siendo establecidas”, indicó el FSIN de esa región ártica en un comunicado, al asegurar que los primeros auxilios hicieron todo lo posible para salvarlo.
“Todos los gestos de reanimación necesarios fueron practicados, pero no dieron resultados positivos. Los médicos constataron la muerte del paciente. Las causas de esa muerte están siendo establecidas”, precisó el lapidario texto.
Igual de seco fue el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, al anunciar que “el presidente ruso fue informado del deceso”.
Principal adversario y eterno opositor al régimen de Putin, Navalny purgaba una pena de 19 años por “extremismo” en una colonia penitenciaria ártica y en condiciones extremadamente difíciles. Sus múltiples procesos fueron ampliamente denunciados como “políticos” y como una evidente forma de castigar sus críticas contra el jefe del Kremlin. Su muerte se produce apenas un mes antes de las elecciones presidenciales, del 15 al 17 de marzo, que sin duda extenderán el mandato de Putin hasta 2030.
Durante las audiencias de los procesos en los cuales pudo participar por video en los últimos meses, Navalny, cuya fortaleza física le había permitido sortear incluso en forma milagrosa las consecuencias del envenenamiento al que lo sometió el régimen en 2020, apareció envejecido y frágil. Sus problemas médicos, ligados a ese episodio y a sus numerosas huelgas de hambre, se habían multiplicado.
El activista opositor había llegado a ese nuevo centro de detención situado en Yamalia-Nenetsia a fines de diciembre, al término de un largo viaje secreto, que hizo temer lo peor a sus allegados. Sus simpatizantes aseguraron entonces que, a medida que se acercaban las elecciones presidenciales, el régimen trataba de aislarlo más.
“Lo enviaron ahí para aislarlo, para quebrarlo moralmente. Se encuentra en condiciones de detención muy difíciles. No tiene acceso a las misivas o a las visitas de su familia. Verlo es muy complicado para sus abogados. Además, las condiciones climáticas de esa región son durísimas y darán un golpe suplementario a su ánimo”, declaró entonces Olga Prokopieva, de la asociación Rusia Libertades.
Pero las duras condiciones de detención no hicieron mella en su determinación. A comienzos de enero, Navalny anunció en las redes sociales que le habían impuesto “siete días de aislamiento” porque “no se había identificado correctamente”. La medida había sido tomada inmediatamente después del “fin de su cuarentena”, dijo, sin precisar la fecha.
“La idea según la cual Putin estaría satisfecho de ponerme en una cabaña del Gran Norte para que deje de ser torturado con el aislamiento no solo es cobarde, sino ridícula”, dijo entonces el prisionero.
“Abuelito escondido”
A comienzos de febrero, Navalny lanzó un llamado a no votar por el “ocupante del Kremlin”, sin dar el nombre del candidato al que apoyaría. A través de sus abogados y en las redes sociales, no había dudado en calificar a Putin de “abuelito escondido en un búnker”, al aludir a que, debido a la guerra en Ucrania y a la pandemia de Covid-19, el presidente ruso raramente aparece en público.
“Me encanta la idea de que aquellos que vayan a votar contra Putin se presenten a la misma hora, a mediodía. Un mediodía contra Putin”, declaró en X, al llamar a manifestar masivamente contra el régimen.
Putin fue inmediatamente señalado por la mayoría de los dirigentes occidentales como el autor intelectual de este deceso.
“Navalny luchó por los valores de libertad y democracia. Por esos valores hizo el sacrificio último”, señaló el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que agregó que la Unión Europea (UE) considera al “régimen ruso” como “único responsable” de esta desaparición física.
“El mundo perdió a un combatiente cuyo coraje resonará a través de generaciones. Rusia le quitó su libertad y su vida, pero no su dignidad. Su combate por la democracia perdurará”, dijo a su vez la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.
En la misma línea, el ministro noruego de Relaciones Exteriores, Espen Barth Eide, estimó que “el gobierno ruso tiene una enorme responsabilidad”.
El presidente de Letonia, Edgars Rinkevics, afirmó por su parte que Navalny “acaba de ser brutalmente asesinado por el Kremlin”. “Es un hecho. Es algo que permite saber sobre la verdadera naturaleza del régimen actual de Rusia”, aseguró en las redes sociales el dirigente de ese país báltico, ex república soviética y hoy miembro de la OTAN y la UE.
Sin acusar directamente al Kremlin, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Stéphane Sejourné señaló, sin embargo, que la muerte de Navalny “en una colonia penitenciaria demuestra la realidad del régimen de Putin”.
Luego, el presidente francés, Emmanuel Macron, acusó a Rusia de “condenar a muerte” a los “espíritus libres”.
In today's Russia, free spirits are sent to the Gulag and condemned to death. Anger and indignation.
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) February 16, 2024
I pay tribute to the memory of Alexeï Navalny, his dedication, his courage. My thoughts go out to his family, loved ones, and to the Russian people.
“En la Rusia actual, se meten a los espíritus libres en el gulag y se los condena a muerte”, reaccionó en la red social X Macron, quien expresó su pésame a los familiares de Navalny y al “pueblo ruso”.
En Alemania, el canciller Olaf Scholz también se mostró medido, y lamentó que, en Rusia, “aquel que se compromete con la democracia debe temer por su vida”.
“Teniendo en cuenta la larga y sórdida tendencia del gobierno ruso de castigar a sus opositores, muchas preguntas surgen de esto que acaba de suceder”, dijo en una entrevista el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.
“La muerte de Navalny, durante su detención, es otra página triste que alerta a la comunidad internacional”, dijo la primer ministra italiana, Giorgia Meloni. ”Expresamos nuestro más sentido pésame y esperamos que este inquietante suceso sea completamente esclarecido”, añadió.
Por su parte, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, atribuyó la muerte de Navalny al “régimen canalla” de Moscú. “Es un turbio recordatorio del régimen canalla al cual estamos confrontados y la razón por la cual todos los responsables deben responder por cada uno de sus crímenes”, escribió en la red social X Kallas, contra quien el gobierno ruso lanzó esta semana una orden de captura por la eliminación de memoriales de la época en la cual Estonia formaba parte de la Unión Soviética.
En tanto, la ONU, que se mostró “indignada” por la muerte de Navalny, exigió el “fin de las persecuciones” en Rusia. ”Todos los detenidos o condenados a penas diversas de prisión a causa del ejercicio legítimo de sus derechos, sobre todo del derecho de libertad de reunión y de expresión pacíficas, deben ser liberados de inmediato y todas las acusaciones contra ellos deben abandonarse”, afirmó el Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Acnudh) en un comunicado.
Sin estar atado a ningún freno oficial, Gérard Araud, embajador y ex representante permanente de Francia ante Naciones Unidas, fue mucho más directo en un tuit: “Putin jamás se quitó su uniforme de coronel de la KGB. No de general, de coronel… Es el hombre de los golpes bajos: eliminar desconocidos en el extranjero, enviar soldados sin insignias a Crimea y asesinar a opositores”.
En respuesta, el gobierno ruso consideró “totalmente inaceptables” las acusaciones de potencias occidentales que lo involucran en la muerte de Navalny. ”No hay ninguna información sobre la causa de ese deceso y sin embargo esas declaraciones se multiplican [...]. Nosotros las consideramos totalmente inaceptables”, declaró Dimitri Peskov, vocero de Putin, citado por medios rusos.
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