Murió el explorador del silencio
Conmueve la desaparición del famoso documentalista y defensor de los ecosistemas oceánicos, en París, a los 87 años
Murió Jacques Cousteau, explorador de mundos silenciosos, descubridor de fosas abisales y "señor del mar". Fue "maquí" heroico durante la ocupación nazi de Francia, oficial en Indochina, capitán del célebre "Caypso" y el mejor documentalista oceanográfico de la historia. "Amar el mar es como amar a una mujer -dijo una vez-. Es tan bello y peligroso como cualquiera de ellas". Sabía de qué hablaba, porque vivió enamorado del mar y el mar mató a uno de sus hijos.
Fue investigador, aventurero, buzo, inventor, ecologista y cineasta. A Emile Cagnan, un ingeniero marítimo que lo conocía bien, le preguntaron hace años qué era realmente Jacques Cousteau. "Es Poseidón -afirmó Cagnan-. Pero él nunca lo admitirá, naturalmente. Teme que los periodistas se le echen encima".
Recorrió todos los mares, se internó en lagos y ríos, descubrió animales increíbles, fósiles prehistóricos y barcos del siglo III. Cousteau, en realidad, fue un romántico incurable y un devorador de distancias. Navegó cientos de miles de millas y reveló al mundo un abismo más fabuloso que el narrado por la imaginación de Julio Verne. Hoy, no hay crónica capaz de abarcar sin olvidos toda su existencia.
Un vocero de la Fundación Equipo Cousteau indicó ayer, simplemente: "El capitán Jacques Ives Cousteau se ha ido al mundo del silencio". Fue la frase más acertada para anunciar la muerte de este hombre con cara tallada a golpes de viento y cuerpo hecho en grandes presiones de agua. Tenía 87 años.
"Temo que el fin está próximo -dijo el año pasado-. No es la muerte lo que me preocupa, porque temer la muerte es ridículo. Es porque apenas he comenzado a hacer lo que siempre quise hacer. El hombre podría vivir mil años y aún así no le alcanzaría para aprender lo posible".
Sus dos pasiones
Cousteau nació el 11 de junio de 1910 en la región vitivinícola de Burdeos, en el suroeste de Francia. Pasó su infancia en París y en Nueva York, y estudió en la Academia Naval de Brest. Su pasión por las profundidades nació en Indochina, cuando era oficial de la marina y se asombró ante la inaudita capacidad de los pescadores nativos para sumergirse a cien metros sin equipo de buceo.
Los largos años en la resistencia francesa, durante la Segunda Guerra Mundial, no consiguieron alejarlo del mar. En 1943, junto con Cagnan, inventó el primer traje de buceo autónomo, lo que permitió desechar las pesadas escafandras de inmersión y conjurar amenazas militares que hasta ese momento eran imposibles de contrarrestar. El equipo de buceo ligero de Cousteau fue utilizado para desactivar con rapidez las devastadoras minas submarinas.
En 1950, renunció a la marina para dedicarse por completo a lo que había comenzado a ser una obsesión: la oceanografía. Dos años más tarde, un golpe de fortuna selló su destino: descubrió los restos de un barco griego que había permanecido durante 17 siglos en el fondo del mar. Vino almacenado en ánforas herméticas -ya convertido en excelente vinagre- y miles de piezas de cerámica, de un valor incalculable, le permitieron reunir fondos para sostener la maquina que ya había diseñado en su cabeza y que lo llevaría a todos los rincones del planeta.
Cousteau se convirtió en una figura popular en todo el mundo gracias a sus documentales y a sus libros, pero sobre todo a la serie de televisión "El mundo submarino de Jacques Cousteau", filmado a partir de 1965 para las grandes cadenas norteamericanas y que se extendió a los cinco continentes.
Su segunda pasión, el cine, venía alimentándose en su interior desde los nueve años, en que compró su primera filmadora de celuloide. La acertada combinación de ambas disciplinas lo transformó en un documentalista excepcional, que no sólo supo reflejar como nadie los misterios del mar sino hacerlos comprensibles al gran público.
Uno de sus logros más importantes fue al establecimiento, en 1962, de la primera estación submarina habitada, cerca de la costa de Marsella. El experimento constituyó el paso inicial de grandes emprendimientos estatales para estudios tan diversos como la resistencia humana al aislamiento bajo grandes presiones y nuevas fuentes de recursos bajo el mar.
En 1982, Cousteau realizó una de las exploraciones más sistemáticas del río Amazones efectuadas hasta entonces -que duró once meses-, con el propósito de construir un mapa detallado de la región y estudiar una de las vías fluviales más ricas e importantes del mundo.
Su campaña en favor del medio ambiente y contra la contaminación de los océanos le otorgó el reconocimiento de las organizaciones ecologistas más importantes del mundo. En 1978, gastó 900 mil dólares de sus propios bolsillos en una investigación sobre los depósitos de basura tóxica en el Mediterráneo y más tarde se unió a las protestas por las pruebas nucleares en el Pacífico sur.
El periódico francés Le Monde lo llamó "El capitán de los océanos" y parafraseó el título de la famosa novela del escritor norteamericano Ernest Hemingway al calificar su vida como "la historia de El Viejo y el Mar".
Los funerales de Cousteau se efectuarán el lunes, en la catedral de Notre Dame.
Homenajes al pionero de la aventura submarina
PARIS, 25 (AFP) - Jefes de Estado, científicos y ecologistas del mundo entero rindieron este miércoles homenaje al comandante Jacques-Yves Cousteau, fallecido en París a causa de complicaciones cardiacas,.
Los 185 Estados miembros de la UN que participan en la segunda Cumbre de la Tierra, en Nueva York, dijeron de Cousteau, a través del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas Razali Ismail, que había sido una figura "gigante" y que "se caracterizó por comprender los efectos multifacéticos de esa interrelación entre la naturaleza y la humanidad".
Para el presidente de Francia Jacques Chirac, fue "un gran francés y un ciudadano del mundo".
"Sabíamos lo que representaba: la defensa de la naturaleza; la aventura moderna; la invención de lo posible; la parte del sueño que alberga el corazón de cada uno de nosotros", afirmó Chirac en un comunicado.
Para el vicepresidente de EE.UU., Al Gore, Cousteau fue un "gigante en todos los sentidos de la palabra y un amigo personal".
El presidente de la República Checa Vaclav Havel dijo que su desaparición "es una gran pérdida, no sólo para Francia, sino también para Europa".
La ministra española de Medio Ambiente, Isabel Tocino, dijo de Cousteau que "se adelantó varios años a los grandes movimientos ecologistas".
Para la organización ecologista internacional Greenpeace, existe un antes y un después del comandante: "antes de Jacques-Yves Cousteau, el público sólo veía la superficie de los océanos.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) también se sumó a los homenajes procedentes del mundo entero desde la localidad suiza de Gland al calificarle de "gran explorator y defensor de los océanos".
En Londres, la British Royal Geographical Society calificó al comandante Cousteau como "uno de los mayores exploradores del mundo". El próximo lunes está previsto un homenaje al comandante Cousteau en la catedral de Notre-Dame de París.
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