Murió Adolfo Suárez, el mayor artífice de la transición española
Firme defensor del diálogo y el consenso, llevó al país de la dictadura a la democracia; tributos y elogios en España y en el mundo
MADRID.- España perdió a un símbolo de su historia. Adolfo Suárez, el principal artífice de la transición a la democracia, murió ayer cubierto de honores, sin distinción de ideologías ni de banderas políticas.
La congoja social por la pérdida del primer presidente elegido por el voto popular después de la dictadura franquista se reveló no sólo en el anuncio de homenajes de Estado sin precedente, sino en la espontánea presencia de ciudadanos comunes frente al Congreso de los Diputados a la espera de que se abriera la capilla ardiente.
Suárez, de 81 años, agonizaba desde el viernes, cuando su familia anunció que había ingresado en una fase "irreversible" del Alzheimer que lo afectaba desde hacía 11 años y que lo mantenía alejado de la vida pública.
El país vivió en un luto extraoficial esas 48 horas en las que la vida del ex presidente se apagaba en la cama de una clínica madrileña. Apenas se anunció la noticia, ayer, los canales de televisión interrumpieron su programación y empezaron a encadenarse los mensajes de recuerdo y pesar.
Apenas unos minutos después, el rey Juan Carlos habló desde el Palacio de la Zarzuela para homenajear a Suárez, el hombre a quien él eligió en julio de 1976, contra todos los pronósticos, para encabezar el gobierno que desactivara la dictadura tras la muerte de Francisco Franco.
"La noticia me llena de consternación y de pena. Tuve en él un amigo leal y, como rey, a un colaborador excepcional", dijo, con tono grave.
El rey habló a cámara con una foto llena de simbolismos sobre la mesa: la que les tomaron a él y a Suárez de espaldas, abrazados, la última vez que estuvieron juntos, en 2008, cuando el ex presidente ya no sabía quién había sido. "La superación de la fractura política y social que vivió la sociedad española en el siglo XX fue su objetivo prioritario, como lo fue también el mío", señaló Juan Carlos, al reconocer a su gran aliado en el impulso de la transición.
El nombre de Suárez quedó unido de manera indeleble a los hitos de sus dos primeros años en el poder: la ley de reforma política que permitió la primera elección libre, la legalización del Partido Comunista, la aprobación de la Constitución que aún hoy rige en España y los pactos de la Moncloa, como símbolo de su fanatismo por el consenso.
En días de fuertes tensiones internas en España, el presidente Mariano Rajoy hizo referencia al "diálogo", la "concordia" y la "solidaridad" que guiaron la gestión de Suárez en los años difíciles que sucedieron al final del franquismo.
"Nos ha dejado uno de los grandes hombres de nuestra época -dijo Rajoy en su mensaje al país, una hora después del fallecimiento-. Adolfo Suárez fue un hombre de concordia que hizo posible la democracia en España y nos abrió a los españoles las puertas de Europa."
Rajoy decretó tres días de luto oficial. Tanto él como el rey y los líderes de todos los partidos con representación parlamentaria confirmaron su asistencia en la capilla ardiente que se abrirá hoy en el Congreso de los Diputados, el edificio donde Suárez protagonizó algunos de sus días más memorables. Desde aquellos en los que consiguió la aprobación de las leyes que desmontaron la dictadura hasta la dramática jornada del 23 de febrero de 1981, cuando un grupo de guardias civiles armados intentó tomar por asalto el poder.
Aquella jornada era su última como presidente del gobierno: había anunciado su renuncia un mes antes. Se sintió solo en una situación incendiaria: el terrorismo no daba tregua, la economía se derrumbaba, su partido -la Unión de Centro Democrático (UCD)- lo había abandonado y enfrentaba una presión creciente de la oposición socialista, de un lado, y del poder militar, del otro.
Su carrera política siguió durante la década del 80 con un nuevo partido -Centro Democrático Social (CDS)-, pero jamás pudo acercarse de nuevo al poder. Se retiró en 1989, amargado porque sentía que España lo había olvidado.
Los honores empezaron a llover sobre él cuando la memoria empezaba a abandonarlo. Ninguna otra figura es capaz de unificar en la España actual la admiración de la izquierda y la derecha, de catalanes, vascos y españolistas.
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, también transmitió su homenaje en un mensaje televisado: "Una cruel enfermedad le ha impedido descubrir cómo día a día crecía la consideración de los españoles por su figura. Los socialistas queremos declararle a Adolfo Suárez nuestra admiración. Descanse en paz".
Los ex presidentes Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero sumaron sus palabras de congoja, al igual que lo hicieron representantes de los principales gobiernos europeos.
La familia de Suárez decidió velar al ex presidente en una ceremonia íntima antes de que los restos se trasladen al Congreso, donde se espera que una multitud se acerque a despedir al hombre que llevó a España a la modernidad.
LA PRESIDENTA ENVIÓ SUS CONDOLENCIAS
La presidenta Cristina Kirchner envió ayer al gobierno español sus condolencias y expresó su "dolor y solidaridad" ante la muerte del ex mandatario Adolfo Suárez. "En nombre del pueblo argentino y su gobierno les hago llegar a los españoles, a vuestro gobierno y a Su Majestad, el rey Juan Carlos, nuestras muestras de dolor y solidaridad ante el fallecimiento de quien fuera figura central de la España que transitó de la dictadura a la democracia", dijo. En la carta, la Presidenta también hizo referencia a la última foto pública de Suárez, en la que se lo ve de espaldas con Juan Carlos. "No tengo dudas de que junto al rey, mientras caminaba por los jardines de la residencia de Suárez, estaban todos: los españoles, los europeos y los americanos que en cada época luchamos por un mundo libre", señaló.
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