Murió a los 86 años Pupetta Maresca, la “reina” de la camorra
Fue la primer mujer líder de un clan de la mafia napolitana; embarazada de seis meses, mató al asesino de su marido, entre otros crímenes; también tuvo una carrera de actriz
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ROMA.- Adiós a la primera mujer boss (capo) de la camorra, la mafia napolitana. A los 86 años, murió anoche en su casa de Castellammare di Stabia, al sur de Nápoles, Assunta “Pupetta” Maresca, la “reina” de la camorra y personaje más que conocido en Italia por su vida de lo más novelesca. De despiadada mafiosa y protagonista de la historia de la camorra en la década de 1980, también tuvo una carrera de actriz.
Apodada “lady camorra”, a los 20 años, en 1955, Pupetta se casó con un capo mafioso, Pasquale Simonetti, “Pascalone ‘e Nola”, de quien enviudó unos meses más tarde. Embarazada de seis meses, a golpes de pistola vengó el homicidio de su marido, asesinado por Antonio Esposito, que había sido su testigo de bodas, como recordaron medios italianos. Ese crimen era un reflejo más de la guerra entre clanes de la camorra que reinaba entonces.
Arrestada y condenada a 13 años y 4 meses de prisión, en la cárcel dio a luz a su primer hijo, Pasquale. Cuando recuperó la libertad, la primera mujer camorrista se casó con Umberto Ammaturo, apodado “o’Pazzo” (el loco), uno de los criminales más peligrosos italianos de todos los tiempos, según el Corriere della Sera. Con él tuvo otros dos hijos, pero Ammaturo nunca se llevó bien con el primogénito de Pupetta. Cuando el joven desapareció misteriosamente en 1974, todos los indicios llevaban a su padrastro, aunque nunca hubo pruebas. Ammaturo huyó luego a Perú donde construyó una nueva vida con otra mujer.
Aunque Pupetta es recordada por haber desafiado abiertamente a Raffaele Cutolo, líder máximo de la mafia napolitana, fallecido a principios de año, creador de la “Nueva Camorra Organizada” (NCO). En 1981, en plena guerra entre este clan y el de la “Nueva Familia”, a la que pertenecía, fue acusada de ser la mandante del homicidio de Ciro Galli, hombre de confianza de Cutolo, por una “vendetta” transversal.
Sin pelos en la lengua, el 13 de febrero de 1982 Maresca convocó a una conferencia de prensa en la que amenazó públicamente a Cutolo y la NCO. “Si por ‘Nueva Familia’ se entiende toda esa gente que se defiende del excesivo poder de ese hombre, entonces me considero afiliada a esta organización”, clamó. Si bien entonces un fiscal pidió que fuera condenada a prisión perpetua, en 1985 fue absuelta por falta de pruebas. Poco después fue acusada de haber ordenado el homicidio de Aldo Semerari, el criminólogo y psiquiatra que había declarado loco a Cutolo, aunque también fue absuelta, así como ocurrió más tarde después de sucesivas acusaciones de intentos de extorsión a un banco y por tráfico de estupefacientes. En 1986, cuando un tribunal de Nápoles estableció que pertenecía a la “Nueva Familia”, sus bienes fueron confiscados.
Hija de Alberto Maresca, un peligroso traficante, de chica Pupetta ya era un personaje: en la escuela llegó a agredir a golpes a una compañerita de clase, por lo que fue incriminada por lesiones graves. La víctima retiró la denuncia y no fue condenada. De buen aspecto físico, ganó algunos concursos de belleza –llegó a ser Miss Rovigliano en 1953- y tuvo dos tiendas de ropa.
En 1967 tuvo una experiencia como actriz al protagonizar “Delito en Posillipo”, película de Renato Parravicini inspirada a su vida, que dio pie a varias otras cintas. Entre ellas, “El desafío” de Francesco Rosi (1958), “El caso Pupetta Maresca” de Marisa Malfatti y Riccardo Tortora (de 1982, pero que sólo llegó a ser transmitido en forma íntegra 12 años más tarde, cuando un tribunal de Roma sentenció que no debía censurarse porque el film no dañaba la reputación de la protagonista) y finalmente “Pupetta, el coraje y la pasión”, de Luciano Odorisio (2013), una serie de cuatro episodios en los que Maresca fue interpretada por la famosa actriz italiana Manuela Arcuri.
El día antes del estreno de esa serie, Pupetta le gritó al mundo su verdad: “He pagado con lágrimas y dificultades mis decisiones. La primera vez porque el hombre al que le disparé habría hecho lo mismo conmigo. ¿Qué debería haber hecho, dejarme matar? Estaba embarazada. Venía hacía mí con la pistola en su puño y el brazo extendido, con él estaban sus matones y yo me defendí”, evocó.
Entonces también recordó cuando amenazó en público a Cutolo, personaje que dominó la historia de la camorra por al menos 20 años. “Es verdad, lo amenacé de muerte, pero él amenazaba a mis hermanos y yo tenía frente mío la imagen de mi padre que lloraba. ¿Cree que la camorra habría mandado a una mujer a hacer amenazas en público? Lo mío fue un ímpetu de rabia, que pagué amargamente”, aseguró, al confesar que su deseo más grande hubiera sido recibir una caricia de su madre, “una caricia que nunca tuve”.
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