¿Quiénes son estas cuatro mujeres y por qué Donald Trump las llevó al debate?
Se llaman Juanita Broaddrick, Paula Jones, Kathleen Willey y Kathy Shelton y pusieron muy incómodo al matrimonio Clinton
MISSOURI.- Era algo que se sospechaba que podía pasar. Aunque nadie estaba seguro que fuera a hacerlo. Sin embargo, ayer el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump , confirmó que está dispuesto a todo por ganar y para limpiar su imagen, más sucia que nunca tras el audio que salió a la luz y que evidencia el maltrato de Trump hacia el género femenino. Por eso, se encargó de que en el debate de ayer estuvieran presentes cuatro mujeres que pueden complicarle el camino hacia la Casa Blanca a la demócrata Hillary Clinton .
Sus nombres son Juanita Broaddrick, Paula Jones, Kathleen Willey y Kathy Shelton, y todas estuvieron sentadas entre el público, aunque los rumores indicaban que el millonario quería que se sentasen junto a su familia, para incomodar al matrimonio Clinton. ¿Por qué? Porque todas aseguran haber sido víctimas de acoso sexual por parte del ex presidenteBill Clinton o por culpa de Hillary.
Las infidelidades de Clinton no son secreto de Estado: el escándalo con Monica Lewinsky, que casi lo obliga a renunciar, es prueba contundente del comportamiento inadecuado del presidente. Sin embargo, la apuesta de ayer del magnate y esas cuatro señoras fue más allá.
¿Quién es quién?
Juanita Broaddrick es una enfermera de 63 años que es 1999 acusó a Bill Clinton, que aún estaba al frente del gobierno, de haberla violado tiempo atrás, en 1978. Por entonces, el abogado del presidente decidió que lo mejor era negar las acusaciones y que el mandatario no hablara al respecto, de acuerdo a una nota publicada por el diario El Mundo. Así sucedió.
A la cadena NBC, Broaddrick contó que ella estaba a cargo de un geriátrico cuando Clinton visitó el lugar y la convenció para que se convirtiera en voluntaria de su campaña para gobernador. La citó en un hotel, ella fue, él la invitó a subir a una habitación, ella aceptó, charlaron, él la beso, ella lo rechazó y lo empujó, Clinton se enojó, la mordió en el labio y la violó. Ese es el relato de la mujer que ayer intimidaba a los demócratas con su presencia.
Paula Jones tiene 40 años y demandó a Bill por acoso sexual. De hecho, el ex presidente fue a juicio político por este tema, pero el Senado lo absolvió. Fue en febrero de 1999, un año duro para el esposo de Hillary.
Según cuenta la mujer, el 8 de mayo de 1991, Clinton era gobernador de Arkansas y le pidió que lo acompañara a la habitación que tenía en el Excelsior, donde le hizo más de una propuesta indecente. Lo poco que se sabe del caso es que Clinton le pagó 850.000 euros a cambio de que retirara la apelación que había presentado ante la Corte.
Kathleen Willey es la tercera mujer que presenció el debate muy de cerca y que representó un dolor de cabeza para quien podría convertirse en el primer caballero de Estados Unidos . Durante la década del 90 esta señora fue voluntaria en la Casa Blanca y en 1998 habló en el programa de televisión '60 Minutes' y dijo que Bill Clinton la había atacado sexualmente en 1993.
¿Qué habría pasado? Willey asegura que durante una reunión en el estudio privado de la Casa Blanca, Clintón la abrazó fuerte, la besó en los labios, le agarró los pechos y la obligó a que tocara sus genitales. Nunca hubo pruebas suficientes que demostraran que lo que decía era cierto.
La última de las presencias incómodas de la noche fue la de Kathy Shelton, que tiene 54 años y denuncia que Hillary Clinton ayudó al hombre que la violó cuando tenía 12 años. En esa época, Hillary era abogada del acusado y consiguió reducir “el cargo de violación en primer grado al de 'tocamientos ilegales a una menor de 14 años". Sólo estuvo diez meses preso.
Por entonces, Clinton declaró a la prensa: "Fue un caso fascinante... Este individuo fue acusado de violar a una niña de 12 años. Por supuesto, él afirmó que no lo hizo, y todas esas cosas. Pasó un detector de mentiras. Le hice pasar por el polígrafo, y lo pasó, recuperando mi fe en los polígrafos (risas)".
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