Muerte dudosa: hallan ahorcado en un parque de Ucrania al opositor bielorruso Vitaly Shishov

PARÍS.- Puede ser el signo de la desesperación de un régimen acosado por la presión internacional, una macabra demostración de fuerza o solo la inercia de una autocracia opresiva que solo conoce el lenguaje de la muerte. Eso es lo que pensó la policía ucraniana cuando encontró el cuerpo de Vitaly Shishov ahorcado en un parque de Kiev.

Como líder de la organización humanitaria Casa de Belarús en Ucrania (BDU), ese joven de 26 años era uno de los militantes de derechos humanos más activos contra el régimen del presidente prorruso de Alexander Lukashenko. Refugiado en la capital ucraniana desde 2020, se encargaba de ayudar a los opositores que deseaban huir para escapar al régimen opresivo de Minsk.

Aunque las apariencias parecían indicar que se trataba de un suicido, ninguno de los agentes que intervinieron en el caso creyó seriamente en esa idea.

“La policía verificará todas las hipótesis, incluida la de asesinato presentado como suicidio”, afirmó el comunicado –extremadamente prudente– publicado por la Policía de Ucrania en su página web. El juez encargado de la instrucción abrió una causa según el artículo 115 del Código Penal (asesinato premeditado).

La policía también dijo que Shishov tenía su teléfono celular y otros efectos personales, lo que parecía descartar el móvil del robo.

Anteayer, apenas notaron su ausencia prolongada, sus compañeros de militancia rastrearon todo el bosque donde solía correr, “pero no hallamos ningún rastro de Vitaly”, declararon. Había dicho que se sentía vigilado y que unos desconocidos habían intentado trabar conversación con él.

Advertencias

La policía de Ucrania le había advertido que “personas de origen bielorruso” tenían, al parecer, intenciones que iban desde el secuestro hasta el asesinato.

Para los militantes de su organización, “no existe ninguna duda de que Shishov fue asesinado por el régimen de Lukashenko”. En la versión que difundieron por la cadena Telegram, dicen que se trató de una operación “planificada por los servicios de seguridad bielorrusos para eliminar a una persona verdaderamente peligrosa para el régimen”. Un miembro de la ONG comentó que Shishov tenía un mal presentimiento. “Me pidió que, si ocurría algo, me ocupara de su familia”, dijo. Al parecer, en Kiev estaba operando una red de espías de la KGB bielorrusa (que tiene el mismo nombre que la expolicía política soviética).

Como Lituania y Polonia, Ucrania es una tierra de asilo histórico para los exiliados bielorrusos que huyen de esa ex república prosoviética, convertida ahora en un satélite de Rusia.

Gracias al apoyo del presidente ruso Vladimir Putin, Lukashenko “cree que tiene licencia para matar y puede hacer lo quiera con los opositores”, afirman sus críticos. Esa sensación creció después del secuestro del opositor Roman Protasovich, cuando viajaba de Grecia a Ucrania en un avión de la empresa Ryanair.

El asesinato de Shishov en Kiev coincidió –con pocas horas de diferencia– con el caso de la atleta olímpica Kristina Tsimanovskai, que pidió la protección diplomática de Polonia cuando estaba por ser embarcada a la fuerza en un avión que se aprestaba a despegar de Japón rumbo a Minsk.

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