Cuando el buque de guerra ruso Moskva se hundió después de ser alcanzado por misiles, no hubo información oficial sobre las víctimas. La BBC habló con dos mujeres cuyos hijos estaban a bordo
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El 13 de abril, Ucrania anunció un exitoso ataque. El Moskva, un poderoso buque de guerra ruso, fue golpeado por dos misiles Neptune de fabricación ucraniana, aseguró Kiev. Funcionarios estadounidenses dijeron a la prensa que era creíble la versión ucraniana.
Pero Rusia dijo que el barco resultó dañado después de una explosión de municiones. Y que después se hundió en medio de “mares tormentosos”. Antes del hundimiento, el Ministerio de Defensa de Rusia emitió un comunicado en el que decía: “El barco está gravemente dañado. Toda la tripulación fue evacuada”. La BBC no pudo comprobar las afirmaciones.
Rusia tampoco admitió bajas. El Kremlin incluso publicó imágenes que intentaban mostrar a la tripulación del Moskva en un desfile en la ciudad portuaria de Sebastopol, en Crimea. Pero Yulia y Olesya, dos mujeres con las que habló la BBC, dicen que no tuvieron noticias de sus hijos durante días.
El reclutamiento de Andrei
Yulia le dijo a la BBC que su hijo Andrei, de 19 años, estaba sirviendo en el Moskva como recluta, después de haber sido seleccionado el pasado verano boreal. Encontró su nombre en una lista de desaparecidos en combate. La mujer explica que llamó a la oficina de reclutamiento local, pero le dijeron que no había forma de que su hijo hubiera estado en el Moskva y que no debería preocuparse.
Eso es algo que no puede evitar. Dice que su hijo debía terminar el servicio militar en uno o dos meses. Había salido de casa a principios de febrero y su madre supuso que estaba participando en ejercicios militares. Cuando comenzó la invasión rusa de Ucrania, o como lo describen los funcionarios rusos, “una operación militar especial”, Yulia se enfermó de la preocupación.
Regreso al puerto de Sebastopol
A principios de marzo, el Moskva regresó al puerto de Sebastopol. Yulia pudo hablar con Andrei por teléfono varias veces. “Seguía preguntándole: ‘¿Por qué tienen que ir allá a Ucrania?’. Él dijo: ‘No sé’”. Después de enterarse del hundimiento del Moskva y temer lo peor, Yulia fue a Sebastopol para exigir respuestas de las autoridades navales.
Familiares de otros marinos también esperaban afuera de la oficina. Un oficial sacó una hoja con decenas de nombres, diciendo que pertenecían a los desaparecidos en acción. Vio el nombre de su hijo entre ellos. “Pasó tanto tiempo, pero siguen diciéndonos que todavía están buscando sobrevivientes”, dice Yulia entre lágrimas, mientras describe su terrible experiencia.
Asegura que trató de llamar a las autoridades militares superiores en Moscú, pero fue inútil.
Nikita
Yulia no es la única. El Servicio Ruso de la BBC vio numerosas solicitudes de información en las redes sociales de familiares de tripulantes del Moskva, que intentan averiguar qué sucedió con sus seres queridos. Olesya es otra mujer de Crimea que habló con la BBC.
Su hijo Nikita, de 20 años, estaba como Andrei a bordo como recluta en lugar de ser un militar contratado formalmente. Vio en las redes sociales que el Moskva estaba en llamas. No se preocupó porque creía en las garantías de las autoridades de que todos los marinos habían sido evacuados.
Pero cuando la noticia de las bajas comenzó a difundirse, empezó a llamar por teléfono en busca de respuestas. No consiguió ninguna. Olesya llamó a varios hospitales en Sebastopol, con la esperanza de encontrar a su hijo entre los heridos. Nadie fue capaz de ayudarla. En un hospital le dijeron que se preparara para lo peor. “‘¿Qué quieren decir?’, les pregunté. ‘¿Saben lo que le pasó?’”.
“‘¿Qué crees que podría haber pasado?’, me dijeron. ‘La temperatura actual del mar no es apta para la vida’”. Olesya fue al hospital militar de Sebastopol y pidió la lista de todos los heridos del Moskva cuyos apellidos comenzaban con la misma letra que el de su hijo. Dice que había docenas de ellos, pero su Nikita no era uno de ellos.
Su esposo intentó en la línea directa para los familiares una vez más, pero le dijeron que dejara de llamar. “Dijeron que estaban ocupados y que llamarían si encontraban a Nikita”. Al igual que Yulia, la última vez que Olesya supo de su hijo fue a mediados de marzo.
“Me llamó desde un número desconocido y dijo: ‘Mamá, soy yo. Nos dijeron que no divulgáramos dónde estamos, pero estoy en un barco de guerra’”. La BBC también pidió al Ministerio de Defensa ruso que comente la información sobre las listas de desaparecidos en acción. Y preguntó por el paradero de Andrei, Nikita y otros a bordo del Moskva. Pero no hubo una respuesta inmediata.
Al principio del conflicto, el Moskva ganó notoriedad después de pedir a las tropas fronterizas ucranianas que defendían la isla de las Serpientes, en el mar Negro, que se rindieran. Los ucranianos transmitieron por radio un mensaje memorable de rechazo que se traduce como “vete al diablo”.
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