Mordidas humanas y cicatrices: el crimen de la niña que tardó 31 años en resolverse
La pequeña fue hallada asesinada a la vera de una autopista francesa A1; nada se supo de ella hasta que, en 2008, la ciencia aportó información clave y dio con los culpables
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El 11 de agosto de 1987, el cuerpo de una niña de cuatro años fue hallado envuelto en una manta a la vera de una autopista francesa, en las proximidades de la población de Suèvres. De inmediato se constató que había sido asesinada, pero los investigadores no pudieron hallar a sus familiares y su cadáver no fue reclamado por nadie.
Asombrosamente, la resolución del caso se produjo 31 años después del asesinato y gracias a un cotejo de ADN. Corría el mes de junio de 2018. Entonces, ante el horror de la opinión pública francesa, los padres de la niña, que fuera conocida popularmente como “la mártir de la A10″, fueron detenidos acusados como los principales sospechosos del asesinato de su propia hija.
La niña, que por muchos años no tuvo identificación para la prensa, fue hallada en una banquina de la autopista 10, cerca de Suèvres, en el distrito de Blois, en la región central de Francia. Cuando desplegaron la manta que la envolvía, la policía descubrió un cuerpo que había sido mutilado, con rastros de quemaduras hechas con una plancha.
Tenía también cicatrices, marcas de mordidas humanas y moretones en diversas partes de su anatomía. De acuerdo a la instrucción del juzgado de Blois, el crimen de la mártir de la A10 fue un caso “prácticamente de antropofagia con eliminación de carne”, según lo que consigna la cadena española RTVE.
Una búsqueda intensa pero infructuosa
En aquel año de 1987 la policía francesa desplegó una investigación de una inmensa envergadura. Se registraron 65.000 escuelas y se consultaron a más de 6000 profesionales para tratar de dar con algún dato sobre la identidad de la pequeña.
Además, el informe sobre la pequeña se difundió por más de 30 países. Y su foto fue publicada en cientos de lugares públicos.
Pero nadie aportó un solo dato sobre ella y el caso se cerró en 1997.
Pero años después, la ciencia vino en auxilio de la investigación, a través de los análisis de ADN. En 2008 se recogió material genético de la manta que envolvía a la pequeña, pero no se obtuvo resultado con los cotejos realizados.
Pero una segunda muestra, en 2017, coincidió con el ADN de un joven que estaba detenido en una prisión francesa desde 2016 por un caso de violencia. Tras las pesquisas, se pudo saber que este muchacho era el hermano de la niña asesinada.
El nombre de la niña y los sospechosos menos pensados
Esto permitió a la policía seguir las pistas hasta los padres de la nena, que vivían, ya separados, en los departamentos de Aisne y Seine-Saint Denis, ambos lugares próximos a París.
Tras verificar los archivos del registro civil, los investigadores pudieron saber que la chica se llamaba Inass Touloub, que había nacido en Casablanca, Marruecos y que tenía seis hermanos. Lo que terminó de definir su identidad fue que no había aparecido en los últimos censos realizados en Francia, mientras que sí aparecían sus papás y sus hermanos.
Ahmed Touloub y Halima El Bakhti, el padre y la madre de la niña, ambos de origen marroquí, fueron detenidos a mediados de junio de 2018, y acusados por el crimen. Los delitos por los que fueron procesados en el Tribunal de Gran Instancia de Blois es el de asesinato y violencia contra menores de 15 años.
Esto último fue porque la autopsia reveló que, además de las agresiones que ocasionaron su muerte, la niña tenía marcas de golpes producidos mucho tiempo antes del asesinato.
En el momento de la detención el padre confesó que la niña había sido asesinada, pero acusó a su exmujer de ser la violenta. Señaló que no había denunciado el caso porque temía que le quitaran la tenencia del resto de sus hijos.
La madre de Inass, por su parte, aseguró que el asesinato lo había cometido su exesposo. Según lo que ella testimonió, encontró a la pequeña muerta, luego de que se cayera por las escaleras. Pero antes de eso, la mujer había negado la muerte de la pequeña, al asegurar que se encontraba sana y salva en Marruecos, por lo que las dudas sobre la veracidad de sus palabras nunca dejaron de existir.
Lo que sí ambos confesaron en concordancia fue que se deshicieron del cuerpo en la autopista, cuando se dirigían en su vehículo junto a sus otros hijos a pasar unas vacaciones en Marruecos.
Los padres, a la espera del juicio
Ahmed Touloub y Halima El Bakhti todavía se encuentran a la espera del juicio que determinará -o no- su culpabilidad en la muerte de Inass. El hombre estuvo en prisión preventiva durante un año, pero fue liberado en junio 2019, mientras que ella recuperó la libertad en agosto de 2020, luego de estar en también en prisión preventiva, de acuerdo a lo que informa el medio Francé3.
Mientras que el primero se encuentra en un estado de libertad bajo vigilancia, la segunda está bajo arresto domiciliario. Y ambos continúan acusándose mutuamente por el crimen de la niña.
Los vecinos de la localidad de Suèvres, en tanto, en todos estos años se han mostrado conmovidos por este caso, sobre todo por el fatal destino de Inass. En todo momento, ellos se acercan a la tumba de la niña, que todos los días del año se encuentra adornada por varios ramos de flores.
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