Monti: "Nos acercamos al final del túnel"

ROMA.– "Es un túnel, pero el final comienza a iluminarse, y nosotros y el resto de Europa nos estamos acercando al final del túnel." Una bocanada de aire fresco recorrió ayer al atormentado Viejo Continente: el premier italiano, Mario Monti, al frente de un gobierno técnico que desde noviembre pasado trata de alejar a Italia del abismo, intentó darle un soplo de optimismo a la deprimida Europa, aturdida y golpeada por la crisis de deuda.

Antes de emprender una gira europea destinada, una vez más, a exorcizar el tan temido final de la eurozona, "Super Mario", prestigioso economista, ex comisario europeo y convencido europeísta, afirmó ayer que para él empieza a vislumbrarse la luz al final del oscuro túnel de la crisis y la recesión.

Ante los micrófonos de un programa de radio, Monti, de 68 años, también admitió que su "tour" europeo, bautizado por algunos medios "viaje antispread" (alusión al tan temido diferencial entre los títulos italianos y los alemanes a diez años), tiene como objetivo "asegurar el euro y dar un decidido impulso al crecimiento europeo".

"Es muy importante que todos en Europa nos comprometamos a hacer que el euro no sea un factor de desintegración", dijo el premier italiano, que se reunió ayer con el presidente francés, François Hollande.

Monti visitará hoy Finlandia, uno de los bastiones de los partidarios del rigor y la austeridad, donde explicará que Italia se ha convertido en un país "virtuoso", y mañana llegará a España.

La política de sangre, sudor y lágrimas, recortes de gastos y aumentos de impuestos puesta en marcha por Monti, sin embargo, al momento parecería no dejar ver esa mencionada luz al final del túnel.

De hecho, ayer, el Istat (el Indec local) volvió a certificar cifras de desempleo récord para Italia, del orden del 10,8% en junio, en aumento del 0,3% respecto de mayo y del 2,7% respecto de 2011. En total, el número de personas sin trabajo en Italia, país con una deuda pública equivalente al 120% del PBI y en recesión salvaje, trepó a 2.792.000, un aumento de 73.000 desempleados.

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