Los "miniempleos", la solución de la UE para una España en crisis
El Banco Central Europeo solicitó su implementación; las empresas españolas los avalan, pero los sindicatos se resisten; en Alemania, 7 millones de personas tienen ese tipo de trabajo
Una forma de empleo que se instaló en Alemania en la última década podría tomar impulso en España a medida que avanzan las consecuencias de la crisis económica global.
Son los "minijobs" (minitrabajos), actividades laborales a tiempo parcial -menos de 15 horas por semana- pagadas con salarios que no superan los 400 euros. Se trata de un importe bajo en comparación con los sueldos que se pagan en ocupaciones tradicionales en ese país -35 horas semanales a 2000 euros mensuales de promedio.
Para tener una noción de la relación entre sueldos y precios en Alemania, puede ser útil tener en cuenta que en Berlín:
- un yogurt de 200 ml cuesta 30 centavos de euro
- una botella de cerveza de 500 ml sale 3,50 euros
- una cena para dos cuesta como mínimo, 40 euros
- un boleto de metro sale 2,30 euros
- una noche en un hotel del centro de la ciudad, cuesta 50 euros
Perfil de los "minijobs"
En Alemania ya son más de 7 millones los ciudadanos que se desempeñan bajo esa modalidad.
Se trata de puestos que no requieren calificación. Algunos ejemplos:
- repartidor de comida
- cuidador de niños o ancianos
- mesero
- operario municipal por horas
La característica principal de esos trabajos es que los empleados no deben pagar impuestos.
En Alemania, hasta la reforma laboral Hartz II en 2003, los "mini-empleos" no estaban regulados. A partir de entonces, la ley facilitó a las empresas la contratación flexible en el segmento de ocupaciones que son pagadas con salarios bajos, pero otorgó a los trabajadores la posibilidad de mantener los derechos de quienes se desempeñan en empleos tradicionales.
El caso de España
Tomando el modelo de Alemania, el Banco Central Europeo (BCE) le solicitó en agosto de 2011 al entonces presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero que, entre otras medidas, creara una nueva categoría de trabajadores con sueldos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (situado en 641,4 euros mensuales en España), a cambio de reactivar su programa de compra de deuda española.
El nuevo gobierno de Mariano Rajoy maneja la posibilidad de implementar ese sistema laboral, tanto en atención al pedido del BCE, como para enfrentar los altos niveles de desempleo que indican las estadísticas oficiales.
La característica principal de esos trabajos es que los empleados no deben pagar impuestos. Son los empresarios quienes están obligados por ley a aportar las contribuciones correspondientes a la seguridad social. Es así que los "mini-empleados" -como se denomina a quienes se desempeñan en este tipo de trabajo- obtienen un sueldo bruto, sin deducciones.
A favor y en contra
El empresariado español apoya fuertemente su implementación.
Entre los sectores que se muestran a favor de su implementación en España se encuentra el empresariado. "Los parados lo quieren. Tenemos que darle una salida",
dijo el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales,
Juan Rosell, luego de resaltar el "éxito" que tuvo su regulación en Alemania.
Sin embargo, y como respuesta, pocos días antes de que terminara 2011, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, rechazó la idea y argumentó que los "mini-trabajos" "no encajan en la legislación laboral española".
Los principales críticos de los "minijobs" son los sectores sindicales
Los principales críticos son los sectores sindicales, que acusan al gobierno del Partido Popular por permitir la profundización de la precarización del empleo. El secretario general de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (la CGT española), Ignacio Fernández Toxo, expresó su postura contraria, y recordó que en España ya hay un salario mínimo interprofesional, mientras que el secretario de Acción Sindical de España, Toni Ferrer, fue expeditivo al opinar: "Lo del empleo barato es una pasada. Además, se acepta en situaciones excepcionales y luego se queda permanente",
Para los sindicatos y para algunos partidos políticos
, una gran desventaja de estos particulares empleos está en que la cifra de pensión que resulta es muy baja: menos de 3 euros por mes, por cada año trabajado, en el caso de sueldos de 400 euros.
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